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viernes, 9 de junio de 2023

BREVET 600 MADRID- SIERRA DE LA DEMANDA 27/5/2023

Una vez superadas las correspondientes Brevets se obtiene el billete para participar en la prestigiosa París- Brest- París, la prueba randonneur más importante a nivel internacional que se celebra cada cuatro años. En este contexto se encuadra esta Brevet 600 que nos lleva de Madrid a la Sierra de la Demanda a través un exigente y precioso recorrido que pondrá a prueba a los ciclistas más capacitados. Un espectacular reto de superación personal al alcance de pocos.

Durante el transcurso de la BRM 600, que organiza el CC Chamartín de Madrid.


Comentario:

Esta ha sido la mayor hazaña que haya realizado sobre la bici hasta la fecha. Una vez más mi afán de superación personal en busca de mis límites me llevó a participar en esta impresionante aventura en bicicleta. En compañía de los experimentados randonneurs del club AD PEDALES (Toño y Dani) he podido disfrutar y también sufrir un completo fin de de semana de ciclismo de larga distancia. Aunque durante la ruta hubo momentos difíciles, en todo instante me mostré positivo y pude sobreponerme a las circunstancias adversas manteniendo la motivación. Cuando uno se plantea realizar este tipo de retos es importantísimo mantener un alto nivel de entusiasmo para no desfallecer mentalmente. Evidentemente no voy a participar en la París- Brest- París pero me hacía mucha ilusión, una vez ya puestos, completar toda la serie de Brevets sobre todo para demostrarme a mí mismo que estoy capacitado para ello. Me quedo ampliamente satisfecho y eufórico con lo logrado aunque se que siempre quiero más. Por supuesto seguiré buscando nuevos alicientes que me hagan disfrutar de este maravilloso deporte sobre dos ruedas.


Recorrido:

Impresionante trazado que corresponde a la Brevet 600 que organiza el CC Chamartín que nos lleva de Madrid hasta la Sierra de la Demanda. Por el camino tendremos que superar más de 7.000 metros de desnivel acumulado y más de 600 kms. De Madrid se llega a la Sierra de Guadarrama a través del carril bici de Colmenar Viejo. Se suben Canencia y Navafría. Después se circula mayormente por carreteras de tercer orden pasando por terreno ondulado repleto de repechos pasando por Maderuelo, Peñaranda de Duero y Salas de los Infantes como poblaciones más significativas. Luego el trazado se adentra en la Sierra de la Demanda donde llegaremos al pueblo más bonito de la ruta, Pineda de la Sierra, habiendo superado los Altos del Cerro, Arroyo y el puerto del Manquillo por sus dos vertientes. La ruta continúa volviendo en dirección Lerma pasando por la Sierra de Covarrubias. A partir de aquí se inicia el retorno hacia Madrid continuando por la meseta castellana donde se pasa por Torresandino, Moradillo de Roa y Fuentecen como poblaciones más interesantes. También se debe ascender por esta zona el puerto de Serrezuela. Así llegamos de vuelta a la Sierra de Guadarrama donde afrontaremos de nuevo las subidas a Navafría y Canencia por sus otras vertientes. El tramo final hasta llegar a Madrid se vuelve a realizar por el carril bici.


Datos:

Distancia: 607 kms

Tiempo encima de la bici: 27h 16m 

Tiempo total: 38h 05m

Velocidad media: 22'1 km/h

Desnivel acumulado: 7.618 metros.


Otras rutas de larga distancia:

Brevet 200 Arganda- Las Vegas

Brevet 300 Yepes

Brevet 400 Yepes


Altimetrías:

Puerto de Canencia por Miraflores de la Sierra

Puerto de Navafría por Lozoya

Puerto del Manquillo por Rio Cavado de la Sierra 

Puerto del Manquillo por Pineda de la Sierra

Alto de Serrezuela

Puerto de Navafría por Navafría

Puerto de Canencia por Canencia



En la sede del Club Ciclista Chamartín, desde donde partió esta andanza, nos presentamos 12 aguerridos ciclistas dispuestos a participar en esta espectacular ruta. Por cierto, el precio de la inscripción online fue de 8€, bastante más económica que otros clubs ciclistas que también promueven brevets. 


A las 5 de la mañana salimos de la Plaza de la Remonta, aún es noche cerrada en Madrid y debemos circular con las correspondientes luces y bién identificados con los chalecos reglamentarios.





Prácticamente hasta el último instante mantuve en "duda" mi participación porque la previsión meteorológica para ese fin de semana era bastante desfavorable. El resto de participantes se jugaban en esta Brevet conseguir la homologación y por consiguiente el billete de acceso a la París-Brest-Paris (PBP), pero en cambio yo solo me había alistado en esta aventura por diversión. 


Es una pasada circular en bicicleta a esas horas por el centro de Madrid y contemplar edificios emblemáticos de la capital iluminados. 


Desde el comienzo Iñigo tiró para adelante marcando su ritmo y el resto de participantes nos mantuvimos juntos hasta que algún ciclista pinchó y en ese momento el grupo se disgregó. Toño y Dani impusieron una velocidad constante en la cabeza del mini pelotón que hizo que poco a poco fuera perdiendo unidades a medida que avanzabamos. 


Fue una gozada disponer casi en exclusiva del carril bici de Colmenar Viejo, a esas horas, prácticamente circulamos en solitario, sin que nadie nos molestara en sentido contrario. 


El trío de Getafe llegó a Miraflores de la Sierra en solitario. Con Iñigo por delante y el resto por detrás comenzamos a encarar la primera ascensión del día, el puerto de Canencia. Primera dificultad montañosa de las 9 que teníamos que afrontar de aquí en adelante. 


Es una subida que conozco a la perfección, le he realizado en innumerables ocasiones y se que los últimos 3 kms son los más complicados.  


Cuando uno se embarca en un proyecto como este tiene que ser consecuente y responsable. No solo vale estar físicamente fuerte sino que además hay que mantener en todo momento una mentalidad positiva y un alto nivel de motivación para poder encarar un recorrido tan exigente y además estar preparado para todos los posibles contratiempos que puedan ir surgiendo a lo largo de la jornada. No hace falta ser un atleta para encarar este tipo de retos pero sí es necesario tener una mente bien estructurada que sepa sufrir y no rendirse al mínimo percance.  


Antes de las ocho de la mañana coronamos el puerto de Canencia


Un larguísimo descenso nos conduce al valle de Lozoya.


Llevados 77 kms de ruta realizamos la primera parada de la jornada. En el hotel Ciclo Lodge de Lozoya nos dispusimos a degustar el típico "desayuno ciclista" y también aprovechamos para poner el primer sello en nuestra cartilla de ruta puesto que en esta población estaba el primer punto de control. Mientras desayunábamos nos echamos unas risas con un grupo de chicas que estaban hospedadas allí porque pensaban que las estábamos vacilando al explicarles las características de la ruta que estábamos realizando.


Bonita estampa del valle de Lozoya con el embalse de Pinilla que podemos observar al comienzo de la ascensión al puerto de Navafría.


Por números, por esta vertiente, podemos calificar al puerto de Navafría como una subida de primera categoría. Evidentemente la más dura de todas las que teníamos que afrontar durante esta macro ruta.


Antes de iniciar la subida Dani nos había sugerido bajar un punto el ritmo. Nos comentó que en la anterior ascensión no se sintió todo lo bien que esperaba y necesitaba recuperar fuerzas.


Se trata de una preciosa subida que se realiza en su mayor parte bajo el cobijo que nos ofrecen unos altísimos pinos. Una gran masa boscosa nos engullirá hasta el final. Decidimos acometer una ascensión a ritmo relajado para ir guardando energías que seguro harán falta más adelante.


En la parte más alta de la montaña nos esperaba una densa niebla que apenas nos dejaba distinguir a más de cien metros. También nos cruzamos con una larga comitiva de moteros. 


A las 10'20 alcanzamos la cima del puerto de Navafría. Vertiginoso descenso posterior por una carretera por fin arreglada (llevaba años en deplorable estado) que nos hace volar ya por territorio segoviano.


A la salida de la población de Navafría se toma la N-110 hacia la derecha. Este tramo será compartido a la vuelta y se convertirá en todo un infierno al día siguiente cuando circulemos por aquí con lluvia. 


Diez kilómetros después se abandona la nacional para tomar dirección Sepúlveda. En adelante  circularemos por una carretera en pésimo estado, repleta de baches, socavones y bastante gravilla, fue una suerte no pinchar por esta vía.


A petición de Dani realizamos una parada logística en la aldea de Casas Altas que aprovechamos para quitarnos ropa de abrigo. La temperatura había subido varios grados y la sensación térmica a las once y media de la mañana ya era bastante agradable. 


Por esta zona nos encontramos un recorrido rompe piernas. Teniendo que afrontar un perfil de serrucho con el inconveniente adicional de soportar un fuerte viento lateral que a veces nos zarandeaba la bicicleta. 


Al paso por Perorrubio.


La meseta castellana no es tan plana como aparentemente podíamos imaginar. Por el camino nos encontramos con un recorrido repleto de toboganes, diversas subidas y bajadas se sucedían a lo largo del trayecto por una estrecha carretera olvidada por los coches.


 A partir de Boceguillas continuaremos por carreteras en mejor estado y lógicamente con algo más de tráfico. Me llamó la atención por esta zona ver varios carteles que nos advertían de la presencia de corzos y otros animales que potencialmente podían atravesar la calzada con el consecuente peligro.  


 Esta parte del recorrido se me hizo especialmente dura. Por delante tuvimos más de 25 kms, hasta llegar a Maderuelo, soportando viento en contra. Como buenamente pudimos nos organizamos entre los tres para ir haciendo relevos y paliar en parte el gasto que suponía ir delante tirando con el aire de cara. 


Dejando a mano derecha la población de Maderuelo anclada en el monte para atravesar el embalse de Linares por un bonito puente .


Como bien sabéis llevo montando en bicicleta desde el año 2009 y desde entonces me he enfrentado a todo tipo de retos encima de la bici: Marchas de MTB muy duras (Soplao, Bajo Tiétar), las más afamadas marchas de carretera: (La Perico, Quebrantahuesos, El Soplao, Lagos de Covadonga, Sierra Norte) rutas de larga distancia, subir puertos míticos, pero nada comparable con el desafío que suponía realizar 600 kms con más de 7000 metros de desnivel acumulado. Palabras mayores, que muchos ni se plantean. 


En una agradable terraza de un bar, junto al río Riaza, paramos para realizar la segunda parada larga del día. En este punto coincidimos con un colega de Toño que nos acompañó. Llevábamos más de 8 horas de ruta y 162 kms realizados. He de reconocer que llegué bastante castigado a este lugar. El fuerte viento en contra que hasta entonces habíamos tenido que soportar me había fatigado en exceso. Un buen bocata de tortilla francesa con atún y una coca cola me hicieron recuperar el tono.


Poco antes de las dos de la tarde nos ponemos de nuevo en marcha. En seguida afrontamos el Alto de Maderuelo, una pequeña tachuela de apenas dos kms con 6% de pendiente media.


A la salida de la población de Santa Cruz de la Salceda nos topamos con una curiosa construcción.


Cruzando el río Duero por el puente medieval de Vadocondes


No es ningún secreto que el calor es mi mayor enemigo encima de la bicicleta. Es, sin duda, el elemento que me puede derrotar. Soy ciclista de otoño-invierno, mi cuerpo funciona en óptimo rendimiento con temperaturas suaves. Sin embargo cuando el calor aprieta se encienden las alarmas. 


Poco después de las tres de la tarde llegamos a la histórica población de Peñaranda de Duero


Un calor sofocante nos invita a sentarnos en el primer bar que vemos. Además aprovechamos para poner el segundo sello en la cartilla de ruta. Llevábamos 200 kms en las piernas y más de 10 horas de ruta. El camarero nos indicó que éramos los segundos que pasábamos por allí. Yo aproveché la parada para refrescar mi pie izquierdo que estaba a punto de colapsar. El pie se hincha por efecto del calor y el metatarso comienza arder, este problema solo lo puedo mitigar con frescor, esta vez apliqué agua bien fría.


Toño y Dani habían marcado la fecha de esta Brevet a fuego en su calendario ciclista como último escollo para conseguir el billete dorado que les diera el acceso a la PBP. Si conseguían terminar esta Brevet 600 en el tiempo estipulado darían por cerrada con éxito toda la serie de Brevets que se deben realizar en el mismo año de forma obligatoria. En ese aspecto una de mis preocupaciones era convertirme en un lastre para ellos durante la ruta. Aunque tenía plena confianza en mis cualidades y capacidades para superar este tipo de eventos a uno siempre le queda la duda de si podría terminar una hazaña de tal magnitud sin desfallecer. 


Coronando el Alto de El Cerro. Discreto puerto de montaña de 6 kms de longitud con una pendiente media cercana al 4% de desnivel que nos encontramos por el camino.


En el kilómetro 233 llegamos a Pinilla de los Barruecos, precioso pueblo que visto desde la colina te puede sorprender. Desde lo alto se puede reconocer como si tuviera una peineta de cuatro enormes rocas sobresaliendo por encima de los tejados, es realmente curioso. En este lugar volvimos a parar, Dani comenzaba a mostrar signos de debilidad y paramos para avituallarnos antes de afrontar la parte más dura del recorrido.


Adentrándonos en la Sierra de la Demanda, un espacio natural protegido que cuenta con numerosos atractivos para el turismo rural. 


Por esta zona nos encontramos un terreno que siempre picaba para arriba. Importante llevar una velocidad constante y no equivocar el ritmo para sacarnos de punto. Yo decidí ponerme en modo "garrapata", hacer como los ciclistas colombianos, colocándome detrás de mis compañeros para ahorrar energías. 



Acometiendo la subida al Alto del Arroyo (3'5 kms al 4% de pendiente media). Otra tachuela más que superar en nuestro peregrinar. 


Al paso por Barbadillo del Pez.


Podemos situar el comienzo del puerto del Manquillo a la salida de Barbadillo del Pez. Por esta vertiente la carretera se encuentra en perfecto estado y tiene la peculiaridad de tener líneas discontinuas en los márgenes de la calzada (me recordó a los puertos de Gredos). 


Dani encarna las virtudes y características del típico randonneur. Un ciclista maduro, con muchos años de experiencia en el mundo de la bicicleta, acostumbrado a realizar largas distancias, anticompetitivo, de gran generosidad y amabilidad con el resto de participantes. Un cicloturista que está preparado para encarar todo tipo de problemas que puedan suceder a lo largo de la ruta. Evidentemente de gran fortaleza física y también mental.


Tras superar la población de Riocavado de la Sierra tendremos que afrontar la parte más dura de la ascensión. A partir de este punto la pendiente media no baja del 5% y nos encontraremos con rampas que alcanzan hasta el 8% de desnivel. A mitad de subida nos cruzamos con Iñigo que volvía de regreso.


A falta de un kilómetro para coronar observo como progresivamente pierdo la estela de mis compañeros que poco a poco se van distanciando a lo lejos. Intento avivar el ritmo pero me es imposible. No puedo, me levanto de la bici pero apenas consigo impulsarla, no tengo fuerzas. Me sentía completamente vacío. Como diría el gran Perico Delgado, "el hombre del mazo me estaba haciendo una visita".


Tirando de orgullo pude alcanzar la cima donde me esperaban Toño y Dani. Junto al cartel de puerto de montaña me senté un par de minutos para recobrar el aliento. Una extraña sensación de dolor de cabeza y sofoco general se había apoderado de mi. Por suerte tocaba descender hasta Pineda de la Sierra, lugar al que llegamos sobre las siete y media de la tarde con más de 280 kms recorridos. En este punto se encontraba situado el tercer punto de control. 


Pineda de la Sierra y su entorno forman un conjunto histórico de gran belleza arquitectónica y natural. Un precioso pueblo rodeado de montañas que nos deja un paisaje de postal. En mi opinión el lugar más bonito de toda la ruta.


En este sitio coincidimos con Enrique, compañero del club, que se encontraba de escapada micológica  de fin de semana. En un bar cercano pudimos sellar la cartilla de ruta y de paso tomar un pincho de tortilla y una coca cola que a mí personalmente me dieron toda la vida. 


Para continuar con la Brevet teníamos que volver sobre nuestros pasos hasta Barbadillo del Pez donde tendríamos que cambiar el rumbo para ir dirección Lerma. Obviamente tocaba de nuevo subir el puerto del Manquillo pero por su otra cara. Por esta vertiente se caracteriza por tener una pendiente muy regular, sin rampas importantes, un asfalto bastante deteriorado y un trazado rectilíneo que discurre casi todo el tiempo en paralelo al cauce del río Arlanzón


Recuperado milagrosamente de la "pájara" comencé la subida al puerto en solitario. Mis compañeros se habían demorando en exceso cambiandose de ropa y preferí ir tirando para delante. A mitad de subida comenzó a chispear y tuve que parar unos segundos para ponerme el chubasquero, momento en el que me alcanzaron. El resto de la subida la hicimos los tres juntos terminando la ascensión con muy buenas sensaciones. En la cumbre del Manquillo nos despojamos del chubasquero pensando que no volvería a llover, pero estábamos equivocados.


El siguiente tramo, hasta llegar a Lerma, se hizo bastante monótono. Por delante teníamos 70 kms que realizamos por terreno casi siempre favorable con el incentivo de tener el viento a favor. La noche se nos echó encima no dejándonos contemplar la Sierra de Covarrubias. Por esta parte del recorrido únicamente destacar el pinchazo que sufrí a la altura de Hortigüela, que solventamos sin mayor complicación y la lluvia que nos cayó de forma intermitente. 


A las once de la noche llegamos a Lerma, en esta población estaba situado el cuarto punto de control que correspondía al km 358. El tiempo máximo para realizar esta Brevet estaba estipulado en 40 horas. Tiempo más que suficiente para hacer un alto en el camino y así poder dormir unas horas. Gracias a las gestiones que realizaron con antelación Toño y Dani nos pudimos dar una buena ducha caliente y también descansar algo en la habitación de un hotel. 


Apenas pude dormir dos horas y media, pero me vinieron fenomenal. Me sentí rejuvenecer diez años. Antes de las 4 de la madrugada partimos de Lerma rumbo a Madrid, aunque para llegar hasta allí aún nos quedaban por recorrer más de 240 kms. Extremadamente motivado volví a la carretera dando por hecho que los momentos más difíciles ya se habían superado. El frescor de la madrugada y percibir que el viento era insignificante me dio un ímpetu portentoso para continuar.


Toño se mostró durante toda la ruta imperturbable. Iba con la calculadora en su mente para "optimizar" al máximo las paradas. Un hombre de acero que no mostró debilidad en ningún momento. Sin embargo, en esta segunda parte del trazado, tuvimos que ir adaptando la velocidad al ritmo de Dani que comenzaba a manifestar evidentes signos de cansancio. 


Al paso por la población de Roa, kilómetro 403 de la jornada. La noche transcurrió por carreteras secundarias sin que recuerde coche alguno que nos molestara. Tan solo la presencia de algún conejo al atravesar la calzada nos sacaba de la pesadez de la noche. Es una gozada escuchar el canto de los pajarillos resonar en la inmensidad de la oscuridad. 


El amanecer nos sorprendió a la altura de Fuentecen


Podríamos entrar a debatir si hacer 600 kms, prácticamente del tirón, es saludable o no, y seguro que cada uno tendrá su opinión personal. Pero evidentemente el desgaste físico es tremendo a nivel muscular. En este aspecto es super importante mantener la mente fuerte para que el cuerpo no llegue a bloquear puesto que está comprobado científicamente que la mente siempre se agota antes que el cuerpo. Obviamente hacer más de 27 horas de tiempo efectivo pedaleando es una barbaridad, algo fuera de lo común. Una fantástica locura que te lleva al extremo y a conocerte mucho mejor.


El siguiente punto de control se encontraba en Moradillo de Roa, pero nos despistamos un poco y nos lo pasamos. Tuvimos que volver para atrás un par de kilómetros para adentrarnos en el pueblo y buscar algún establecimiento donde colocar el sello correspondiente. A las siete y media estaba todo cerrado y finalmente optamos por hacer una foto individual con el cartel como prueba de nuestro paso por allí.


Abandonando la provincia de Burgos y entrando en la de Segovia.


El mundillo randonneur lo conocía bien por las locuras que Clara e Iñigo realizaban desde hace años. Ellos siempre me habían hablado de la dureza y el sufrimiento que se padecía en estas brevets. Nunca hay que perder el respeto a la larga distancia, pero este año quería vivir la experiencia en primera persona. Animado por la gran aceptación que desde AD Pedales habían tenido este tipo de rutas, me fuí alistando de una en otra hasta completar todo la serie. Todas han supuesto un aprendizaje interesante para mi y saco una experiencia muy positiva de todas ellas.


Llegando a Aldeanueva de la Serrezuela a los pies de la Sierra de Pradales.


En esta extravagante fuente llenamos nuestros bidones.


Nada más salir del pueblo tenemos que afrontar la siguiente dificultad de la jornada, el ascenso al Alto de Serrezuela. Una bonita subida que se realiza por una estrecha carretera jalonada con pilones de cemento. En la cima se encuentra un parque eólico que nos hacía presagiar que se trataba de una zona bastante ventosa. En esta ocasión tuvimos suerte y apenas corría una suave brisa.


A estas alturas de ruta cada uno hacía las subidas como buenamente podía. He de reconocer que desde que salimos de Lerma me había encontrado con buenas sensaciones, ni rastro de tirones ni calambres que bien podían haberse apoderado de mis piernas después de tantísimos kilómetros. Sin embargo, todo lo contrario, me encontraba fuerte y en cada subida lo demostraba. Como dato curioso mencionar que este puerto se encuentra a 1200 metros de altura y no a 2200 como marca en el cartel. 


Después de pasar por varios pueblos donde no había nada abierto donde poder desayunar, por fin encontramos en Navas de Enmedio una panadería abierta. Eran las nueve y media de la mañana y estábamos tan desesperados por comer algo que nos metimos literalmente dentro del horno, donde hacían el pan y los bollos. Por desgracia aún se estaban haciendo y solo pudieron ofrecernos bollería industrial y una torta de anís que les quedó del día anterior que yo devoré.   


Alegremente reanudamos la marcha por una carretera en deplorable estado. Circular por estos caminos de cabras tuvo sus consecuencias y más adelante Toño pinchó. Él además tuvo que hacer una parada imprevista pero en esta ocasión por fuerza mayor. Por esta zona volvimos a pasar por un tramo bastante pestoso que compartía el trazado de la ida pasando por las poblaciones de Duratón y Vellosillo como más interesantes.


Días atrás la península ibérica fue arrasada por una DANA que dejó fuertes lluvias en distintos puntos del país y este fin de semana estaba dando sus últimos coletazos. Según nos aproximábamos a la Sierra de Guadarrama ya podíamos intuir que ibamos a encontrar una climatología adversa. Fue entrar en la nacional dirección Prádena y comenzar a llover.


Sobre las doce y media de la mañana y con 500 kms en las piernas comenzamos el ascenso al puerto de Navafría por su cara segoviana. Por esta vertiente mantiene unos porcentajes algo más suaves que por el lado madrileño, pero a estas alturas de ruta eso ya era lo de menos.


Realicé casi toda la subida en solitario bajo una incesante lluvia que no dejó de caer prácticamente hasta terminar la ascensión. Dani antes de comenzar la subida nos comentó que necesitaba parar para comer algo y afrontar con garantías esta nueva dificultad, Toño se quedó con él y yo comencé a subir a mi ritmo. 


En la Fuente del Caño Ortiz (el mejor agua que se puede encontrar en la sierra) me detuve unos instantes a llenar los bidones. Aquí me dieron caza mis compañeros pero poco después volvieron a quedarse rezagados. 


Toño y Dani pasando a la altura del coche del Team Eolo Kometa. Ese día el equipo de Contador y Basso se encontraba por la zona y pudimos ver como algunos ciclistas profesionales subían y bajaban repetidamente el puerto, seguramente haciendo series.  


La bajada del puerto de Navafría fue el momento más difícil y duro para mi de toda la Brevet.  Aunque realicé un descenso cauteloso, con el piso mojado se me hacía muy complicado poder controlar la trazada y enderezar la bicicleta en algunas curvas. En las horquillas más cerradas pensé que me iría al suelo porque era casi imposible frenar, terminé la bajada prácticamente sin zapatas traseras comidas por el roce del agua con la llanta. Además el frío se apoderó de mí llegando abajo tiritando. Fueron 11 kms terribles donde padecí el lado más calamitoso del ciclismo. Toño y Dani que me habían adelantado en la bajada me esperaban en Lozoya donde hicimos la parada más extensa del día. 


Poco después de las dos de la tarde llegamos a Lozoya donde estaba establecido el último control. De nuevo volvimos a Ciclo Lodge para comer y de paso sellar nuestra cartilla de ruta. Después de tanta barrita energética y tantos bocatas yo necesitaba comer algo más natural y opté por pedir un salmorejo y una pizza que me sentaron fenomenal. Mientras nos servían yo aproveché para cambiarme de ropa. Toño me prestó unos calcetines y una camarera del hotel me dejó una toalla. Estuve un buen rato en el baño secándome y rehabilitándome. No se si había entrado en hipotermia, quizás es demasiado decir, pero un par de dedos del pie izquierdo los tenía completamente morados.


Aquí volvimos a coincidir con Iñigo que según nos comentó había salido de Lerma bastante tarde y fue cazando al resto de participantes por el camino. Salimos del hotel con la intención de no parar hasta llegar a Madrid, pero trescientos metros más adelante nos vimos obligados a buscar cobijo en una marquesina. Una fuerte tormenta nos sorprendió. Cinco minutos después dejó de caer agua y partimos hacía la última dificultad montañosa del día. Por suerte ya no nos volvió a llover más.


Tranquilamente y en animada charla realizamos la subida al puerto de Canencia. Una subida que por esta vertiente me parece de las más bonitas de la Comunidad de Madrid.


Sobre las cinco de la tarde alcanzamos la cima del puerto. Lo más difícil ya estaba hecho solo nos restaban poco más de 50 kms para terminar esta Brevet. 


La bajada a Miraflores la hicimos sin problemas, el firme estaba seco y enseguida llegamos a Soto del Real donde cogimos el carril bici que ya no abandonaríamos hasta llegar a la capital.


Después del sufrimiento llega la gloria y poco después de las siete de la tarde llegamos a Madrid. Inmensamente satisfecho y contento por terminar esta impresionante Brevet. Llegamos con casi dos horas de margen sobre el horario estipulado. Una ruta tan dura como bonita que nos llevó de Madrid a la Sierra de la Demanda pasando por increíbles paisajes y encantadores pueblos.


La cartilla de ruta que acredita nuestro paso por todos los lugares donde estaban establecidos los controles. El último sello no lo pudimos poner, porque la sede del CC Chamartín estaba cerrada. 


Los datos del gps no mienten y muestran la dureza de esta impresionante Brevet. Con este ruta he superado ampliamente todos mis registros anteriores, tanto en: Distancia, desnivel acumulado, tiempo efecto pedaleando, tiempo total. ¡¡¡Otra locura superada!!!. Evidentemente no te puedes plantear hacer este tipo de rutas mirando el kilometraje total. Tienes que pensar que vas a pasar dos días casi ininterrumpidos de ciclismo donde la bicicleta y tus compañeros se convertirán en tu familia. Ir quemando etapas, ponerte micro objetivos cercanos, para así de este modo no saturar la mente. 


La resistencia es probablemente mi mejor cualidad sobre la bici y en ese aspecto mis características se adaptan bien al ciclismo de larga distancia. ¿Podría plantearme participar en la PBP? Quizás, Quién sabe? seguramente sería la mayor aventura, la mayor locura sobre la bici, pero ya sabéis que solo fracasa el que no lo intenta.




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8 comentarios:

  1. Por supuesto que podrías plantarte ir a la PBP y similares... tienes todo lo que hace falta en esta modalidad.

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  2. Enhorabuena David, el ciclismo es un deporte de sufrimiento, pero hay que saber sufrir. Eres un titán!! En unos años plantéate la PBP💪🏼💪🏼

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    1. Marcos, lo de plantearme la PBP en todo caso sería ahora que estoy en racha. La próxima será dentro de 4 años, ha saber lo que puede pasar en tan largo tiempo. Yo vivo al día no me planteo nada a largo plazo, prácticamente vivo y hago planes de semana en semana. Y efectivamente, coincido contigo en que el ciclismo es un deporte de sufrimiento, pero cuanto más sufrimiento mayor es la gloria!!!

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  3. David, ese ciclista de otoño-invierno... Pero de secano 😝

    David, ese randonneur que reniega de los pagos por las brevets, pero que en su año de debut acude a una tras otra 😉 y para colmo te "reciben" con un "portazo" 😝

    David, bromas aparte, un GRANDE! Mi más sincera enhorabuena y felicitaciones. Bravo!!!

    Por cierto, ya no se si se sigue haciendo la MGM, 1000 kms. Si no, por Andalucía se que mínimo hay una y quizás el otro día en un podcast oí que estaban planificando para hacer otra con destino Lisboa (origen no recuerdo). Ahí te lo dejo 😉😉

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    1. Gracias Joserra!!!. Si te soy sincero a mi esto de las brevets, como bien sabes, nunca me habían interesado. Pero ya puestos lo suyo era completar la serie con las brevets 200,300,400 y está de 600, y francamente porque no tengo días de vacaciones sino me planto en París..jejejeje.

      También sabes perfectamente, porque lo he comentado muchas veces, que el calor lo odio, me viene mal a mi y a mi pie. Funciono de manera aceptable con temperaturas suaves, pongamos que entre 6-18 voy fenomenal, más allá de este rango sobre todo por encima la cosa se complica. Y evidentemente a nadie le gusta mojarse encima de la bici, ni a los vascos jejejeje...

      En cuanto al coste de la inscripción de las brevets, pues también lo hemos hablado repetidamente. En mi opinión me parece excesivo que te cobren 8,10 o incluso hasta 12€ que he llegado a pagar en alguna brevet por no hacer nada. Entiendo que el club ciclista mandará un email al organizador de la PBP con los que han superado la brevet y listo. Esto no justifica este pago por ningún sitio. Luego muchos nos quejamos del precio de las QH, Rotor, Soplao, Lagos, Perico etc, cuando en estas marchas existen varios avituallamientos durante la ruta, comida final, cronometraje, maillot conmemorativo, en algunas incluso cierran las carreteras al tráfico, asistencia mecánica, etc etc....

      Haber si el año que viene hacemos alguna Brevet juntos, aunque sea en plan garrapa detrás del vasco....

      Un saludo. David

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  4. Hola, David. Mi enhorabuena para ti. Me he quedado con la boca abierta. Pero si aún estoy comentando con algunos compañeros tu hazaña de la 400 de Yepes, y voy y me encuentro con que has hecho una de 600... Impresionante, y más con los problemas de tu pie. Pasasteis por Maderuelo, precioso pueblo segoviano, bellísimo, anclado en la Edad Media. Una pena que no lo vierais. Allí pasamos un día Elvira y yo. El puerto del Manquillo lo conozco bien, de las Globeslecks (200 kms) burgalesas que he hecho en varias ocasiones y por Pineda de la Sierra también pasé. Cierta su belleza. Mencionas la posibilidad de que cruzaran corzos la carretera, eso me suena, ¿no? Te entiendo en el infierno que pasaste descendiendo Navafría, con lluvia. Antes de leerlo ya lo imaginaba. Por último, ¿93,5 km/h? oooooostras. ¿No tuviste miedo?
    Me llama la atención el tema duración de la batería del GPS. ¿Llevabas baterías de carga?
    Lo dicho, ENHORABUENA, campeón. Saludos.

    Gorgonio.

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    1. Asi es Gorgonio, fue una experiencia muy dura pero gratificante. No se si llegué a pasar de 90 km/h en alguna bajada, me parece mucho, igual el gps dió algún dato erróneo, puede ser. En cuanto a la batería del gps, en esta ocasión si la puse a cargar. Pero realmente tiene una autonomía muy grande. Muchas gracias por el comentario. Y efectivamente queda pendiente la visita a Maderuelo que lo dejamos de lado.

      Un saludo. David

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