Ciclismo, naturaleza, fotografía.

CICLISMO, NATURALEZA, FOTOGRAFÍA, MTB, RUTAS.

jueves, 26 de mayo de 2011

LOS 10000 DEL SOPLAO 2011 21/5/2011

Por fin llego la cita más importante del año. La prueba reina de todas las carreras, una marcha que se ha convertido en un clásico dentro del calendario MTB. Para esta quinta edición más de 3900 inscritos destinados a sufrir en el denominado "Infierno Cantabro". Una carrera que destaca por su dureza, la excelente organización y los bellos paisajes por donde discurre.

Desde principio de año me había estado preparando para este evento, planificando rutas largas con bastante desnivel, para ir adaptando el cuerpo a pasar mucho tiempo encima de la bici, y saber dosificar y regular el ritmo en las subidas. Esto me había echo perder explosividad y ganar resistencia, ideal para el soplao. Esta sería mi primera participación en este evento y llegaba con la inexperiencia propia de un novato pero también con las ganas e ilusión de conocer y disfrutar, y porque no también sufrir, de este macro acontecimiento.



Con Luisma y Pavement el viernes al llegar.
Este tipo de eventos te obliga a pasar todo el fin de semana fuera de casa. En esta ocasión me hubiera gustado que mi mujer y mi hijo me acompañaran pero por otros motivos al final no pudieron estar. Desde MTB Leganés se había planificado, sobre todo gracias a las gestiones de Ruteriño, el viaje, la instancia y el hospedaje. En esta oportunidad fuimos ocho los compañeros desplazados a Cantabria, dos de ellos se quedaron en Cabezón de la Sal con la familia y el resto nos quedamos alojados en la localidad de Mazcuerras a escasos 4 kms de la salida. En una posada muy coqueta llamada "la Posadita".



El viernes lo dedicamos a recoger los dorsales, la bolsa de regalo que incluía un maillot conmemorativo, y a empaparnos del "espíritu del soplao", como bien dice Ruben  "algo que empiezas a disfrutar desde el mismo momento en que haces la inscripción". El ambiente en Cabezón de la Sal era extraordinario, multitud de ciclistas llegados de distintos lugares de la geografía española recorriendo los stan para observar las novedades de cada marca y muchos vecinos curiosos se amontonaban en los alrededores de la salida. Entonces fue cuando el speaker anunció que Fran Ventoso, el ganador del año pasado, había abandonado el Giro de Italia y venía a participar mañana en la prueba. Esto demuestra lo grande que es el soplao.


El soplao no es solo la carrera btt, este mismo fin de semana se desarrollaban las pruebas de marathon y ultramarathon, unas semanas después tendrá lugar la carrera de ciclismo de carretera. Sobre las 11 de la noche coincidiendo con la salida de los paticipantes en la ultramarathon nosotros dábamos buena cuenta de unas pizzas, que según los entendidos, nos daría toda la fuerza para afrontar los 165 kms de recorrido adornados con 5 puertos de montaña de categoría especial y otros dos algo más "suaves".






Poten, Ruben, Pavement, Ruteriño, Troton, Jach, Luisma y yo.

Los nervios me atenazaron durante la noche y apenas pude pegar ojo. La mañana amanecía fresquilla, pero sin llover, como a mi me gusta. Nos levantamos bien pronto sobre las 5, 45 justo el tiempo necesario para desayunar fuerte, preparar los trastos y salir hacia Cabezón de la Sal. Gracias a los Trotones pudimos situarnos en un buen lugar, nos habían contado que los últimos de la cola tardaban en pasar por el umbral de salida hasta media hora, así que en esta ocasión queríamos posicionarnos lo más adelante posible, y lo conseguimos, tan solo tardamos cinco minutos en salir. En la avenida principal nos apilábamos más de 3900 ciclistas ansiosos por comenzar.


Cinco minutos antes de las ocho de la mañana, se produce uno de los momentos más emocionantes, cuando las gaitas comienzan a sonar y sabes que esto ya no tiene vuelta atrás. A continuación comienza a sonar a toda pastilla el "Thunderstruck"  de AC/DC por lo altavoces de megafonía. Los pelos se me pusieron como escarpias. Ruge la muchedumbre y comienza una cuenta atrás que coreamos todos los participantes al uniso. Una traca ensordecedora nos da la salida. Momentazo espectacular que hay que vivirlo.



En la salida se forma un poco de tapón, producida por la gran cantidad de participantes, vamos alejándonos de Cabezón de la Sal por una carretera que pronto abandonamos para coger una pista dirección a Comillas. Ya desde el principio cada uno de mis compañeros va adquiriendo su ritmo adecuado, comenzando una andadura cada uno en solitario, tan solo los Trotones permanecieron unidos durante toda la carrera.

Ascenso al Monte Corona.

Estos primeros kms se hacen bastante cómodos, pasando por un bosque muy agradable de eucaliptos. Algunos bikers me pasan a toda pastilla, aunque la mayoría van tranquilos a mi ritmo. Me llama la atención la gran cantidad de pinchazos que se suceden en estos primeros kms. Tras un ligero aunque peligroso descenso comenzamos la subida al Monte Corona, son apenas dos kms pero con un porcentaje medio al 10%, fue el único ascenso que realice con el plato mediano.





Tras coronar, rápido descenso hasta Cavides, donde se encuentra el primer avituallamiento. Llevamos 23 kms y el calor empieza a ser insoportable. Aprovecho para llenar los bidones comer un plátano y quitarme la camiseta térmica. La mochila no me molesta demasiado pero es un peso extra. También cambio los cristales de mis gafas de sol por unos más oscuros. Miro hacia atrás y veo una hilera infinita multicolor que va llegando al primer descanso. ¡ La de gente que viene por detrás!.





Por un tramo asfaltado llegamos a La Cocina, la gran cantidad de ciclistas y la fuerte pendiente provocan un gran tapón que me obliga a poner pie a tierra, supongo que los "pros" subirían este tramo encima de la bici, pero desde luego yo no vi a nadie que consiguiera realizar esta primera rampa encima de la bici. No son rampas, en realidad son paredes!!!, con porcentajes entre el 12% al 18%. El firme compuesto de rocas que afloran a la superficie y la gran cantidad de chinarros dificultan incluso el empuja-bike. Alucinante la gran cantidad de gente apilada a ambos lados del camino dado ánimos a todos los ciclistas sin cesar. Estas cosas te hacen sentirte especial.

Subida a La Cocina.

Una gran hilera en el ascenso a La Cocina.

Este calvario dura un par de kms, después las rampas se suavizan e incluso me encuentro algún tramo de descanso antes de iniciar el verdadero ascenso a las cuervas del soplao. Las vacas nos miraban con una cara de incredulidad, seguramente pensando lo locos que estábamos. Seguidamente se inicia un ascenso precioso con unas vistas espectaculares, la pista va serpenteando el monte ganando altura a través de una sucesión de zetas donde se puede ver perfectamente la hilera de ciclistas.




Vistas durante el ascenso a las cuevas del soplao.

Una sucesión de zetas nos llevan a las cuevas del Soplao.

Durante el ascenso me cruzo con gente, que al verme con el maillot de Mtb Leganés, me dan charloteo, algunos del Club "el altillo" y otro de "rutas tranquilas". Así se me hizo más ameno el tiempo. Esta zona me pareció de las bonitas de toda la marcha. Me encontraba bien de fuerzas, recordaba en todo momento el lema de comer cuando no se tiene hambre y beber cuando no se tiene sed. De echo cuando veía a alguien coger el bidón, yo hacia lo propio. Esta ascensión la hice con el plato pequeño y jugado con los piñones intermedios, intentando regular sin malgastar fuerzas.


Sobre las 11,00 alcanzo la cima del soplao, en el parking de las cuevas se encuentra establecido el segundo avitullamiento. La explanada esta petada pero aun así no se producen colas para recoger los alimentos y bebidas, la organización lo tiene planificado de forma super ordenada y se puede coger toda la cantidad que se desee. Admirable el cariño y la entrega de los voluntarios interesándose por los ciclistas para que no les falte de nada. Vuelvo a cambiarme los cristales de las gafas a unos más claros, el sol ha desaparecido y comienza hacer frío.



Según mis cálculos, para terminar el soplao, tendría que hacer una media de 10 km/h incluyendo paradas. El punto clave se encuentra en Juzmeana en el punto km 133 por allí tendría que pasar antes de las 21,00 para seguir en carrera habiendo pasado el corte. De llegar más tarde no me dejaran seguir en carrera y mi sueño de conseguir mi reto personal se desvanecería. Con esta idea en mente reanudo la marcha.



En el descenso de Celís me lo tomo con calma, el terreno compuesto de tierra rojiza arcillosa no es el más adecuado para ir a altas velocidades. La mayoría de la gente fue con bastante precaución. En algunos lugares peligrosos se encontraban miembros de protección civil que nos iban advirtiendo de los lugares y pasos más complicados. En el tramo final antes de llegar al pueblo, la pista pasa a ser de hormigón rallado, las vibraciones procedentes del firme son insoportables, mis muñecas acaban destrozadas. Por suerte llego a Celis sin consecuencias, alguno no podrá decir lo mismo. Los vecinos no paran de animar, ¡increible!. Un policía nos indica la dirección a seguir, hacía la izquierda por la carretera.


El tamden.
Este tramo se me hizo bastante pesado buscando un grupito que llevará mi mismo ritmo, para unirme a ellos y hacer más fácil el camino, pero no lo conseguí, algunos iban como flechas y otros como caracoles. Después de atravesar la población de Puente-Nansa vadeamos un arroyo sin agua pero con unos pedrolos que me hicieron desmontar. Pronto llegamos a Carmona un pueblecillo que me resulto de lo más entrañable. A su salida volvimos a tomar la carretera dirección Puente la Riega donde definitivamente abadonamos el asfalto para comenzar el ascenso al Monte Aa.



Rampas del 20%+IVA en el Monte Aa.

Había leído y escuchado mucho sobre las brutales rampas de hormigón rallado de más del 20%, que la parte central del puerto tenía. Pero sentirlas era otra historia, finalmente pudieron conmigo y tuve que ceder, poner pie a tierra y hacer esta parte arrastrando la bici, en algunos casos iba más deprisa andando que alguno montados encima de sus monturas. Estuve un buen rato caminando hasta encontrar terreno favorable. El tramo final antes de coronar se me hizo más llevadero, aunque las rodillas empezaban a pesarme.





En la cima del Monte Aa.
En la cima paro a descansar un poco, vuelvo a ponerme el chubasquero, como en todos los descensos, y aplico "radio salil" a mis rodillas. La bajada la hago bastante rápida, para lo que yo acostumbro, me encuentro con una pista en buenas condiciones que hace volar mi trek, ¡¡la muy jodia como tira!!. Me encuentro en pleno valle de Cabuérniga recorriendo un frondoso hayedo, que hace por momentos que me olvide de que estoy en plena carrera. Poco después un puente me hace atraversar el río Saja, que desemboca en la carretera de entrada a Ruente, un miembro de la organización me hace gestos con su mano de que decelere mi ritmo, voy a entrar en una carretera con trafico compartido, pero no le hago caso y sigo a todo "trapo" hasta llegar al nacimiento de la Fuentona. En fila de uno pasamos por un puente de piedra que salva el río, la gente a ambos lados aplauden a rabiar, y yo en ese momento me creo un previligiado, como si fuera un profesional, alguien que ha conseguido algo importante.




Área recreativa Casa del Monte.

Llevados 66 kms llego al área recreativa Casa del Monte donde se encuentra establecido el tercer avituallamiento. En realidad es una enorme pradera donde observo multitud de participantes tirados descansando y comiendo. Aquí vuelvo a reponer los bidones y comer un par de minis bocatas de jamón, cinco minutos de descanso y para arriba. Me llama la atención como muchos se dan la vuelta y abandonan en este punto. Lo peor la cantidad de basura tirada por los suelos. Parece mentira que siendo personas que amamos la naturaleza y el campo nos comportemos así.



El Moral es un puerto largo de casi 12 kms de longitud, sus ocho primeros kms tienen una pendiente media del 8%, pero en mi garmin el grado de pendiente siempre era superior al 10%. Inicio el puerto con fuerzas, incluso pasando gente que iba muy atrancada, uno de ellos me suelta "donde vas tan rápido que queda mucho". Que razón llevaba el buen hombre. Los primeros kms la pista esta algo picada, como si antaño hubiera había tramos asfaltados por allí, luego fui pasando  por zonas con mucha piedra por donde me encontré con los participantes de la ultramathon. La pista se va adentrando en el monte con varias sucesiones de giros y rectas hasta que a mitad de puerto el camino comienza a subir la ladera por el exterior de la montaña. Es un puerto que parece que nunca vaya a finalizar, cuando termina un collado comienza otro y así sucesivamente. El silencio lo enturbia  la presencia de un helicoptero, este año el soplao se retrasmite on-line, y el despliege de medios es impresionante

Primer ascenso al puerto de El Moral.

A mitad de puerto comienza mi calvario, noto como los cuadriceps se revelan contra mi. En particular el de la pierna derecha, este me impide levantarme de la bici para aligerar un poco la tensión. Comienzo una sucesión de paradas para estirar y luego después volver a montar, y así consecutivamente durante más de cuatro kms. Pensé que tendría que retirarme, no podía continuar de esta manera. Comienza a pasarme gente y esto me empieza a desmoralizar. Tirado en el suelo, en la cuneta veo pasar hacia abajo en descenso a los primeros, a unas velocidades impresionantes, a ¿qué escuela de descenso irán?. Me levanto del suelo y me subo encima de la bici, pero apenas soporto el dolor durante cuatrocientos metros. Decido seguir caminando, arrastrando la bici, y continuar hasta donde pudiera. En la parte trasera del dorsal había un teléfono de asistencia al participante, en más de una ocasión me vi tentado de llamar para que me vinieran a buscar. Pero supe sufrir y continuar. Los últimos 2 kms son algo más suaves lo que me permiten un respiro y que los cuadriceps no se me suban. Lo curioso es que me encuentro bien, las pulsaciones que al comienzo estaban por los aires, ahora se habían estabilizado entre 150-160 y no subían, es algo curioso nunca me había pasado antes.


Barcena Mayor
Después de más de dos horas de ascenso consigo coronar El Moral. En la cima descanso durante un buen rato, me tomo un ibuprofeno, coloco una venda elástica por encima de la rodilla haciendo presión sobre el cuadriceps, y lo más importante, me di cuenta que el sillín estaba demasiado bajo, debe ser que con las vibraciones de los descensos se había aflojado. Sitúo la tija en su lugar correcto y tras llenar los bidones me tiro en un vetiginoso descenso buscando la población de Barcena Mayor. En el descenso, que después habrá que subir, me cruzo con Rute, al cual doy ánimos.




Ascenso a Cruz de Fuentes.

Deseoso por comenzar el ascenso a Fuentes, la madre de todas las subidas, decido no parar en el avituallamiento del área recreativa del Llano Castrillo. Al pasar por Barcena Mayor me vino a la mente mi primera visita a este bello lugar, en aquella ocasión acompañado de mi mujer, me pareció estar en plena edad media, atravesarlo en bici fue un momento muy emotivo para mi. Sobre las cinco menos cuarto de la tarde inicio el ascenso al puerto más largo y quizas el más duro de la jornada, Cruz de Fuentes, se trata de un puerto de 16 kms de longitud, ideal para dejar K.O al que vaya corto de fuerzas. Aquí me olvidé de hacer fotos y me centré en dar pedales. Los problemas con los cuadriceps desaparecieron y poco a poco fui cogiendo un ritmo bastante bueno que me hizo ir adelantado a bastante gente, minimo pude pasar a más de treinta tios, aunque la mayoría iban empujando la bici. Lo que es el ciclismo, unos kms atrás me encontraba hundido meditando la retirada y ahora mi cuerpo se sentía bien, cansado pero resistiendo. A mitad de puerto me encontré con una zona de descanso que me vino fenomenal para estirar un poco, al mismo tiempo unos truenos anunciaban lluvia aunque esta nunca llego. Los últimos cuatro kms se me hicieron durisimos, iba con todo el desarrollo metido, el platillo y el piñón de urgencia, el 36, quizás gracias a él pude continuar sin bajarme. Según me acercaba a la cima iba viendo la famosa cruz, esto me ayudo a continuar. Tras coronar descansé un par de minutos y me tire en descenso, por el tramo nuevo. Iba algo pillado de tiempo según mis cálculos e intente ir rápido. Pero me encontré un camino pedregoso, no quise arriesgar y baje el ritmo detrás de un chaval que trazaba de maravilla.



Este tramo de descenso, es nuevo, sustituyendo el recorrido que se hacía antes por la carretera del puerto de Palombera. Los que realizaron el descenso con precaución tuvieron la posibilidad de deleitarse con un bosque propio de dibujos animados, de duendes y gnomos. A mi me gusto. A continuación el trazado volvía a ponerse exigente, como no, hacía arriba, pronto llego al avituallamiento de Ozcaba donde repongo liquido y como algo en previsión de no volver a parar hasta alcanzar el inicio del último Moral.


Ascenso a Puente Vieja.
En el ascenso a Puente Vieja comienzo a notar las piernas bastante cargadas, son muchos kms de subida, y muchos metros de desnivel acumulado. Sin embargo me sorprendo de lo bien que estan los cuadriceps y las rodillas. Acompañado de un par de chicos y una chica que tenía unas piernas muuuuuy largas hacemos juntos los 4 kms de subida. Como siempre con el plato pequeño y los piñones más grandes. La tormenta pasa de largo pero en la cima la niebla hace su aparición, vuelvo a parar para colocarme el chubasquero, comer algo y beber, el mismo ritual en todos los puertos.




Descenso hacia Colsa.

En el descenso me encuentro un camino difícil con mucha piedra, donde la amortiguación tiene que hacer bien su trabajo. Son numerosas rectas donde aparentemente no hay demasiado desnivel, sin emabargo la bici se endemonia y coge velocidades que a veces me asusto. Tengo que ir todo el rato tirando de freno, para que el caballo no se encabritara, aun así me cuesta bastante dominarla. Antes de llegar a Colsa paro un momento para descansar los brazos y las muñecas.


Junto a mí para otro biker con la misma dolencia que yo, ¿quién dijo que bajar no cansa?. Nos ponemos a hablar un poco y aprovecho para que me haga una foto con unas estupendas vistas al valle. Me pregunta cuanto queda para el corte y con sorpresa al mirar el garmin observo que se ha apagado, ¡que putada!, con los nervios se me olvido cargarlo por completo ayer y comencé con media batería la carrera. Por suerte tenía la ayuda del velocimetro y el pequeño ordenador que incorpora. Preocupado por la incertidumbre de no saber si llegaría a tiempo al corte continuo el descenso hasta alcanzar el pueblo de Colsa.

Descenso hacia los Tojos.

Una carretera con numerosas horquillas me llevan hasta alcanzar Los Tojos, este descenso ya por asfalto lo realizo sin miedo, confiando en la estabilidad de mi trek que llego a pillar los 60 km/h. Que sensación ir a todo lo que daba la bici para frenar justo un poquito antes del giro y volver a lanzarla de nuevo una y otra vez. Al pasar por los Tojos se me pone la carne de gallina al ver en sus calles multitud de vecinos a ambos lados de la calle animando, como si estuvieramos en una etapa del Tour de Francia.


Puesto de asistencia mecánica en Juzmeana.

A las 20,45 alcanzaba el avituallamiento de Juzmeana, inicio del último puerto de la jornada, El Moral, por su otra vertiente, y punto clave para seguir en carrera. El objetivo cumplido, había llegado al corte antes de las 21,00. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al pensar que mi sueño se podía hacer realidad, conseguir acabar mi primer soplao. Después de tantos kms, de tantos puertos subiendo, de tantos descensos peligrosos, por fin, mi mente descansaba. Psicológicamente siempre estuve fuerte, pensando que había venido hasta aquí para llegar lo más lejos posible.



En este punto hago uso de la asistencia mecánica, unos chavales muy agradables me ayudan a limpiar y engrasar la cadena, que desde hacia bastante rato sonaba como el sonajero de mi niño, destacar el buen hacer y la predisposición de los mecánicos ante cualquier contratiempo o avería. En este avituallamiento coincido con Tronton y Jach, que iban por delante de mi, ellos inician el ascenso mientras yo repongo fuerzas comiendo unos pastelillos y bebiendome una coca-cola, además vuelvo a rellenar los bidones. ¡la de litros que bebi!. Un poco antes de las nueve de la noche comienzo el ascenso a El Moral.

Troton en el ascenso al ultimo El Moral.

Se trata de un puerto largo de 9 kms de longitud, en el descenso que realice esta tarde no pude apreciar la belleza de esta vertiente. El camino se va adentrando en el monte remontando el curso del arroyo Juzmeana mientras que el resto de ciclistas comenzamos la última tortura del día, el séptimo puerto. Me encuentro con buenas sensaciones, y decido dar un poco de alegría a los pedales, con mucha cadencia pero avanzando a buen ritmo comienzo a pasar a gente, incluso dejo atrás a Troton y Jach. Creo que durante los primeros 5 kms no me paso nadie. Los últimos cuatro kms la pendiente se endurece, se hace necesario volver al molinillo metiendo todo el desarrollo más sencillo de mover, el 24x36. A falta de dos kms para cononar, noto una sensación muy estraña que jamas antes me había sucedido. "No siento mi pene" como si no lo tuviera, como si no estuviera ahí, pero si estaba. Por lo visto la presión de la prostata contra el sillín durante tantos kms de ascenso acumulados había provocado que mis partes se quedaran sin riego sanguíneo. Tuve que parar, tirarme en el suelo a descansar, hasta que volví a sentirme hombre. Toda la gente a la que había adelantado me pasaron, incluidos Troton y Jach. Intento volver a sentarme encima de la bici y continuar, pero a los cien metros vuelvo a no sentir ni los huevos ni la po....Obligado me bajo de la bici y continuo andando, empujando la bici. La noche se estaba echando encima y aun me quedaban dos kilometros para la cima. Sobre las 22,15 corono el alto de El Moral, en la cima me recibe una noche cerrada, una niebla muy espesa que casi no dejaban ver una ambulancia y un vehículo de protección civil iluminados con las luces naranja de emergencia, que se encontraban para prestar ayuda al que lo necesitara. Además comienza a caer una fina lluvia que nos acompañara durante casi todo el descenso.

En Cabezón de la Sal, linea de meta.
En la cima descanso y me masajeo un poco, buscando encontrarme algo mejor. Preparo el foco y los pilotos traseros, unos minutos después inicio el descenso del puerto, por el mismo lugar por donde hace ya muchas horas había transitado antes. Aunque el foco ilumina bien, apenas veo entre cinco y diez metros por delante. Durante dos kilometros circulo por la cresta de la cima, un continuo subir y bajar, de repente la bici se embalaba y al momento se quedaba parada. La noche y la niebla no me dejaban ver nada, solo los pocos metros que mi foco iluminaba. Antes de iniciar el verdadero descenso escucho un cencerro, que extraño pienso en voz alta "por aquí vacas", pero mis pensamientos reciben respuesta:  "vamos, da le caña, que ya no queda nada", era un aficionado que llevaba en ese lugar desde que pasaron los primeros por la mañana y que a nuestro paso zarandeaba su cencerro. Estas cosas son las que hacen grande una marcha. En el primer km de descenso me encuentro con un ciclista parado, al pasar me dice "te importa que vayamos juntos, es que estoy acojonado, no veo nada". Juntos hicimos más de medio puerto hasta que nos alcanzaron un grupeto de unos ocho bikers. Con mucha precaución y radiando los giros para que todos pudieran orientarse en la oscuridad terminamos el descenso a El Moral. Esta parte del recorrido no se me olvidará en la vida, fue realmente épico, noche cerrada, con niebla, lluvia, donde sentí el compañerismo de gente anónima unidos por un mismo objetivo. A continuación la marcha siguió enlazando con la carretera, fueron apenas 8 kms donde fuimos a todo trapo, con el plato grande dándolo todo, la cercanía de la meta nos hacía volar por encima de los 30 km/h, y yo me preguntaba ¿de donde saco fuerzas?. Era increíble con las ganas que terminamos. La llegada a Cabezón de la Sal fue muy especial, me descolgué del grupeto para saborear en solitario la entrada a meta. Por las calles la gente animaba a rabiar y felicitaban a todos los que por allí íbamos pasando, me sentí muy especial. Una sensación que merece la pena vivir. A las 23,43 traspasaba la linea de meta, casi 16 horas de carrera. Levante mi brazo derecho como si hubiera ganado una etapa del Tour de Francia. He de reconocer que mi primer pensamiento fue preguntar si el Getafe C.F del cual soy simpatizante y socio había ganado su partido y de esta forma permanecia en primera división. Pero de inmediato pensé en mi hijo y en mi mujer, y en todos los fines de semana que les había dejado solos haciendo pre-soplaos, también en mi familia y en los colegas que me habían ayudado en mi entrenamiento. En seguida me encontré con Pavement que fue el único que vivió in situ mi llegada, con él me funde en un abrazo, felicitándonos mutuamente. Después hice lo propio con el resto de compañeros, los cuales realizaron unos tiempos impresionantes, solo Ruben no pudo completar el recorrido por problemas físicos, dejándolo pendiente para el soplao 2012.

En un restaurante cercano nos apretamos un buen cocido montañés, comentando las mejores jugadas del día. Sin duda ha sido la experiencia más brutal que he realizado encima de la bici. 5 puertos de montaña, más dos tachuelas y otros tantos descensos peligrosos, más de 4000 metros de desnivel, un total de 165 kms realizados en casi 16 horas de carrera son datos que me asustan. Para mi fue todo un triunfo llegar, dentro de los limites establecidos. Aunque por el camino hubo momentos muy malos donde creí que no podría continuar.


Para realizar esta marcha hay que estar físicamente en forma, pero además y lo más importante, hay que tener una fortaleza mental a prueba de bombas. Son muchas horas encima de la bici donde se te pasan por la cabeza multitud de pensamientos como "merece la pena lo que estoy haciendo", aunque todo queda recompensado al pasar la linea de meta. Aunque simpre vas acompañado de ciclistas anónimos al lado, en realidad la mayoría de las veces te encuentras solo, este sería el aspecto negativo de la prueba. Dar las gracias al Club Ciclista MtB Cabezón de la Sal por la excelente organización, donde no faltaron médicos, mecánicos, asistentes, controladores, policia, guardia civil, protección civil todos ellos compenetrados a la perfección para que todo saliera de forma correcta. Un 10 a las gentes y vecinos de los pueblos por donde pasamos que no dejaban de animar. Agradecer a mis compañeros de MTB Leganes que me hicieran sentir este fin de semana como si estuviera en casa. Puede que el futuro me depare más soplaos ya que es una prueba que se adapta a mis características y busca la esencia de lo que más me gusta en este deporte. Finalmente con mucho sufrimiento pude superar mi reto personal para este año, para el 2012 habrá que buscar nuevos horizontes.

PERFIL:


TRACK : (Cortesía de Rute, mi garmin se quedo sin pila):



CLASIFICACION:

7 comentarios:

  1. Bueno, pues ya está! El Soplao conquistado. Enhorabuena por haber cumplido el reto y por la gran crónica.
    Ahora a por el del 2012!!!
    Pablo.

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  2. Qué barbaridad de ruta, pero debe de ser espectacular. Enhorabuena por lograr acabarla.
    Saludos.

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  3. David , me ha encantado y emocionado tu crónica esta escrita con mucho sentimiento como la veo yo , asi que estoy totalmente identificado con todo lo relatado en ella. Felicidades campeón una de las mejores satisfacciones que me he llevado este año a sido ver como completatabas y terminabas este reto, tiene mucho mérito.

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  4. Enhorabuena por este ejemplo de superación. Tiene que ser un subidón conseguir un reto así.

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  5. Pues animaos para el año que viene!!!!!!!!!... por distintos motivos la ruta va a cambiar de forma importante... mas espectacular e incluso más exigente

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  6. Joder tio hasta me he emocionado leyendo la ultima parte de el moral. mi amigo y yo la hicimos juntos. 10 horas. y si no es por su trabajo psicologico no acabo ya que tuve bajon en el 1º paso el moral.Soplao de lo mas duro y eso que llevamos toda la vida compitiendo y haciendo carretera.ni quebranta ni na...ah y la semana que viene los 220 de carretera.

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  7. A la del 2012 vamos cuatro amigos, muchas gracias por tu cronica, muy interesante, me ha dado muchos animos, no se que pasará pero yo voy a acabarla.
    Un Saludo

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