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CICLISMO, NATURALEZA, FOTOGRAFÍA, MTB, RUTAS.

viernes, 8 de noviembre de 2013

ABANTOS (Por sus dos vertientes en flaca) 3/11/2013

Recorrido de ida y vuelta que enlaza las poblaciones de Guadarrama (Madrid) y Peguerinos (Avila) para subir el mítico Monte Abantos por sus dos caras. Desde El Escorial se caracteriza por ser una subida muy complicada por el mal estado del terreno y el fuerte desnivel de algunas pendientes. Por su vertiente abulense es una subida más suave y llevadera. Acometer esta ruta en flaca puede resultar toda una temeridad aunque también una experiencia muy interesante. 


Mi flaca en la cima de Abantos.

Con la llegada del frío, las lluvias y las futuras fiestas navideñas mi temporada de bicicleta terminará, pero hasta que esto suceda aun tengo pendientes algunas rutillas que me gustaría realizar. De entre ellas y siguiendo con la serie de rutas de ida y vuelta realizadas con la flaca para ascender los puertos más importantes de la sierra de Madrid por sus dos vertientes, hoy tocaba subir el mítico Monte Abantos. Una subida que acometí por primera vez el año pasado aunque en bicicleta de montaña. En esta ocasión quería aumentar la dificultad de la ruta utilizando la flaca. Aun sabiendo que la pista forestal que trepa hasta Abantos se encuentra en un pésimo estado y que el km anterior al Alto de Malagon mantiene una pendiente durisima. Aun así tenía mucha ilusión en coronar Abantos con mi flaca.


Vistas desde Abantos.

Mientras en la zona sur de Madrid la mañana había amanecido cubierta por una espesa niebla, al llegar a la sierra me sorprendía encontrar un inmejorable día soleado, con una temperatura suave, que en un principio me hizo dudar con la indumentaria a llevar. De echo durante el desplazamiento en coche desde Getafe hasta Guadarrama, donde había situado el punto de inicio de la ruta, pensé que en algún momento iba a ponerse a llover. Por suerte esto no sucedió pudiendo disfrutar de una jornada estupenda.


En el Monasterio de El Escorial.


Sobre las 9,30 me pongo en marcha. Los primeros 7 kms de ruta los realizo por la M-600, la carretera que une Guadarrama con El Escorial. Esta es una vía que en hora punta mantiene una alta densidad de tráfico, sin embargo a estas horas de la mañana apenas me crucé con coches. En seguida alcanzo el área recreativa de El Tomillar, lugar que supone el comienzo de la ascensión. El monte Abantos por su cara madrileña se puede subir por dos sitios. La más conocida sería por las calles que parten del mismo Monasterio de El Escorial y que luego enlazan con la pista forestal, aunque esta opción tiene el inconveniente de discurrir por calles de sentido contrario, adoquinadas y con un porcentaje altísimo. Lo más recomendable es iniciar la subida desde el área recreativa de El Tomillar, como también hice el año pasado. De esta forma la subida se hace más natural y con unas vistas de impresión. La subida se puede dividir en cuatro partes:





Subida por las zetas asfaltadas.


La primera parte es simplemente espectacular. Durante cuatro kms iré transitando por una pista asfaltada en perfecto estado, sin rastro alguno de vehículos a motor. Me siento fuerte y de comienzo voy adelantando a todos los chavales que me encuentro por delante, sus bicis de ruedas gordas andan lentas por aquí, aun así me impongo un ritmo tranquilo, con todo el desarrollo metido, sabiendo que lo más difícil aun esta por llegar. La pista va ganando altura rápidamente mediante la sucesión de 14 curvas de herraduras que forman el dibujo de 7 zetas. Curiosamente en la primera curva esta pintada la inscripción " Solo te quedan 7" haciendo referencia a las zetas que me encontraré por delante.


Espectaculares vistas desde la Penosilla.


Esta primera parte de la subida al Monte Abantos la realizo al descubierto, los pocos árboles que existen son pinos de repoblación demasiado jóvenes como para dar cobijo. Esta zona fue arrasada en 1999 por un cruel incendio que devastó casi toda la flora existente. Es sin duda el tramo más espectacular de toda la subida aunque no el más duro. Esta pista se arregló hace años para hacer los trabajos de reforestación, es una subida constante con porcentajes que oscilan entre el 9% como máximo y el 6% de desnivel en los tramos más fáciles. Los continuos cambios de perspectiva me permiten observar todo lo recorrido y me brindan unas magnificas vistas al embalse de Valmayor, la meseta y El Escorial arrecostado en las faldas de la montaña.


Tramo prohibido al tráfico.


Al llegar al área recreativa de La Penosilla el piso cambia radicalmente. Nada más atravesar un paso canadiense comienza una andadura por un penoso asfalto descarnado. A partir de aquí tendré que tener mucho cuidado, la pista forestal se encuentra en un lamentable estado de progresivo deterioro, con muchos socavones, piedras y gravilla suelta. Este terreno no es el más indicado para las ruedas finas y los frágiles cuadros de las bicis de carretera. Este tramo esta cerrado al tráfico motorizado, por aquí no pasan los coches, y puedo añadir que las bicicletas de ruedas finas lo tenemos muy jodido. Sabía que durante este tramo iba a sufrir pero merecía la pena intentarlo. Esta segunda parte de ascensión transcurre por el interior del bosque, por un tramo de falso llano, suaves repechos y algún que descansillo cuesta abajo.


Subida al Monte Abantos.


Después de penar durante 2,5 kms alcanzo una cancela que me obliga a descabalgar. Tras superar esta verja enlazo con la pista principal que viene ascendiendo Abantos desde San Lorenzo del Escorial, esta pista se encuentra también muy deteriorada, pero no tanto como la anterior. Un par de kms después paso junto al centro de interpretación, "Luis Ceballos", un arboreto interesante de visitar en otro momento. También dejo atrás una fuente con agua cristalina y adelanto a un rebaño de "peligrosas" vacas que amenazaban con cruzarse en mi camino. Por esta zona además tengo que superar dos pequeños tramos de tierra, donde el asfalto había desaparecido por completo. No entrañan dificultad porque la arena se encontraba bien compactada pudiendo pasarlos sin mayor problema.


Rampas del 17%.


Llevados 8 kms de ascensión comienzo la parte más difícil de toda la subida a Abantos. Al mal estado del terreno hay que añadir 1,5 kms de continuas rampas con pendientes brutales que en algunos casos rozan el 19%. Aquí ya no se pueden guardar fuerzas, hay que darlo todo para superar estas cuestas. Escoger la mejor versión de uno mismo y tirar para adelante. Acompaso la pedalada con golpes de riñón y al mismo tiempo haciendo fuerza con el manillar empujándolo hacía mi, en clara actitud de aprovechar toda la energía disponible. En los descansillos, al 12%, me levantaba de la bici para aprovechar mi propio peso, y así impulsar la bicicleta. Este infierno finaliza al llegar al Alto de Malagón.


Alto de Malagón.


El cuerpo me pide unos minutos de tregua porque el esfuerzo muscular ha sido muy alto. Sin embargo se que la parte final carece de dureza y prefiero continuar sin parar. Hasta llegar a la cima me restan un par de kms que se hacen bien con el único inconveniente de esquivar unos doscientos metros repleto de socavones del tamaño de cráteres. Un poco más adelante a mano derecha se coge un camino de tierra que conduce a la famosa Cruz de Abantos, pero hoy no entraba en mis planes y mis ruedas finas seguro que tampoco me lo permitirían. Después de hora y cuarto de ascensión consigo llegar a la cima del Monte Abantos. 12,5 kms de subida que finalizan junto al cartel artesano del forero Buru M. Allí estuve un buen rato esperando que alguien pasara para inmortalizar el momento, no hubo suerte. Esta vez los datos de la subida me dejan muy satisfecho, comparado con el año pasado he tardado 13 minutos menos y eso que el terreno no era propicio para mi bici. Francamente creo que estoy en un buen momento de forma, lastima que la temporada este agonizando.


Ultimo repecho antes de coronar.


Y tras el sufrimiento que supone ascender este puerto en bicicleta de carretera nos encontraremos con la guinda del pastel. A escasos metros de la cima esta situado un cartel artesanal realizado por el forero Buru M. Una obra maestra realizada en madera que supone un trabajo asombroso, minucioso y sobresaliente. Creo que todos los aficionados al ciclismo al llegar a la cima de Abantos nos reconforta hacernos la foto de rigor junto a este estupendo rotulo.


Cartel de Buru M, parte posterior.


El punto más alto de toda la ruta se encuentra un poco más arriba a 1642 metros de altitud. Al pasar a territorio abulense el piso cambia a mejor. A partir de aquí transitaré por una pista, que bien se puede considerar una carretera de tercer orden, bien asfaltada pero sin señalización ni vertical ni horizontal. El descenso hasta Peguerinos no lo puedo hacer a tope porque la carretera esta en algunos tramos húmeda y además a mitad de descenso me encontraré con un tramo de asfalto muy irregular con varias grietas, bastante peligroso si se hace muy rápido. Durante la bajada voy tomando apuntes de lo que me esperará más adelante cuando tenga que volver de nuevo por aquí para ascender la vertiente más desconocida del Monte Abantos.


Ayuntamiento de Peguerinos.


Después de poco más de dos horas de trayecto alcanzo el lugar más alejado de la ruta. El primer objetivo del día esta cumplido, ahora "solo" falta volver. Peguerinos me recibe con un sol esplendido y una temperatura ideal que me hace sentir calor. Es un típico pueblo de montaña con calles empedradas y adoquinadas donde juegan los niños a la pelota sin que les molesten los coches. Un pueblo que no conocía y que bien merece una visita más tranquila.


Plaza de la Constitución, Peguerinos.


Seguro que en invierno se encuentra cubierto de nieve manteniendo una estampa navideña durante varias semanas. Sin embargo en verano triplica su población gracias a que la burbuja inmobiliaria también llego hasta aquí, aunque muchos de esos chalets ahora se encuentren con el letrero de "se vende". En la plaza de la Constitución junto a la iglesia y el Ayuntamiento me detuve a descansar un rato, llenar el bidón con agua del caño, comer algún fruto seco en forma de barrita, un gel y un azucarillo. Había que avituallarse bien, aun quedaba mucha tela por cortar.


Embalse de la Aceña.


Esta ruta consistía en un recorrido de ida y vuelta, así que ahora tocaba volver sobre mis propios pasos, deshacer todo lo andado. Me enfrentaba a la subida a Abantos, pero por la vertiente abulense, la cara más desconocida de esta montaña. Los primeros kms me alejan de Peguerinos atacando unas duras rampas que se hacen llevaderas contemplando el embalse de la Aceña, a los pies de las laderas de la Sierra de Malagón. Luego la carretera se va adentrando en la montaña por el medio de un frondoso bosque de altos pinos. Me encuentro inmerso en la denominada sierra oeste, una zona desconocida por domingueros y que solo los amantes de la naturaleza y buscadores de niscalos parecen conocer, porque durante todo este trayecto tan solo me cruce con un par de familias con sus niños y sus perros. Una formula que no falla, naturaleza más familia.


Camino asfaltado que sube hacia Abantos.


La pendiente desaparece al llegar a un cruce de caminos donde podría tomar dirección hacía el camping de Peñas Blancas, pero no, decido seguir con los planes, alcanzar la cima de Abantos de nuevo. Supero por un puentecillo el arroyo de Chuebieco y poco después llego a la zona de La Chorrera. Salvados los primeros 4 kms de subida me encuentro con un terreno llano y luego con ligera pendiente favorable, son pocos metros pero se agradecen. Esta zona es atravesada por la Cañada Real Leonesa Oriental que comunica varios itinerarios por caminos. Al llegar al cruce con la pista que comunica con el Alto del León la carretera vuelve a inclinarse hacía arriba.


Diversos campings por la zona.


La subida Abantos por esta vertiente es completamente distinta que por la cara madrileña. Considerando el inicio de la subida desde el mismo centro de Peguerinos y el final en el Burucartel estaríamos hablando de una ascensión de 10,5 kms, que se realiza por una pista asfaltada en perfecto estado, salvo por unos metros a mitad de subida que se encuentra algo deteriorado, nada importante al efectuarlo subiendo. Casi toda la subida se hace cobijado por una gran masa boscosa que nos protege del viento y el sol, aunque hoy estos elementos no han sido negativos. Una escalada preciosa que desconocía y que me ha encantado.


Casa de la Cueva.


Los últimos 3 kms son los más complicados, aunque no son excesivamente difíciles, mantienen una pendiente media por encima del 6% y máxima del 10%. Me encuentro con buenas sensaciones y afronto el repecho final con la ilusión de coronar lo antes posible esta nueva cima. Según voy ganando metros la vegetación va desapareciendo haciendo visibles unos enormes peñascos que me recuerdan a los canchales berroqueños de la Pedriza. Al lado de estos se encuentra el Albergue de la Casa de las Cuevas y poco más adelante un área recreativa donde si es necesario se puede reponer agua, aunque hoy la fuente me la encontré seca.


Tramo final de subida a Abantos.


Después de 47 minutos de continuo pedaleo sin interrupciones llego a la cima del Monte Abantos. Otra vez me quedé un buen rato esperando que alguien apareciera, pero ni rastro humano por aquí. Me quede compuesto y sin foto. A continuación tenía que afrontar el descenso de la vertiente madrileña. Con una buena bici de montaña esta bajada no implica ninguna dificultad, sin embargo efectuarla con bicicleta de carretera puede ser toda una temeridad. Lo que esta claro es que es una experiencia completamente distinta. Lo más recomendable es ir a una velocidad prudente, muy lento para poder ir sorteando la multitud de enormes baches que existen durante todo el recorrido. Como dato mencionar que la velocidad media del descenso fue de 14 km/h, esto muestra mi sensatez.


Al fondo el Monasterio de El Escorial.


Además, para más inri, durante el descenso me cruce con varios coches en sentido contrario que me dificultaron el paso y también algunos senderistas que tampoco respetaron mi progresión. Algunos de esos socavones parecían precipicios. Asomarse a ellos daba miedo. Caer una rueda dentro, caída segura. Durante el transcurso de la bajada me acerque a los miradores para flipar con las vistas y hacer alguna que otra foto. El objetivo de la ruta estaba cumplido, que era subir Abantos por sus dos caras. Pero aun así no me quería ir sin visitar el Monasterio de El Escorial. Así pues tomé otra variante hasta coger finalmente una pista en buen estado, bien asfaltada, que terminaba cerca del embalse del Romeral, a las puertas de San Lorenzo de El Escorial. Después de dejar atrás hileras de chalets de pudientes y sufrir varias calles adoquinadas con una alta pendiente negativa llego a una de las construcciones más significativas e importantes de la historia de nuestro país.


Calles adoquinadas en San Lorenzo de El Escorial.


Rodeado de turistas con la camiseta de CR7 algunos, y otros con la de Neymar JR, me dí un agradable paseo por los alrededores de El Monasterio de El Escorial. Apenas unos instantes después salí buscando la M-600 que me retornará a Guadarrama. Diez kms finales que realicé a un ritmo muy alto, para intentar terminar lo antes posible la ruta. Esta es una carretera que soporta mucho tráfico pero tiene un amplio arcén donde los ciclistas pueden sentirse seguros. Aunque siempre hay que extremar las precauciones en estos casos. A las dos de la tarde llego al parking del recinto deportivo de Guadarrama, donde tenía estacionado el coche, después de 62 kms realizados en 3h 58m (tiempo encima de la bici), a una media superior a los 16 km/h.


Monasterio de El Escorial.


Terminé con estupendas sensaciones y con la satisfacción personal de haber podido superar las dos subidas al Monte Abantos sin demasiadas complicaciones. Me quedo con los buenos momentos que me deja la ascensión por la vertiente madrileña, que es difícil y dura de realizar en flaca. No es de extrañar que la organización de la Vuelta a España no incluya esta montaña en su itinerario desde hace años. El terreno se encuentra en un estado lamentable para la práctica del ciclismo, no le vendría nada mal un arreglo a esa pista forestal. Y también esta ruta me deja el agrado de haber podido descubrir la otra vertiente. Otro lugar de la Sierra Oeste que bien merece la pena conocer.


PERFIL:




TRACK DE LA RUTA:

3 comentarios:

  1. Hola David! Qué buena crónica. Me ha encantado. Ya tienes mérito de subir Abantos con la flaca por la vertiente del Escorial. Yo lo he subido por Peguerinos y lo pasé fatal bajando por ahí. De hecho tuve que poner pie a tierra en más de un tramo. Iba acojonadita. Echa un vistazo a la ruta que hicimos nosotros, la llamé Abantos y mucho más. Estás hecho una máquina. Un saludo

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  2. ¡Ójala arreglaran la vertiente de El Escorial! Que gran noticia sería esa. En cuanto a tu estado de forma, nada que decir, si acaso que se te queda corto el año ;)

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    1. Tendrían que meter Abantos en la Vuelta y dejarlo asfaltado. Se quedaría un Puerto estupendo. Estoy pensando en ir un fin de semana a Cuenca para hacer la ruta que me recomendaste. Ya te diré :-)

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