con salida a las 9,00h, y un segundo recorrido de 80 kms con salida a las 10,00h. En mi primera
participación me decido por la marcha corta. Esta carrera es una estupenda ocasión para descubrir parte de la Vía verde de la jara y el enclave fluvial del río Tajo.
En una mañana fría pero de sol, nos desplazamos hasta la localidad toledana de Talavera de la Reina donde esta situada la salida y meta de esta carrera popular organizada entre otros por la revista BIKE y El corte Ingles. Varios de mis compañeros de Mtb Leganes habían anunciado su presencia pero solo en linea de salida me encontré con Rute y Ata. También me habían acompañado en esta oportunidad: Zarza, Oscar "Pequeño", el verdadero impulsor que nos animo a realizar esta prueba, José con sus dudas de siempre y Manzana que se convertiría en el protagonista de la jornada.
Un total de 3000 bikers participásemos en esta tercera edición de la Talajara, divididos acertadamente en dos salidas independientes, los de la marcha corta la iniciamos a las 10,00 de la mañana para completar un recorrido de 80 kms por tierras manchegas. Fieles a nuestra tradición de llegar tarde a la salida, cosa que nos condicionó de manera negativa, al tener que colocarnos al final de la cola.
En la antigua estación de Silos primer avituallamiento liquido. |
Estos primeros kms discurren por recorrido urbano atravesando avenidas y calles lo suficientemente anchas para que las aglomeraciones causadas en la salida se disuelvan. Tras superar estos primeros 4 kms, abandonamos la zona urbana. Cerca de la Universidad cogemos el GR-113, un camino agrícola, algo bacheado con algún tramo surcado por roderas provocadas por el transito de tractores agrícolas. Se trata de un camino de unos cuatro metros de ancho que posibilita los adelantamientos,
poco a poco vamos ganando posiciones a lo largo del grupo.
Este camino se convierte en un magnifico mirador desde donde podemos contemplar a nuestra derecha el majestuoso río Tajo, con un caudal por encima de sus niveles normales. Las lluvias persistentes de hace unas semanas han provocado que gran parte del sembrado, viñas y barbechos se encuentren adornados de una alfombra de color verde. Transcurridos 20 kms de marcha a la altura de la localidad de Calera y Chozas, nos encontramos con un desvío. A partir de aquí abandonamos el camino que nos llevaba paralelo al río y en un giro a la izquierda cogemos la vía verde de la jara.
El terreno pasa a ser un compuesto de gravilla y asfalto. En algunos tramos el firme se encuentra bastante deteriorado para lo que suele ser una vía verde. Esta situación hace que incrementemos el ritmo y en seguida llegamos al primer avituallamiento liquido del día. En el apeadero de Silos nos encontramos una decepcionante sorpresa. Tenemos que rellenar nuestro bidón con agua procedente de cisternas, con lo bien que hubieran quedado poniendo unas latas de refrescos o botellas de agua mineral. Breve parada de cinco minutos y continuamos disfrutando de las vistas que nos ofrece la vía verde de la jara. Vamos pasando por un bosque a las orillas del río Tajo, que en época de caza nos puede regalar suculentas piezas.
Por esta zona atravesamos un par de túneles, la organización había anunciado que estarían balizados con luces químicas, pero yo no vi ni rastro de esas linternas. En concreto un oscuro túnel de más de 300 metros antes de llegar al embalse de Azutan me pareció algo peligroso, puesto que en ningún momento pude ver el suelo por donde transitaba. A su salida nos encontramos con una de las atracciones de la marcha, un viaducto nos hace volar sobre las aguas del Tajo. Este es un momento de lo más bello, donde podemos observar en todo su esplendor el valle del Tajo. Llevados 35 kms de marcha nos despedimos de la Vía verde, realizamos un giro brusco hacia la izquierda en dirección Belvis de la Jara. El terreno sufre un cambio radical, hasta este momento habíamos ido por terreno llano sin ningún desnivel apreciable con el firme en buenas condiciones. Pero fue salir de la vía verde y comenzó lo bueno.
Deambulamos por senderos estrechos y pedregosos, el trazado es un continuo subir y bajar a modo de rompe piernas. Antes de llegar a Belvis de la Jara me sucede un contratiempo. En uno de los descensos más peligrosos y pronunciados de la jornada doy con mis huesos en el suelo. Íbamos todos tirando de freno a un ritmo muy lento, pensé entonces que lo mejor sería abrirme hacia la derecha para poner en marcha mi poca maestría en descensos, pero mi nula técnica en estas zonas me llevó a meter la rueda en una grieta con tan mala suerte que al intentar recuperar el equilibrio otro biker se incrustó contra mi, dejandome caer finalmente en medio del camino, por suerte solo fueron unos rasguños, aunque por momentos el desanimo hizo mella en mi.
A la entrada de Belvis de la Jara, José sufre un pinchazo que con ayuda de Oscar "Pequeño" consiguen reparar en el menor tiempo posible. En este punto esta situado el avituallamiento solido, los vecinos de la localidad nos obsequian con el guiso típico de la comarca, "Jaralca", que en realidad son patatas guisadas con carne. Los pocos puestos existentes provocan una cola inmensa, la gran multitud de bikers esperando su turno hacen desesperante este momento tan ansiado. Después de más de 40 kms en las piernas lo que menos apetece es una espera de más de media hora para recoger la comida. Esta situación tan caótica no debería repetirse en futuras ediciones.
La subida al Alto del Burro, donde todos pusimos pie a tierra, practicando el empuja-bike |
Más de una hora estuvimos parados en el avituallamiento solido, esperando en la cola, comiendo, descansando, dialogando, etc.. además yo aproveché en un puesto ambulante de la cruz roja para curarme la herida en la rodilla. Hasta este momento todos habíamos ido bastante juntos, bien es cierto que cada uno a su ritmo, pero sin que nadie se distanciara lo suficiente como para perder el control visual. Zarza fue el único que hizo su propia Talajara, al salir de Belvis de la Jara le llame por móvil, estaba a punto de llegar a meta, él acabaría en el puesto 74 de la clasificación.
Pero fue salir de Belvis de la Jara y todo cambió. Oscar "Pequeño" y José salieron del pueblo con ganas de darlo todo, incrementando el ritmo descaradamente, mientras que por el contrario Manzana y Ata habían aminorado la marcha. Yo me encontraba bien, después de unas semanas con tendinitis en la rodilla derecha, hoy las molestias habían desaparecido, ni siquiera los rasguños producidos en la caída me entorpecían. Decidí probarme e ir a tope detrás de mis amigos.
Tras unos momentos de indecisión, me quedé entre dos aguas, por delante se me escapaban Oscar y José, que ya no volví a ver hasta meta. Pero por detrás Manzana y Ata cada vez perdían más terreno. Finalmente decidí esperarles antes del ascenso al alto del Burro, un pequeño monte de apenas 600 metros de altitud, que si no fuera por las enormes piedras que recubren su firme sería factible ascenderlo en bici. Aquí todos los participantes tuvimos que recurrir al empuja-bike para coronar su cima. Sería esta la única vez que necesitase de esta técnica para superar las duras rampas que nos fuimos encontrando por esta zona.
Manzana me comenta que no se encuentra bien, había pasado toda la noche orinando sangre y que solo la motivación personal de realizar la Talajara había sido suficiente para venir. Intento animarle, se que es difícil en circunstancias así, pero en momentos como este es cuando hay que sacar la raza y tirar de orgullo. Otros con un cólico nefrítico ni se hubieran levantado de la cama, sin embargo él estaba sufriendo, pasándolo mal, pero también perseverando en el intento. Aunque en su interior lo que más deseara era llegar a meta con la satisfacción de haber cumplido el objetivo.
Decidí entonces que lo mejor sería quedarme al lado de Manzana y terminar la prueba junto a él. Íbamos a un ritmo bastante lento, así que le planteé hacer el resto de subidas cada uno a su manera. Yo le esperaba en las cimas mientras que él aparecía la mayoría de las veces empujando la bici. De vez en cuando nos íbamos encontrando con Ata que tampoco iba sobrado.
Durante toda la carrera me fui encontrando con multitud de participantes algunos de carácter esperpentico, como un padre ofreciéndome a su hija para tomar una copa, una chica que iba anunciando masajes de fisioterapia, un abuelete con una bici del año 8, una persona disfrazada de batman y alguno más que no logro recordar, la verdad es que me alegraron el camino. Antes de llegar a Alcaudete de la Jara tuvimos que poner especial atención en un descenso algo peligroso debido a la gran cantidad de piedras sueltas. La entrada al pueblo fue de lo más emotivo, gran cantidad de vecinos se habían echado a la calle para aplaudir y animar a todos los supervivientes de Talajara. Después de tantos kms en ruta se agradece ver gente apoyando de esta manera. A partir de aquí los caminos estuvieron algo saturados. Este fue el momento donde se juntaron las dos marchas, así ambas compartian el último tramo de carrera.
Pasados unos altos llegamos a Membrillo, un pequeño pueblecillo donde su hospitalaria gente tenia preparados bocadillos y alguna bebida típica de la zona para saciar nuestra sed. No hizo falta, en esta localidad se encontraba el tercer avituallamiento liquido y el último antes de llegar a Talavera. Breve parada para recuperar fuerzas y rellenar el bidón. Ata nos esperaba sentado en la fuente del pueblo refrescandose con un "pawerade". A él también se le había echo bastante dura esta segunda parte del recorrido.
Por los altos de Mechacon antes de llegar a Talavera de la Reina transitamos por trazados en continuo rompe piernas, subidas y bajadas, en alguna de ellas con caídas espectaculares. Yo como siempre veo innecesario correr el riesgo de ir jugandomela en cada descenso para ganar un mísero tiempo, cuando en realidad el disfrute lo obtengo en las subidas. Con esta premisa realicé los descensos, con mucha precaución. En lo alto de un monte, a lo lejos divisamos los edificios y siluetas de Talavera, los ocho kms finales son bastante llanos. Los tres aprovechamos para incrementar el ritmo, incluso Manzana en algún instante hace alardes de gran rodador, como si su calvario personal hubiera finalizado. Seguramente la proximidad de la meta le daba fuerzas para proseguir.
La entrada a Talavera de la Reina la realizamos a través del puente romano, por el barrio de Santa María, en dirección al recinto ferial, antes de llegar a meta en una revuelta nos espera Zarza que nos acompaña en el km final. En linea de meta Manzana y yo pasamos triunfantes al estilo Lemond-Hinoult, después de 80 kms realizados a una media de 16 km/h en 4h 50m (tiempo sobre la bici), mientras que Oscar "Pequeño" me hacia una foto pasando el umbral, foto que por otra parte jamas llegué a ver.
Poco después apareció Ata, que en los kms finales perdió alguna posición. Manzana llegó, homenajeando al gran "Perico Delgado" con su malloit del Reynolds, cumpliendo su reto personal, desgraciadamente su condición física y el malestar renal le impidieron disfrutar de la carrera y su entorno, En linea de meta coincidimos con Rute, ya duchado y listo para volver a casa, este es de otra galaxia.
Mi primera Talajara me deja un buen sabor de boca, el recorrido me pareció de lo más acertado, una primera parte fácil incluyendo la vía verde de la jara con maravillosas vistas al río Tajo, y después de Belvis de la Jara un trazado algo más complicado ideal para los amantes del mtb. Solo señalar la subida al Burro, me pareció que sobraba. Es normal bajarse de la bici para atravesar un arroyo o saltar una cancela, pero hacer empuja-bike durante medio km en pendiente ascendente con multitud de pedrolos me parece de lo más innecesario para este tipo de marchas.
El evento estuvo bien organizado, todos los cruces y caminos perfectamente señalizados. Algún vehículo de asistencia mecánica y en los avituallamientos no falto comida ni bebida. El punto negro de la jornada estuvo en Belvis de la jara en el avituallamiento solido, donde las aglomeraciones se sucedieron, tardando excesivo tiempo en recoger la comida, que por otra parte estaba bastante buena. Al final bolsa con regalos y camiseta conmemorativa, igual para la siguiente edición estaría fenomenal un malloit con los distintivos de las marcas publicitarias. El carácter no competitivo de la prueba y las circunstancias nos hicieron finalmente clasificarnos por debajo de nuestras espectativas, pero esto era lo de menos, lo más importante como siempre fue pasar un día estupendo rodeado de compañeros y amigos practicando el deporte que nos une.
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