Recorrido por los alrededores del pueblo de mis abuelos, San Martín de Pusa, una pequeña población de Toledo que me vio hace muchos años atrás dar mis primeras pedaladas. Un especial homenaje a las carreteras de hoy que antaño eran caminos, y que tanto me hacían disfrutar aquellos veranos con una bici de paseo. Todo ha cambiado mucho desde entonces.
San Martin de Pusa. |
Villa de Mariscales. |
Ayuntamiento |
El pilón del pueblo. |
Dejo un plátano y una botella de aquarius dentro del coche, en principio tengo pensado pasar un par de veces por aquí. La ruta se extenderá dependiendo de la hora a la que lleguen mis padres. No tengo llaves de la casa, así que para estar tirado al solanero mejor estar dando pedales por la zona. Tras preparar la bicicleta y colocarme la indumentaria adecuada, a eso de las 9,45 inició la ruta en dirección a Santa Ana de Pusa, por una carretera perfectamente asfaltada que antiguamente fue un camino de piedras.
Nada más salir, primer problema. Los primeros metros son para arriba y la zapatilla no entra en la cala. Me tengo que hacer los primeros 100 metros solo enganchado con un pie, y el otro no había manera de meterlo. Esto me supone un sobre esfuerzo. Esta primera rampa me aleja del pueblo suavemente dejando a un lado una finca donde unos perros siempre se hacen notar. La pendiente termina al llegar a la zona conocida por los lugareños como Los Cotos.
Carretera de San Martín a Santa Ana. |
En seguida llego a la "cuesta de la Cabrera", como así la conocíamos hace años. Una rampa que más adelante realizaré de subida. Dejo a la derecha la finca del mismo nombre y un arroyo que me irá persiguiendo durante algún km. Hace muchos, pero muchos años, cuando mi hermano y yo eramos unos críos mi padre nos traía por aquí a cazar grillos y ver los chopos como crecían en la orilla del río. Era otros tiempos, quizás mejores, pero la nostalgia me envuelve durante todo este recorrido.
Después tengo que afrontar la parte más dura de este tramo. Son tres rampas consecutivas que veinticinco años más tarde y con una buena bici de carretera se hacen con la gorra. Pero recuerdo que subirlas con una bici de paseo con un único desarrollo (solo un plato y un piñón), con la fuerza que puede tener un niño de 12 años y con un piso de piedras y tierra resultaba muy duro. Viendo las cosas con perspectiva y objetividad, después de tantos años, ahora pienso que tanto mi hermano como yo eramos dos autenticas máquinas. Era nuestro pequeño Tourmalet.
Esta primera rampa llega al 9% de desnivel. |
La pendiente suaviza, un 6%. |
Ultima rampa de nuestro pequeño Tourmalet. |
Tenía mucho merito lo que hacíamos, ahora lo se. Realizo las tres rampas consecutivas a buen ritmo, por mi mente van pasando infinidad de recuerdos e imagenes asociadas a estas carreteras cuando años atrás las recorría con mi antigua bh azul. Tras coronar esta pequeña colina lo siguiente que tengo por delante es un corto descenso hasta alcanzar la Cm-401, a la altura de Santa Ana de Pusa, solo llevo 7 kms de ruta. Pero uno de los objetivos principales de esta salida esta cumplido. Más adelante volveré a realizar este tramo aunque en sentido contrario, para revivir de nuevo las sensaciones que antaño tanto me hicieron disfrutar.
Nada más tomar esta carretera me engancho con un ciclista, fue el único que me encontré durante toda la ruta. A partir de aquí tengo que extremar las precauciones, circularé por carreteras con algo de tráfico. En animado dialogo realizamos casi 4 kms juntos, los primeros son de suave descenso hasta cruzar el río Pusa por un largo puente. Los otros dos kms la carretera tira para arriba hasta alcanzar un cruce donde él tiro para Alcaudete de la Jara y yo dirección San Bartolomé de las Abiertas.
San Bartolome de las Abiertas. |
Hasta alcanzar esta pequeña población tengo por delante una larga recta de 8 kms de longitud, que haría las delicias de los probadores de vehículos de carreras. Fue la parte más monótona de toda la ruta, con la única distracción de ir esquivando los ojos de gato situados en el arcén. Atravieso "Bartolo" para girar a la derecha y tomar la Cm-402 que me retornará a San Martín de Pusa. El siguiente punto interesante de la ruta lo encuentro en mi segundo paso por el rio Pusa.
Rio Pusa. |
Doce kms separan las poblaciones de San Bartolome de las Abiertas y San Martín de Pusa. Hasta llegar al rio Pusa son todos de prolongado descenso y a partir de este punto la carretera comienza a picar de manera suave hacia arriba. Toda la ruta se ha desarrollado por carreteras secundarias, con un firme en perfecto estado que me hacen pensar que han sido recientemente acondicionadas. Para ser sábado las carreteras, por suerte, estaban bastante desiertas, me he cruzado con muy pocos vehículos.
Antes de llegar a San Martín de Pusa tengo que pasar por algunos lugares de especial interés: Primero paso al lado del caserío de los marqueses, donde hace muchos años atrás mi abuelo trabajó sus tierras. En la actualidad se encuentra en un estado ruinoso, pero en el pasado fue una de las fincas más petulantes de la zona. En lo alto de una pequeña colina puedo observar los restos del castillo de San Martín. Un poco más adelante anclada junto al campo de fútbol se halla la piscina municipal. Algo alejada del pueblo se puede acceder hasta ella por un pequeño camino de tierra que evita que los vecinos circulen por la carretera. A la entrada del pueblo se localiza el cementerio, donde se encuentran los restos de mi abuelo y otros familiares.
Entrada a San Martín de Pusa. |
Llevados 30 kms de ruta vuelvo al punto de partida. En frente de la casa de mis abuelos, solo esta mi coche, lógicamente ni rastro de mis padres, aun es demasiado pronto. Mientras descanso un poco, relleno el bidón con el aquarius y me como el plátano que había guardado. Me encuentro muy entero, sin nada de fatiga y muy motivado. Solo llevo 1hora y 5 minutos de marcha y casi he completado la mitad de la ruta. De seguir así me saldría una velocidad media espectacular.
El legendario Bar Filo´s |
El caño, y al fondo el Palacio de la Marquesa |
El puente que cruza el arroyo y el Bar Los Hermanos |
Ilusionado con realizar el siguiente tramo, reemprendo la marcha en dirección Los Navalmorales. Recuerdo que era una carretera sinuosa con muchas curvas que te iban elevando, cogiendo altura rápidamente. Lo que bien podría ser un puerto de tercera categoría de unos 5 kms. Pero en seguida me doy cuenta de que todo ha cambiado. Hace algunos años que no transitaba esta zona, ni siquiera en coche, y no estaba al corriente de las obras realizadas en esta carretera. Ha sido toda una decepción. La nueva carretera es más ancha y segura pero ha modificado todo el trazado anterior. Desde el punto de vista de un ciclista, la han chafado por completo, ni rastro de aquellas curvas de herradura que tantas ganas tenía de serpentear.
Tierras de olivares |
Además se ha construido alrededor de la población de Los Navalmorales una circunvalación que evita pasar por el centro. Mi idea original era llegar al Ayuntamiento, hacer unas fotos y cargar agua, pero entre que estaba contrariado con las modificadiones, apenas había consumido líquido y que en la subida no me había desgastado mucho al ser muy constante y regular, siempre por debajo del 5% de desnivel. Decidí continuar hasta Santa Ana de Pusa donde si tenía pensado parar esta vez. Rodeado de extensos campos de olivares, voy transitando por una carretera que va dibujando un recorrido rompe piernas. Se suceden los toboganes, de pronto la carretera se pone favorable y en seguida vuelve a empinarse, así hasta llegar a mi siguiente destino, Santa Ana de Pusa donde hice una extensa pausa.
Ayuntamiento de Santa Ana de Pusa |
Para llegar de nuevo a San Martín de Pusa vuelvo a coger el camino "romántico" que años atrás realizaba con mi bici de paseo. Me alucina pensar, que pudiera hacer este recorrido con una bici tan precaria. Sin calcular que en algún momento pudiera tener alguna avería o pinchazo, son cosas que cuando eres un niño no se te pasan por la cabeza. La edad te hace ser consciente de los riesgos de la vida, supongo que eso es madurar
Esta mañana había realizado este tramo en sentido contrario, pero por esta vertiente también tiene miga. Nada más comenzar el recorrido me encuentro con una rampa que llega hasta el 8% de desnivel, luego tengo que hacer el pequeño Tourmalet, aunque ahora en descenso, y luego afrontar una dura cuesta antes de llegar al cruce con la finca de la cabrera. El descenso de esta cuesta termina en un giro brusco a la derecha para inmediatamente encarar el repecho más importante del día.
Este es un lugar que tiene mucha historia personal. De niños cuando mi hermano yo jugábamos a ser ciclistas con nuestras bicis de paseo solíamos hacer este recorrido y al llegar a este punto nos esforzábamos a tope para ver quién de los dos era más competitivo. Recuerdo una caída espectacular de mi hermano en este sitio, cuando en el descenso en vez de girar a la derecha para afrontar "la cuesta de la cabrera" hizo la curva recta estampándose contra unas zarzas y nos matorrales, menos mal que había una valla metálica que amortiguó el impacto. Sino en vez de llegar con cientos de pinchos clavados y con magulladoras a casa hubiera tenido que venir una ambulancia a por él.
Cuesta de la Cabrera, 10% de desnivel. |
San Martin de Pusa |
El resto del recorrido hasta llegar a la casa de mis abuelos es un agradable paseo, siempre en suave descenso, con la motivación especial que supone tener unas vistas panorámicas de impresión a San Martín de Pusa. Una población que tuvo su esplendor en los años 50 cuando contaba con cerca de tres mil habitantes. En la actualidad es un lugar de reposo y recreo que triplica su población en verano cuando los familiares visitan a sus mayores.
A las doce y media de la mañana llegó al punto de inicio de la ruta. Llevo 50 kms encima, en teoría sería el momento de terminar, pero mis padres aun no han llegado. Para quedarme sentado pasando calor prefiero continuar con la ruta. Decido prolongar la marcha en dirección Villarejo de Montalban, es una zona desconocida, nunca he pasado por allí. No se lo que me voy a encontrar. Me encuentro bien de fuerzas y con el deposito de liquido por la mitad. Atravieso todo el pueblo cruzando por la cooperativa de aceites, el puente sobre el arroyo, donde abajo sobre el cauce observo que han instalado unas terrazas y a la altura de "Casa pollero" tomo el desvío para coger la TO-7428. Una dura cuesta me eleva hasta alcanzar la iglesia del pueblo donde se encuentra el Cristo de Valdepozo. A la salida me sorprende ver la proliferación de chalets, es una zona completamente nueva.
El calor empieza apretar de lo lindo y yo a sentirme algo fatigado, me cuesta respirar. La carretera se pone exigente, siempre tirando hacía arriba. Tengo que alcanzar la cima de una colina que llegará tras 5 kms de subida tendida pero agotadora por el insoportable calor. Antes de llegar a Villarejo de Montalban tengo dos kms de fuerte descenso que me viene fenomenal para abrirme el maillot y dejar que el aire entre. Estoy sin agua y cansado, la vuelta va a ser dura.
A la entrada de Villarejo me encontré con una señora muy agradable que me informó de que la única fuente que había en el pueblo se encontraba clausurada. Muy amablemente me ofreció una botella fría con la que rellené mi bidón. Me comentó que a las afueras había un puente romano, aunque para acceder hasta él era necesario ir por un camino de tierra. En otro momento lo visitaré, no quiero hacer pasar un mal rato a mi querida flaca.
El resto de la ruta consiste en dejarme caer hasta San Martín de Pusa con el único inconveniente que supone ir contra el viento, sin embargo en esta ocasión no me molestaba tanto, puesto que la pendiente era descendente y el calor insoportable. Sobre las 13,15h llego por última vez al punto de partida. En frente de la casa de mis abuelos y junto a mi coche estaba también el de mis padres. ¡por fin!, ya estan aquí. Fin de ruta después de realizar 65 kms en tres horas, a una media de casi 22 km/h.
Se que a mi hermano le hubiera encantado realizar esta ruta conmigo, quizás el verano que viene cuando tenga su nueva flaca podamos volver al pueblo y repetir aquellas luchas encarnizadas que de niños tanto nos hacían disfrutar. Esta ruta me deja un poso de nostalgia que me hace volver la vista atrás y darme cuenta de que el tiempo es efímero, pasa muy deprisa y a veces no lo aprovechamos como deberíamos. Nos hacemos mayores y recordar como eramos nos tiene que servir para saber como seremos en el futuro.
A veces los pequeños detalles son los que dan sentido a la vida, cosas cotidianas que no valoramos en el momento toman un matiz más importante con el paso del tiempo. Hace más de seis años que me independicé, ahora mi mujer y mi niño ocupan todo mi tiempo libre. Sin ellos, de vacaciones en Mallorca, disfrutando de la playa, hoy para mi ha sido todo un lujo poder compartir la tarde junto a mis padres en el pueblo, que siempre se quejan de que les tengo un poco abandonados.
Con mi madre. |
Quiero dedicar esta ruta a toda mi familia, de manera especial a mi abuela que me inculco los valores tradicionales al ver reflejados en ella el esfuerzo, la dedicación y el sacrificio que tuvo que pasar durante su vida. Todos los años de entrega que pasó dedicada al cuidado de mi abuelo, muestran su amor por él. El trabajo que supone sacar una familia y una casa adelante en los dificiles tiempos de la pos guerra dicen mucho de la energía que corría por sus venas. Hoy una cruel enfermedad que borra los recuerdos intenta apartarla de nosotros. Si pudiera curarse con cariño y afecto hace mucho tiempo que ya no la dolería nada. Estando en su casa, comiendo en su mesa, la hemos echado tanto de menos...
PERFIL:
TRACK DE LA RUTA:
Buena ruta David, aunque no está bien eso de pasar tanto tiempo sin ir a San Martín, jajaja, ¡que está a una hora! Y por lo que leo hace muchísimo que no vas.
ResponderEliminarYo ahora estoy retomando la bici y este verano también he estado algunos días con la bici por la zona, y como tú, de pequeño también andé bastante con la bici, aunque en mi caso mi camino favorito ha sido siempre ir a Villarejo, luego a Los Navalmorales y vuelta, o bien al revés, porque el tramo Villarejo las Cumbres me encanta, tanto para subirlo como para bajarlo. Y el tramo Villarejo-Navalmorales también está muy bien en sus dos sentidos.
Coincido contigo en el tramo Navalmorales, yo era muy pequeño cuando cambiaron la carretera (por lo menos 18 años) y apenas recuerdo la carretera, sí recuerdo una cuesta con mucha pendiente al inicio, mi recuerdo aquí era subir esa rampa para luego bajar a toda velocidad.
Por otro lado te animo a volver, la zona es muy bonita para ir en bici, tanto por carretera como por caminos, tienes la carretera Villarejo-San Martin de Montalbán o también los tramos por Navalucillos que son bastante entretenidos, ¡y muchos otros que me quedan por conocer!.
Felicidades David, por todo lo que plasmas en tu post, incluso también por la ruta en bici, que a pesar de ser deliciosa en ésta ocasión me da la sensación que no es lo que más peso tiene.
ResponderEliminarEl tipo de carreteras y desniveles es muy parecido al que tenemos en las rutas que hacemos por aquí (excepto en las muy próximas a la ciudad que resultan mucho más suaves en desnivel); también el tipo de paisaje me resulta muy familiar por coincidencia con el de mi zona.
Un gran saludo.
Gracias por los comentarios. Desde luego en esta ocasión lo menos importante eran los kms, el desnivel y el tiempo empleado, había otros sentimientos en juego. Una ruta que he saboreado desde principio a fin, con ganas de que nunca terminará para seguir recordando...
ResponderEliminarHola David por aqui oto agregado a San Martin, raro es que no hayamos coincidido. Este puente (esta tarde) voy para allá y me llevaré la bici, por si ......
ResponderEliminarMi mail mabasama arroba hotmail.com
Un abrazo.
Por el pueblo por desgracia casi nunca aparezco. Ya me gustaría poder ir cuantas veces quisiera. Nosotros salimos a entrenar por la zona sur de Madrid y cuando hace buen tiempo por la sierra de guadarrama.
EliminarPasatelo muy bien y disfruta de los montes de Toledo.
Un saludo. David.
Me ha encantado el relato de la ruta, me has generado nostalgia
ResponderEliminarDavid primero darte la enhorabuena por tu relato y segundo las gracias. Las gracias porque me has emocianado, mis abuelos y mi madre son de San Martín y mi padre de Bartolo pero desde enano y hasta los 20 años, ahora tengo 43, he pasado unos veranos inolvidables en San Martín. He hecho cientos de veces esas rutas que describes en bici, con una Motoretta que pesaba a rabiar y con amigos como Alfredo, Alvaro, Chema, David, Rafa, Carlos, etc de los cuales me encantaría saber ya que hace muchos años no voy a San Martín. La que más me gustaba era la de Villarejo aunque era la más dura, esa subida a Las Cumbres a las 5 de la tarde en Agosto era mortal, a Los Navalmorales cuando íbamos a la piscina municipal porque San Martín no tenía, al río Pusa cuando era río y nos bañábamos. Lo dicho que leyéndote me he sentido totalmente identificado y por un momento he vuelto a estar subido en mi Motoretta roja y con los amigos de mi infancia del pueblo a mi lado. Gracias y un saludo.
ResponderEliminarHa sido muy bonito ver tu trabajo, muchas gracias por tu tiempo, la nostalgia me deja sin palabras, salud amigo.
ResponderEliminarGracias a ti por dedicar un rato de tu tiempo para leerlo.
EliminarUn saludo. David