Pico Tres Provincias. |
Cuando uno se plantea una ruta de estas características hay que tener en cuenta varios aspectos importantes. El primero de ellos: la climatología. Otro el estado físico y mental que tenemos cada uno de nosotros. El conocimiento del terreno y por supuesto la compañía. Creo que jamás haría esta ruta en solitario, ni en condiciones ambientales adversas y sin la ayuda de un gps que me garantizará mi posición en todo momento.
Horcajuelo de la Sierra. |
Sobre las 9,30 llegamos a esta bonita y pequeña localidad de la sierra del Rincón. Un pueblo que ha sabido mantener su arquitectura tradicional para basar su economía además de la ganadería y la agricultura en el turismo rural. A los tres nos ha encantado el sitio, con casas de piedra, calles empedradas, un cuidado ayuntamiento y una iglesia dedicada a San Nicolás. Un lugar solitario y tranquilo que bien merece una visita más detenidamente. En esta aldea solo nos hemos cruzado con una agradable señora y con otros tres bikers de Vicalvaro que curiosamente tenían el mismo objetivo que nosotros: conquistar el pico Tres Provincias.
Un poco antes de las 10,00 iniciamos la ruta, abandonando Horcajuelo por la M-141, la carretera que une esta población con Montejo de la Sierra. Apenas recorremos unos metros para en seguida coger una pista que sale a nuestra izquierda. Comenzamos el ascenso al puerto del Cardoso. Este nos recibe con una trialera de subida con desniveles que llegan al 21%, además el terreno se encuentra roto, con mucha piedra suelta, ramas y grietas que dificultan la subida. Son solo 200 metros, los suficientes para despertar nuestras pulsaciones.
Pequeño que es un lince en estos terrenos la ha completado entera sobre la bici, Manzana y yo hemos pensado que no había que mal gastar fuerzas tan temprano y hemos echo un poco de empuja-bike. Luego la pendiente mejora, que no el terreno. En ocasiones el camino se difumina y circulamos literalmente sobre una alfombra de césped con más de medio metro de altura, como si estuviéramos en la selva amazónica. Menos mal que el trio de Vicalvaro iba por delante abriéndonos paso. Imagino que el primero iría con un machete de grandes dimensiones segando los matorrales para que el resto pudiéramos continuar. Unos tios muy majos con los que hemos coincidido durante la primera parte de la ruta.
Después tenemos que superar un par de tramos complicados. Debido a lo abrupto del terreno se hace difícil mantener el equilibrio sobre la bici y avanzar al mismo tiempo. Por esta zona el abuelete del grupo de Vicalvaro da con sus huesos en el suelo al meter la rueda dentro de una enorme grieta. Por suerte sin consecuencias. Además tenemos que atravesar diversas cancelas que debidamente cerramos a nuestro paso para que el ganado no es escape. Más adelante vadeamos un cenagal que hará que durante un tiempo nuestras ruedas circulen con algún kilo de más.
El club MTB Leganés realizó esta ruta de noche, solo con la ayuda de unos frontales y la tenue luz de la Luna. Lo considero toda una temeridad, puesto que la subida al Cardoso ya es complicada a plena luz del día, se hace necesario poner toda la atención para poder trazar por el lugar adecuado. No me puedo ni imaginar como sería esta ruta en plena oscuridad, en medio de la penumbra con las alimañas acechando. ¡Nuestros amigos los dragones están locos!.
Al final de la subida el camino se pierde, yendo durante algunos metros campo a través hasta alcanzar la carretera. Unos escasos metros circulando por asfalto nos conducen a la cima del Puerto del Cardoso, a 1358 metros de altitud. Una subida de 7,5 kms más pestosa que dura, por la cantidad de tramos técnicos que nos encontramos. Aún así los tres superamos el envite. Junto al cartel de puerto de montaña nos hicimos las fotos de rigor. Me llamo la atención el cartelito adjunto de color amarillo "Atención máquinas trabajando", que razón llevaba.
Desde este punto tomamos una pista forestal en buen estado, tan bueno que me hace pensar que las máquinas han pasado por aquí dejando alisado y perfumado el recorrido. Más que un camino parece una autopista. Tras un km y medio practicamente llanos realizamos un giro brusco hacía la izquierda para comenzar la segunda ascensión día, la subida al Collado del Mosquito.
Manzana se encuentra motivado. Hoy lleva puesto su maillot de Perico Delgado, época Reynolds. En la primera cuesta él decide tirar para adelante, lentamente irá alejándose de nuestra posición cogiendo una buena ventaja. Por contra yo decido esperar a Pequeño, que se le había salido la cadena en la rampa inicial. Se que aun queda mucho terreno hacía arriba, y aunque desconozco su grado de dureza, en estos casos siempre es mejor ir un puntito por debajo guardando fuerzas. Es fácil quemarse por un sobre esfuerzo.
La subida al Collado del Mosquito es una preciosa ascensión, que me recuerda en algunos tramos a la de La Morcuera desde Miraflores de la Sierra. Se trata de una larga subida de 11 kms de longitud adentrandonos en un frondoso bosque de pinos y encinas que en algún momento se abre para obsequiarnos con unas espectaculares vistas a la Sierra de Ayllón y al famoso Hayedo de Montejo, hoy algo deslucido. Supongo que en otoño debe ser el mejor momento para contemplar en todo su esplendor esta joya botánica compuesta por un extenso bosque mixto de robles y hayas. Abajo un joven río jarama se pierde en el fondo del valle mientras nosotros atacamos una sucesión de zetas que rápidamente nos hacen ir ganando altura. El camino atraviesa de sur a norte la sierra del Rincón también conocida como la sierra pobre.
Pronto me doy cuenta que el ritmo que llevábamos no es el más adecuado para mi. Ir tan lento me cansa más. En seguida dejo la compañía de Pequeño y me lanzo en busca de Manzana. A mitad de subida logro enlazar con él. Un poco más adelante descubrimos una fuente que emanaba una cristalina y fría agua, no dudamos en parar y hacer acopio de líquido, aún nos quedaban muchos kms de ascenso. En este punto coincidimos con el grupo de Vicalvaro y ya de paso estuvimos esperando a Pequeño que unos minutos después apareció.
Tras la reagrupación nos adentramos en una zona de falso llano, apenas un km y medio de terreno favorable antes de iniciar la última parte de ascenso. Los dos últimos kms de subida al Collado del Mosquito son los más vistosos. La pista-autopista finaliza dando paso a un camino más propio de esta zona de la montaña. A partir de aquí dejaremos de ir protegidos por los árboles y poco a poco a medida que ganamos altura la vegetación ira desapareciendo de nuestras vistas.
A nuestra derecha se abre un grandioso paisaje que no nos deja indiferentes. Acostumbrados a ver ladrillo en la zona sur de Madrid, estar rodeados de montañas es todo un privilegio que tenemos que saber agradecer. Unos minutos después alcanzamos una explanada donde tres caminos se bifurcan. Un pequeño sendero sube escasos metros hacía la izquierda. El segundo sigue de frente tras superar un paso canadiense junto a una señal de prohibición. Y otro, el que más miedo nos da, parte hacía la derecha. Algo desorientados recurrimos al garmin para que nos confirme que estamos a 1840 metros de altitud, en la cima del Collado del Mosquito. Mientras esperamos a Pequeño, que se había quedado algo descolgado, deducimos que el primer sendero es el que nos lleva a la cima del monte, el segundo sería nuestra salvación y el tercero el inicio a la tortuosa subida al pico Tres Provincias.
Inicio subida al Tres Provincias. |
La subida al pico Tres Provincias es el tramo más duro de toda la ruta, sin lugar a dudas, durante 5 kms tendremos que superar un desnivel de 300 metros. El camino es un continuo devenir de toboganes, con varios repechos que rozan y en algunos casos sobrepasan el 20% de desnivel, combinado con algunos metros de falso llano, que nos viene bien para tomar un respiro. Superado el primer rampón con éxito miro hacía atrás y no veo a nadie, miro hacía adelante y alucino.
Ante mí se vislumbra un panorama estremecedor. El camino se divide en dos opciones: seguir de frente supone ir directamente al cielo, coger el ramal de la derecha sería la alternativa más humana. Voy rezando para que el garmin me señale el camino menos difícil. Momentos después el gps se convierte en mi aliado al mostrarme con su linea rosa el camino de la derecha. Circulamos bordeando los collados de este monte por el cordal de Peña Cebollera, las temperaturas han bajado y el viento hace su aparición.
El único momento donde tuve que poner pie a tierra fue en un tramo muy pedregoso de subida. Supe que de no hacerlo mis huesos acabarian sobre una roca. Iba con el cuerpo echado exageradamente hacía delante, para que la bici no me hiciera el caballito, y al mismo tiempo tenía que hacer fuerza con el culo para que la rueda trasera no derrapara y pudiera traccionar, seguro que con una bici de doble suspensión esto no me habría pasado, pero... La imagen era dantesca, allí en la soledad de la montaña, mientras zigzagueaba buscando la trazada más adecuada solo los escarabajos eran testigos de mi sufrimiento. Un momento de indecisión, grado de pendiente 25%, la bici no puede con ese canto, por suerte logré sacar a tiempo el pie del automático y salvar mi integridad. Unos veinte metros de empuja-bike que aprovecho para echar la vista atrás y ver como allá a lo lejos puedo observar como dos garrapatas se mueven, son mis colegas.
El último km de subida se adentra en la montaña buscando su punto más alto. La proximidad de la cima y el tener a la vista al abuelete del grupo de Vicalvaro me hacen afrontar estos metros finales con mucha decisión. Me encuentro a más de 2000 metros de altitud, los oídos se me quedan atronados mientras voy trepando las dos últimas paredes. Aquí tu no decides la velocidad que llevas, eso lo hace la montaña. Mejor de lo esperado consigo superar al abuelete y alcanzar antes del desvío a otro compañero suyo.
Mi tenacidad me había servido para superar uno de mis objetivos esta temporada. Para llegar a la cumbre aún tenemos que campear durante doscientos metros más, que después de tanta tralla se hacen casi sin esfuerzo. Diez minutos más tarde aparecieron Manzana y Pequeño con claros síntomas de fatiga. Momentos después el grupo de Vicalvaro se despidió de nosotros tirándose cuesta abajo. Equipados con bicis all mountain de doble suspensión y ruedas de 29" su objetivo principal era escalar hasta esta montaña para luego poder disfrutar y gozar de la bajada. Ya no les volveremos a ver.
Después de encadenar tres puertos de montaña y de estar durante 23 kms seguidos subiendo llegamos a la cima del pico Tres Provincias. Para alcanzar este punto he necesitado 2h 43m (tiempo encima de la bici, sin contar paradas) a una media de casi 9 km/h. Esto da un ejemplo de la crueldad de esta montaña y solo hemos completado la mitad de la ruta, aunque el resto es otra historia. Aquí realizamos una amplia parada. Se que esta subida le hubiera encantado a nuestro amigo Zarza, hace solo unos meses él era el primero que nos animaba a superar nuestros retos, ahora seguro que mira con nostalgia aquellos días.
Pico Tres Provincias |
La cima es una amplia atalaya desde donde se divisa cualquier cosa por muy lejana que se encuentre. Desde este lugar podemos deleitarnos con un paisaje espectacular, contemplando todo lo que nuestra vista pueda abarcar: La sierra de Ayllón con el pico del Lobo, la amplia meseta segoviana, la Sierra de Guadarrama, La sierra de la Cabrera, el embalse del Lozoya y algunas pequeñas poblaciones que desde este sitio parecen casitas de juguete.
Nos encontramos a 2129 metros de altitud, en la cima del pico Cebollera. En ella hallamos un monolito que representa la confluencia de los limites de provincias de Segovia, Madrid y Guadalajara. Por este motivo esta montaña adopto su otro nombre más común, Pico Tres Provincias. Una enorme roca, con una placa identificativa rinde tributo en forma de homenaje a todos los agentes forestales. Es además el lugar más septentrional de la Comunidad de Madrid.
En lo alto de la montaña, el frío empieza hacer mella, llevamos bastante tiempo parados y el frío comienza a meterse en el cuerpo. Me coloco el chubasquero que me ayudará durante la bajada a paliar en parte esa sensación térmica tan baja. El descenso es brutal, este resulta muy técnico e incomodo aunque ciclable como nos demuestra Pequeño. Los primeros 400 metros son una autentica pedrera, donde Manzana y yo hemos puesto de manera prudente pie a tierra. Lo mejor es ir contemplando tranquilamente el paisaje.
Luego el terreno mejora mucho, pudiendo disfrutar de un quebrado e intrincado descenso por la vertiente oeste de la sierra de somosierra. En apenas 4 kms perderemos más de 400 metros de altitud, y además de ir esquivando piedras, ramas y excrementos de reses tendremos que soportar unas fuertes rachas de viento de costado que en ocasiones nos desplazan de forma violenta hacía la ladera de la montaña. Después de tantos kms utilizando el molinillo se me hacía raro volver de nuevo al plato para usar unos desarrollos más acordes.
Superada una cancela con paso canadiense finaliza la primera parte del descenso, aquí tomamos un camino hacía la izquierda que irá recorriendo la sierra de Cebollera por el denominado PR-23. Es un tramo de falso llano de casi 10 kms, los primeros cinco casi siempre tiran hacia arriba, y los siguientes hacía abajo, aunque con porcentajes muy contenidos. El comienzo es algo irregular con un piso repleto de ramas, hojarasca y piñas secas. Por esta zona Pequeño sufre un aparatoso tirón en la pierna. Después de unos minutos de estiramientos y descanso hemos continuado sin mayor problema. Este tío es un jabato, le eches lo que le eches puede con todo.
Yo que soy de reconocido detractor de llevar mochila a la espalda hoy he sufrido en primera persona el lastre que supone ir cargado con ella. Lo cierto es que no pensé que durante la ruta nos fuéramos a encontrar con tantas fuentes. La primera al llegar a la carretera del puerto del Cardoso, otra a mitad de subida del collado del Mosquito, luego vimos otra mientras recorríamos el PR-23, y la última estaba tras superar el arroyo de la Peña del Chorro.
Por esta parte de la ruta atravesamos los cauces secos del arroyo de Las Pedrizas, el arroyo de los cerezos, y del arroyo del Caño. Me encanta realizar rutas por la sierra, estar rodeado de naturaleza mientras pedaleamos es algo que me fascina. Abandonar todo rastro de civilización y perderme por los montes es una experiencia muy enriquecedora. Ver la inmensidad de los valles, las montañas, las dehesas, bosques, etc...compartir los caminos con los caballos, vacas, reses y demás animales es algo que me satisface por completo. En el futuro espero poder trasmitir a mi hijo todo el amor que le tengo a la montaña.
Por el camino de las pinillas cerca de Horcajuelo de la sierra |
Los últimos 6 kms de ruta, son un descomunal descenso, en caída libre por el camino de las Pinillas, una pista en perfectas condiciones que en algunos momentos nos hace coger velocidades cercanas a los 50 km/h. Descenderemos desde los 1700 metros de la cordillera de Cebollera, que nos sirve como balcón desde donde tenemos unas vistas de impresión a los túneles y autovía que recorre el valle de somosierra, hasta los 1130 metros que se encuentra el bonito pueblo de Horcajuelo de la Sierra. Los tres, ahora sí, nos tiramos sin complejos en busca de sensaciones, poniendo a prueba nuestras horquillas. Una vez más, pese a ir con una bici de marca blanca, Pequeño ha sido el más rápido. La entrada a Horcajuelo la realizamos por un camino asfaltado, aunque en mal estado, repleto de socavones, este nos conduce hasta la plaza del pueblo, muy cerca de su iglesia.
Iglesia de San Nicolás, Horcajuelo de la Sierra. |
PERFIL:
TRACK DE LA RUTA:
Que buena cronica, cuanto tengo que aprender de ti, la misma ruta y que diferencia en el relato, eres un crack. Por suerte vosotros no tuvisteis tanta niebla como nosotros, que nos empañaron las vistas tan bonitas que tiene el pico. Es una ruta preciosa, nosotros ya estamos pensando repetirla para poder disfrutarla de verdad.
ResponderEliminarDices que solo os cruzasteis con tres bikers, nosotros con nadie, pero nadie ni en bici, ni andando, ni en coche, vamos que estabamos mas solos que la una.
Un saludo.
Qué gran ruta... y esa escalada a Tres Provincias te pone a tono rapidamente. Un indispensable una vez al año por lo menos. Enhorabuena!
ResponderEliminarJajaja pues no coincidimos de milagro, al final me decanté ese mismo día por algo más cerquita de casa (1h30m de coche..., sí, es una pega), pero tras leerte... me dan ganas de mañana mismo, que lo tengo libre, hacer esta subidita.
ResponderEliminarGran crónica y mejor blog!!!
Muy buena crónica de una espectacular ruta si señor. Hace tiempo que la tengo en cartera, a ver si después del verano...
ResponderEliminarSaludos.
Una ruta espectacular y como comente en el blog del Comando sin Rumbo la hicimos hace dos años en Octubre con gente diferentes hilos del ForoMTB, Bicivoladores, SMS, Javi Martin y SinPedrolosMejor, tenemos pensado volver no tardando mucho.
ResponderEliminarSaludos
La ruta bastante dura y bajar por los predrolos una locura, pero "mola".
ResponderEliminarCuando acabamos estaba destrozado, pero cuando ves las fotos y lees la crónica te das cuenta que en el fondo te encanta sufrir y que el cuerpo responda. Si la volvemos a repetir hay que buscar una alternativa a la bajada porque la primera parte era peligrosísima. Estoy deseando hacer la próxima ruta. Como siempre, un placer leer tus crónicas.
Al final me decanté por subir este domingo, me disteis envidia, pero... bendita la hora, sobre todo en recorrer la parte entre Collado Mosquito y el Pico Tres Provincias, no por la dureza sino por la climatología que me acompañó.
ResponderEliminarBueno, os dejo mi crónica por si queréis echar un vistazo Horcajuelo de la Sierra-Pico Tres Provincias-Horcajuelo de la Sierra
Se que la repetiré pues no pude disfrutar para nada de los paisajes.
Unas de las mejores rutas que hemos hecho, la ultima subida me resultó durisima, en cambio la subida la pico del mosquito disfrute como un enano, como siempre genialmente narrada, como entre alguien de RTVE le quitan el puesto a Perico Delgado y te lo dan a ti para que narres el Tour de France, ja ja ja.Tenía que a ver algún descanso o falso llano como hay en la bajada entre el mosquito y el pico Cebollera para no llegar sin aliento a la última subida, a si sería perfecta. Sigo mejorando en las bajadas aunque con prudencia. Nos vemos en la sguiente ruta.
ResponderEliminarP.D. Un saludo a Pablobike que es una máquina y sigue este blog.
MANZANA.