Hasta la localidad madrileña de Paredes de Buitrago nos desplazamos para realizar una de las rutas más atractivas desde el punto de vista paisajístico. Cerca de la iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción iniciamos la marcha, un trazado circular que nos llevaría por la Sierra del Rincón, descubriendo una de las comarcas más desconocidas, por no decir la más desconocida de la Comunidad de Madrid. Sin embargo gracias a sus altos valores naturales y culturales a finales de junio de 2005 le valieron ser declarada por la Unesco como Reserva de la Biosfera. Sobre las 10,15 emprendemos nuestro viaje, el día había amanecido espectacular, un cielo despejado con unas temperaturas agradables y suaves nos recibían durante los primeros kms que fueron transcurriendo por la M-127, una carretera con buen firme pero sin arcén por donde apenas nos rebasaron un par de vehículos. Esta primera parte del recorrido fue un continuo subir y bajar a modo de rompe piernas, que al efectuarlo en frío nos resulto algo molesto. Antes de llegar al desvío para coger la M-110 atravesamos las poblaciones de Serrada de la Fuente y Berzosa del Lozoya. Llevados unos 8 kms de ruta alcanzamos la localidad de Robledillo de la Jara.
Robledillo de la Jara |
Estos pueblos eminentemente rurales han sabido mantener intacto con el paso del tiempo sus tradiciones y constumbres más arraigadas, su economía basada en la ganadería y el pastoreo han permitido la conservación de la zona, pero también el despoblamiento de la misma, puesto que al pasar por todas estas localidades no encontramos a nadie por la calles. "Pueblos fantasmas" de la España profunda. Al llegar a Robledillo de la Jara, la situación cambia completamente, realizamos un giro de 180º a la izquierda para abandonar la carretera principal y adentrarnos por un camino semi asfaltado, derruido y bacheado, con un firme en pésimo estado. En estos momentos nos alegramos de ir con bici btt, los ciclistas con bici de carretera tendrán muy difícil transitar a partir de aquí. Por esta zona nos encontramos dos kms durisimos con pendientes cercanas al 15% de desnivel. Unos metros más adelante la situación mejora al franquear una intersección dirección Puebla de la Sierra.
El siguiente tramo fue el más espectacular de la ruta, fueron 15 kms donde tanto Oscar como yo alucinamos con el panorama. Transitamos por una "carretera de montaña", como así se indica desde un cartel nada más incorporarnos. El trazado de la carretera es simplemente sensacional, con continuos toboganes y curvas de herradura que nos hacen disfrutar a tope. Pese a que el firme es muy irregular en algún tramo de descenso llegamos a coger una velocidad punta de 50 km/h. También combinado con rampas en continuo ascenso que nos hicieron sufrir en más de una ocasión.
Es un lugar que te despierta los sentidos. El silencio y la tranquilidad son otras de las características de esta zona. Sin esforzarnos demasiado podemos escuchar los sonidos de la naturaleza. Este abrupto y hermoso territorio con montes cuajados de verde, cortadas rocas en las que se pueden observar las capas de las pizarras y las aristas de las cuarcitas dejan un paisaje maravilloso para cualquier visitante. Nos sentimos unos priviligiados por admirar tan bello lugar. Durante todo el recorrido tan solo nos cruzamos con el vehículo del agente forestal.
El trazado de la carretera continua serpenteando el valle, estar rodeado de montañas nos hace sentirnos solos con la única compañía del discurrir del arroyo puebla. Tenemos la sensación de estar transitando por un espacio realmente frondoso, olvidado de la civilización, sin embargo sabemos que estamos a tan solo una hora de Madrid. Parece mentira que lugares así sean desconocidos por la mayoría de los turistas aconstumbrados a visitar otros sitios de la sierra de Madrid. Por esta zona disfrutamos de un medio ambiente practicamente salvaje, las vacas pastan a sus anchas y divisamos algunos ejemplares de águilas reales.
Avistamiento de aguilas reales. |
La sierra del Rincón |
A las afueras de Puebla de la Sierra, en una cuidada área recreativa, hicimos la primera parada de la jornada. Tras descansar un poco, estirar las piernas y comer alguna barrita energética nos dimos un paseo por la zona. Tenía que reponer agua, pero en la única fuente que encontré del parque Avellanos rezaba un cartel de "no potable", así que me aventuré a coger agua del río puebla, que mejor agua que esta sin compuestos químico, totalmente natural. La localidad de Puebla de la Sierra se encuentra encajonada en el valle del río puebla rodeada de montañas que le han conferido un carácter de extremo aislamiento, sin embargo con estupor podemos observar como el ansia constructura también ha llegado a estos confines al divisar algunos edificios nuevos que en nada siguen las pautas de una arquitectura tradicional y rural a base de pizarra, madera y gneis. Al pasar por sus empedradas y estrechas calles vemos bastante movimiento que contrasta con el último recuento del censo de habitantes que cifrado en tan solo 113 para toda su vecindad.
Perfil del Puerto de la Puebla, vertiente sur. |
Después de 30 kms de ruta llegamos a las faldas del puerto de la Puebla, aunque en realidad desde el área recreativa ya nos topamos con rampas bastante duras. Tras varios kms transitando por un firme en lamentable estado se nos hizo raro volver a pedalear por una carretera en perfectas condiciones. Los dos primeros kms son bastante suaves, que nos sirven como toma de contacto, además Oscar aprovecha para despojarse de la ropa que le sobra, el calor empieza a ser agobiante y las escasas sombras se cotizan como oro. Se trata de un puerto largo de casi 10 kms de longitud, con pendientes constantes al 7%, y 8% de desnivel con un par de tramos cortos de descanso, que realmente se agradecen. Es un puerto de montaña no apto para flojos de moral. Puesto que desde su pie, a la salida de La Puebla podemos observar con total claridad el trazado de sus rampas hasta llegar a su cima, y realmente alguna de ellas dan mucho miedo. Aunque después cuando estamos negociando su recorrido comprobamos con agrado que no son para asustar. Durante los primeros 6 kms tanto Oscar como yo vamos alternándonos en la cabeza, animándonos mutuamente, llevando el peso de una escalada que por momentos se hace algo monótona.
Puerto de La Puebla |
La carretera va ganando altura adentrandose en el monte mediante varias sucesiones de curvas de herradura, que dan un punto vistoso a esta ascensión. Miro hacía atrás buscando la silueta de mi amigo pero con resultado negativo, ni rastro de la estela de Oscar, por unos instantes me preocupé, en apenas unos metros le había sacado una enorme ventaja sin necesidad de cambiar de ritmo, durante unos momentos dude con la posibilidad de esperarle, aunque finalmente decidí seguir adelante sin volver la mirada atrás. Esta parte final de la subida disfrute como un enano, me encontraba con buenas sensaciones y quería divertirme sobre la bici, regulando en todo momento, manteniendo una cadencia constante de pedaleo que me permitia ir controlando las pulsaciones que en ningún caso sobrepasaron las 180. Antes de afrontar el último km me encuentro con un falso llano que me viene fenomenal para beber, con asombro contemplo que no me queda ni gota de agua. El último km es una larga recta desde donde se divisa en el horizonte la cima, con la intención de terminar lo antes posible, por si en la cima hubiese una fuente, aprieto los dientes, me levanto del sillín y comienzo a imprimir más velocidad. Sin bajar de 10 km/h llevando un desarrollo de 32x28 llegué a la cumbre después de 1h 04m de ascenso sin pausa.
Una vez en la cima, desde el mirador nuestro esfuerzo queda debidamente recompensado con unas espectaculares vistas tanto a la Sierra de Guadarrama, Sierra del Lobosillo y Sierra de Ayllón por el lado derecho, como al valle de la Puebla por el lado izquierdo. Casi 16 minutos después apareció Oscar con síntomas inequívocos de avanzada fatiga. Luego me comentó que la subida se le había hecho muy larga, incluso a mitad de puerto tuvo que recurrir a un gel para no perder las fuerzas. Estamos a 1.636 metros de altitud, rodeados de naturaleza y con restos de nieve en las zonas umbrías, el sitio ideal para respirar hondo y contemplar con regocijo uno de los lugares más hermosos de la Comunidad de Madrid.
Oscar "Pequeño" y yo en el mirador del puerto de la Puebla. |
Aun quedan restos de nieve en la cima del puerto. |
Espectacular vista desde el mirador del puerto de la Puebla, al fondo la Sierra de Guadarrama, y la Sierra de Ayllon |
Mirador al valle de Lozoya, Sierra de Guadarrama y Sierra de Ayllon. |
Después de recrearnos con el paisaje haciendo una buena cantidad de fotos, nos tiramos por un vertiguinoso descenso por la M-130, yo como siempre me lo tome con calma, sin arriesgar ni lo más mínimo, mientras que Oscar volaba a más de 60 km/h. Unos kms más tarde en una revuelta giramos a la derecha para abandonar esta carretera e incorporarnos por la M-137 al último tramo de ascenso al puerto de la Hiruela. Fuimos a coincidir con la parte final de este puerto que realizado desde abajo debe de ser muy duro, sin embargo nosotros al entroncar con los 2 últimos kms nos pareció un simple aperitivo. Antes de llegar a la cima Oscar, ya recuperado, tuvo la osadía de sprintar, pero solo se quedo en un vano intento. Lo cierto es que me sentía muy fuerte y no quise darle la satisfacción de culminar este puerto por delante de mi. En la cumbre nos encontramos con 3 bikers que nos comentaron que habían ascendido por una pista forestal en buen estado. Esta puede ser una buena posibilidad para realizar más delante cuando los caminos estén totalmente practicables.
Rápido descenso de este puerto que nos lleva hasta Montejo de la Sierra, antaño llamado Montejo del Rincón, localidad de interés turístico nacional gracias a su famoso "Hayedo de Montejo", esta joya botánica es en realidad un bosque compuesto de forma mixta por hayas y robles, uno de los rasgos más característicos es la tonalidad de sus árboles, que sobre todo en primavera y otoño, adoptan un colorido espectacular, haciendo de este Hayedo un escenario mágico propio de un cuento de personajes fantásticos. Por desgracia su visita esta restringida a un número limitado de personas. Tendremos que dejar su visita para otro momento más oportuno.
La siguiente localidad que nos encontramos por el camino es Prádena del Rincón, un pequeño pueblo que ha sabido cuidar su arquitectura tradicional para convertirse en segunda residencia de muchos madrileños. Desde hace unos años el turismo rural es su mayor reclamo, ofreciendo paisajes imponentes y una naturaleza que se despliega generosa a su alrededor. El entorno del municipio esta plagado de multitud de sendas y caminos para realizar rutas, la más conocida de ellas nos llevaría hasta la Laguna Salmoral de gran interés medioambiental por su acuífero. Los últimos 5 kms de ruta hasta llegar a Paredes de Buitrago los realizamos por la M-127, una carretera en perfecto estado por la que apenas nos cruzamos con un par de coches. En su mayoría por terreno en descenso, aunque también nos topamos con alguna rampa que nos hizo esforzarnos. Después de 58 kms, llegamos a nuestro destino, tras 3h 28m de pedaleo, a una media de 17 km/h. Una estupenda mañana de ciclismo descubriendo la sierra del Rincón, una maravillosa comarca que bien merece la pena conocer.
PERFIL:
TRACK:
De largo una de las rutas más espectaculares que he realizado. Merece la pena perder una hora y pico en ir y otra hora y pico volver en coche para disfrutar de estos paisajes y carreteras semidesiertas.
ResponderEliminarRecomiendo, eso si, quedarse a comer en la sierra, es muy duro pasar por Montejo de la Sierra a las 14:30 y oler los aromas a cordero asado recien hecho en horno de leña.
Animo a todo el mundo a realizar esta ruta por cualquiera de sus vertientes, no se arrepentirá.
Pequeño.