Ciclismo, naturaleza, fotografía.

CICLISMO, NATURALEZA, FOTOGRAFÍA, MTB, RUTAS.

viernes, 7 de junio de 2013

MARATON TEST THE BEST, CERCEDILLA 2/6/2013

El pasado fin de semana se ha celebrado en Cercedilla el TEST THE BEST. Donde se han desarrollado múltiples actividades relacionadas con el mundo del MTB. Como años anteriores la revista BIKE ha sido el referente, organizando esta feria que pretende ser una gran fiesta dedicada a la bicicleta de montaña. El plato fuerte para el domingo era una Maratón de escasos 40 kms, que sin embargo escondían toda la belleza y dureza de la Sierra de Guadarrama.


TEST THE BEST, Cercedilla.

Para los que nos gusta la bicicleta de montaña este fin de semana ha sido muy especial. La localidad serrana de Cercedilla se ha convertido en el centro del universo MTB, albergando por segundo año consecutivo el TEST THE BEST, o lo que es lo mismo, la gran fiesta de la revista BIKE, que en esta ocasión celebraba su veintiún cumpleaños. Una publicación que es sin duda un referente a nivel nacional.





Durante tres días los aficionados a este deporte hemos podido disfrutar de un cóctel repleto de actividades para todos los gustos. Desde una marcha nocturna a una carrera exclusiva para las mujeres, pasando por una prueba de enduro, duatlón o gimkana para los más pequeños. También se han impartido cursillos de mecánica o de como utilizar correctamente un gps, entre otras cosas. Además de contar con una amplia zona de exposición y venta, se podía ver, tocar y probar unas bicis de ensueño. Pero el acontecimiento estrella de este evento ha sido sin duda el Maratón.


Me alisté a esta prueba a ciegas, sin saber el grado de dureza al que me iba a exponer. Ilusionado por participar no me preocupé de buscar información sobre el recorrido o las dificultades que podía encontrarme. Aunque desarrollándose por los alrededores de Cercedilla no podía ser ni rodadora ni pistera. Más bien todo lo contrario, la orografía de esta zona es muy abrupta y caprichosa. Así que estaba claro que la mañana prometía ser entretenida.





La música de Iron Maiden y unas palabras de aliento de nuestro campeón de MTB, Hermida, nos dan la salida justo cuando el viejo reloj del ayuntamiento marcaba las nueve. Todos salimos escopeteados mientras un pequeño y minucioso artefacto sobrevuela nuestras cabezas grabando en video la salida. Muchos vecinos a ambos lados de la calle principal nos jalean, con tanta pancarta de expositores, carpas y publicidad dan un aspecto parecido al de una prueba internacional. Se nota que el pueblo esta volcado con el evento.







Primeros tres kms que realizamos por asfalto, callejeando por las calles de Cercedilla, a una velocidad trepidante, hasta que alcanzamos los caminos de tierra en dirección a la cuesta de Campanento. A partir de aquí todos a sufrir. Avanzamos por una amplia pista pero con pendientes constantes por encima del 10%. Cada uno va cogiendo su ritmo y como siempre los más fuertes van progresando hacía las primeras posiciones. No llevamos ni 5 kms de carrera y ya me noto cansado. El pulsometro no deja de pitar, esta claro que me estoy esforzando demasiado.


Más adelante tenemos que abandonar la pista para meternos por unos senderos de una incalculable belleza natural, adentrándonos en un bosque de pinos silvestre que haría las delicias de cualquier amante de la naturaleza. El pelotón se estira mucho porque la geografía de esta zona no permite ir agrupados. En fila de a uno pasamos sorteando varias piedras y raíces que afloran a la superficie, estos obstáculos serán una constante a lo largo de todo la carrera. Imposible adelantar durante este tramo que además sigue picando hacía arriba aunque de forma más suave.


Llevados unos 8 kms entramos de nuevo a circular sobre pistas anchas. Transitamos por la famosa carretera de la república, construcción que nunca se llego a terminar puesto que durante la segunda guerra mundial grupos ecologistas detuvieron la obra. A medida que ganamos altura la vegetación se hace más frondosa y exuberante. La subida al puerto de la Fuenfría es una ascensión que me encanta, la conozco bien de haberla realizado en otras ocasiones. Por esta parte del recorrido comencé a pasar a bastante gente, me encontraba bien y quise probar mis fuerzas.


Junto a unos chavales uniformados con la indumentaria del Garmin Team, con los que luego coincidí durante varias fases de carrera, fuí progresando varias posiciones antes de llegar a la ducha de los alemanes. A partir de este punto la pendiente se volvió más cómoda haciendo nuestro sufrimiento más contenido. Poco después nos topamos con el primer avituallamiento de la jornada, solo provisto de agua. Yo no paré, tenía el bidón casi lleno. Antes de llegar al mirador Vicente Aleixandre, un monitor nos desvía hacía la derecha marcándonos la dirección a seguir. Llevamos 12 kms de marcha, casi todos de subida, es el momento de cambiar de tercio. Toca descenso.




Nos hacen meternos por una trialera, a mi entender muy peligrosa. Nos tiramos monte hacía abajo entre medias de los arboles por un terreno muy abrupto repleto de multitud de piedras del tamaño de mi cabeza y plagado de tentáculos de raíces que se prolongan a lo largo del perímetro del camino. Durante la bajada la suspensión tiene que ir haciendo bien su trabajo para tragar la infinidad de obstáculos que nos encontramos a nuestro paso. Se trata de un tramo de mucha dificultad técnica, donde hay que estar concentrado en todo momento para no ir al suelo. Seguro que el campeón de trial, Jordi Tarrés, hubiera disfrutado como un niño chico, pero yo que no tengo experiencia en este tipo de terrenos iba padeciendo. Una mala postura al driblar una piedra o coger mal un escalón podría provocar la vuelta de campana.




Llego un momento durante el descenso que la mente se me quedo bloqueada. Yo seguía regateando rocas y más dificultades pero la cabeza me decía que no continuará más, demasiada saturación, necesitaba parar. Al final consigo frenar la bici en un lugar seguro con tan mala suerte que al intentar sacar el pie del pedal tropezó la rueda dejándome caer. Caída sin consecuencias, como muchas otras que vi por esta zona. Esta caída me dejo tocado moralmente, quitándome la confianza. No volviendo a encontrarme seguro en ninguna bajada más. Estos terrenos me infundan mucho respeto, en el futuro tendré que practicar más sobre este tipo de dominios para mejorar mi destreza con la bicicleta.


La marcha continuó a través de senderos con cierta dificultad, en realidad más del 50% del recorrido de la prueba discurrió por trazados técnicos tanto de subida como de bajada. Yo que me defiendo mejor cuando el terreno se pone cuesta arriba aprovechaba esas situaciones para ir adelantando gente, los mismos que me pasaban como balas cuando nos encontrábamos con pendientes descendentes. Esta pauta se iba repitiendo una y otra vez.




A continuación la carrera atravesó la ladera de las berceas por donde cruzamos el puente del descalzo. Poco a poco fuimos dejando atrás el valle de la Fuenfría para adentrarnos en el valle de los Siete Picos. Circulamos la mayor parte del tiempo en fila india, casi sin posibilidad de poder adelantar. A mi no me importaba, la verdad,  yo iba a mi ritmo, pero había muchos otros que se tomaron la marcha como si fuera un campeonato mundial. Habría que recordar que se trata de una marcha no competitiva donde lo importante es participar y pasarlo bien. Aunque algunos les ponen un dorsal y un chip y se vuelven locos.


Antes de alcanzar el avituallamiento muchos tuvimos que poner en practica durante un buen rato el método del empuja-bike para superar una trialera de subida de casi un km de longitud, con una pendiente mantenida que rozaba el 20%. Alguno consiguió superarla y también llevarse los gritos de admiración de todos los que le vimos. ¡Toda una proeza!. Un ligero descenso por una pista que discurría en paralelo a las vías del tren nos acercó hasta el primer intermedio de la jornada situado en el km 24.




Mencionar que la organización ha estado a la altura del evento. Nada que objetar. En este punto nos encontramos con barra libre de productos energéticos. Podíamos abastecernos de todo tipo de geles, barritas, powerade que quisiéramos. Todo tiene su limite, por supuesto, hay que ser respetuoso con el resto de participantes. Pero los voluntarios no ponían mala cara si repetías, en otras carreras esto no sucede. Además también había agua, fruta y refrescos, sin colas ni esperas. Después de campear por el monte es de agradecer un avituallamiento de estas características.



En este lugar también nos encontramos con asistencia sanitaria y mecánica. Tras diez minutos de parada reanudo la marcha en dirección a Camorritos. Cruzamos varias veces a un lado y al otro de la vía del tren y rodeamos la colonia para afrontar el siguiente tramo que nos acercará hasta el embalse de Navalmedio. De nuevo me tropiezo con los "garmin", junto a ellos tiré durante un buen rato por una senda rodeados de vegetación.





Esta maratón se caracteriza principalmente por la belleza de su entorno y la dureza del recorrido. Dos factores que han ido unidos durante toda la jornada. De hecho el siguiente tramo por donde pasamos fue uno de los más complicados pero también uno de los más impresionantes a nivel paisajístico. Sucedió que cuando transitaba por una estrecha vereda salpicada de enormes piedras tuve dos caídas de forma consecutivas por el mismo motivo.


Subiendo cada uno como podía.
La exigencia técnica y una pendiente constante hicieron que perdiera el equilibrio por momentos y diera con los huesos en el suelo. Empecinado en realizar la trialera sobre la bici, por momentos me quedé sin fuerzas para superar los escollos. Transitábamos por un terreno roto donde se hacía obligatorio utilizar el molinillo y emplear toda la potencia y habilidad que cada uno podía emplear. Vencido por la falta de fuerza, los últimos metros de esta subida los hice a pata hasta alcanzar una explanada desde donde se divisaban unas espectaculares vistas.



Cerca de El Ventorrillo.
Durante la marcha vadeamos algunos arroyos sin consecuencias, pero en el más caudaloso y pedregoso no quise arriesgar. Así que me baje de la bici y metí completamente los pies en el agua. En contra de lo esperado me sentí aliviado, se me fue pasando el calenton que tenía en los pies. Luego volvimos a cruzar otro río para inmediatamente continuar por una pista asfaltada de hormigón que nos elevaba de manera violenta hacía la última subida importante del día, en esta ocasión ya por pista ancha.



Esta ascensión nos condujo hasta el Ventorrillo, allí nos esperaba una de las curiosidades del día. Nos encontramos con Vicente y su "pincho de tortilla". Después de 31 kms durisimos se agradece que no veas un detalle de este tipo. A mi me sentó fenomenal. También teníamos a nuestra disposición más geles energéticos e incluso cerveza, pero esta sin alcohol. Luego nos tiramos por una trialera, una más, que en realidad era una angosta senda rodeada de matorrales que nos llegaban a la altura de los hombros por donde ya podíamos vislumbrar las casitas de Cercedilla.


Con Vicente, comiendo un "pincho de Tortilla".


Los últimos kms discurrieron en su mayor parte por senderos con bastante dificultad técnica. Un mal apoyo de la bicicleta y te podías caer por el barranco. Yo me baje un par de veces por esta zona, no quise arriesgar más, sin embargo vi gente maniobrar con gran precisión. Esta claro que estos trazados tan quebrados no son mi estilo, pero tengo que reconocer que son espectaculares, dan un punto muy vistoso a la carrera. Particularmente este tipo de terrenos, no son de mi agrado, pero si me los encuentro en el camino los intento negociar lo mejor que puedo, haciéndoles frente con valentía y pundonor, simplemente lo considero un aspecto más del MTB. Otros colegas los odian y echan pestes. ¿Quién sabe? quizás dentro de unos meses, con más entrenamiento llego a ser todo un experto, de momento cumplo el expediente.


Por el camino del calvario pude desempolvar durante unos segundos el plato grande, que tenía olvidado. Antes de alcanzar las calles de Cercedilla tuve que atravesar un pequeño tramo con mucho barro. Solo fueron unos metros, los suficientes para dejar como una ciénaga la bicicleta. La entrada a meta se hace con mucha ilusión, varios castillos de aire, un speaker animando, fotos y muchos aplausos de la gente agolpada ambos lados de las vallas. Esta vez si que pensé que me acompañarían en linea de meta mi mujer y mi hijo, pero como en tantas otras ocasiones que quede sin ese premio.


Terminé la maratón sobre las 12,30 con un tiempo de 3h 10m (tiempo encima de la bici) y un tiempo total según el crono de la organización de 3h 33m. A una media 12,4 km/h, lo que muestra el grado de dureza de la prueba. Francamente de lo más duro que recuerdo haber echo. En escasos 40 kms esta comprimida una ruta realmente difícil y muy técnica en algunos puntos. No acta para principiantes. De esas carreras que al terminar te planteas si te gusta este deporte o lo odias. Dar las gracias a la organización que estuvo de diez, con varios motoristas que vigilaban de nuestra seguridad y monitores situados en los lugares más peligrosos que nos indicaban la mejor trazada. Avituallamientos abundantes, buena señalización, bolsa regalo incluyendo maillot conmemorativo, zona para el lavado de bicis, más powerade, barritas, galletas al final, creo que no se puede pedir más.


Cercedilla, meta.


El ganador del Maratón Test The Best fue Adriá Noguera con un tiempo de 1h 49m. Yo me clasifiqué en el puesto 308 de un total de 653 participantes que terminaron la prueba, aunque creo recordar que había más de ochocientos dorsales. Evidentemente no fui el único que sufrió y padeció esta ruta tan dura como así lo muestra el listado. Si no hubiera echo fotos, ni comido el pincho de tortilla probablemente habría terminado entre los 150 primeros, pero esto es especular. Es indiscutible que la marcha se hizo muy dura para todos los participantes que llegábamos destrozados, un territorio más propicio para las bicicletas de doble suspensión que para las rígidas, aunque tengo que reconocer que mi Alma estuvo a la altura de las circunstancias comportándose de manera magnifica.


Zona de exposición.


No se si volveré el año que viene, lo que si se es que después de esta carrera ningún terreno abrupto me asusta. Luego me di un paseo por la zona de exposición, donde todas las marcas punteras tenían a disposición y de forma gratuita bicicletas de última generación para hacer test. También había una zona destinada para los más pequeños y tiendas donde vendían  para todo lo relacionado con el mundo del MTB. El Test The Best ha sido una excelente feria con gran éxito participativo. Espero que el año que viene se vuelva a celebrar.


PERFIL:



CLASIFICACION:




TRACK DE LA RUTA:

2 comentarios:

  1. Me ha gustado este reportaje. YO por mi parte es la segunda vez que hago esta carrera y si el año que viene se celebra, intentaré como sea estar en ella. La organización un 10. Lo peor, algunos energúmenos que tiran la basura al campo. Vergonzoso. Por culpa de estos pueden prohibir carreras.

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  2. Fantástico Test Best, con la organización de Bike debia salir bien.

    Qué buen recuerdo guardo de Cercedilla donde estuve un par de días el pasado agosto, de hecho, sin conocer bien la zona si anduvimos por alguna de las zonas que comentas, que buen recuerdo del Camino del Calvario que hicimos hacia arriba para subir a La Bola.

    Fantástico David.

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