Según la organización más de 1300 bikers, esperábamos en la salida. |
Una hora antes del comienzo de la marcha llegué a Valdemorillo, el tiempo justo para recoger el dorsal, poner a punto la bicicleta, y vestirme de romano. La salida se hace en el descampado frente al cementerio, bien organizada y preparada por la empresa lastlap. A las 11,00 la señora alcaldesa corta la cinta, y todos salimos escopeteados, como si hubiera en el primer km una meta volante y el premio por pasar primero, fuera un jamón de pata negra.
Zarza, Jorgito y yo antes de dar comienzo la XX Marcha MTB Valdemorillo 2011 |
El día amaneció cubierto por una espesa niebla, que en ocasiones hacía imposible ver más allá de 200 metros. La lluvia de días atrás había dejado muchos de los caminos encharcados, recubriéndolos de un pesado y pegajoso barro. El comienzo nos lleva por las calles de Valdemorillo pero en seguida salimos de la población por el camino de Robledo de Chabela, para comenzar a sufrir con el primer tramo de ascenso.
Las aglomeraciones al comienzo fueron muy peligrosas, varios bikers sufrieron caídas por enganchones. |
Al inicio se producen varios tapones, por culpa de ellos, sufro mi primera caída, que no sería la única. Al intentar adelantar a varios bikers que circulaban más lentos, llegó un momento que me quedé sin terreno para esquivarlos y fui al suelo. Por suerte no tuvo consecuencias, me levante y seguí. Pero ya no tuve la osadía de pasar a nadie hasta que se desfragmentara el numeroso grupo.
La marcha se dividió en tres tramos, el primero hasta el km 19, se caracterizó por las aglomeraciones, donde las paradas fueron constantes. Coincidiendo con el primer puesto de fotografía de la empresa masmtb, vi una de las caídas más aparatosas de la jornada, se produjo cuando un biker se precipito sobre el agua al intentar vadear un arroyo sin éxito. El recorrido es un continuo subir y bajar, un completo rompe piernas. A mi como me da respeto los descensos, en ellos prefiero relajar las piernas y en los ascensos recupero el terreno perdido.
Vamos atravesando pastizales, ganaderías y en algún momento entre la niebla adivino ver vacas y también caballos sufriendo las inclemencias meteorológicas del día. Pasamos por tramos en los que el camino desaparece, vamos literalmente campo a través, cada uno de nosotros intentamos buscar la mejor trazada posible para mantener el equilibrio, pero en mi caso una piedra se cruza en mi camino produciéndome mi segunda caída, y última por suerte, el salto que dio la bici fue tan brusco que mi mano se desconecto del manillar perdiendo el contacto, para cuando pude rehacerme ya estaba en el suelo.
El terreno en su mayoría compuesto por fango, lodo y barro hacia el pedalear de lo más penoso. Había que estar alerta en todo momento. No se podía descansar ni un segundo, la tensión se acumulaba en los brazos. Por esta zona vadeamos un sin fin de charcos, y arroyos, el más conocido el de Fuente Vieja. A estas alturas ya estaba de agua hasta las cejas y de barro hasta los... Antes de llegar al primer descanso discurrimos por un bosque de encinas donde nos encontramos un divertido sendero adornado por la nieve, que me pareció de lo más hermoso del recorrido.
Llevados 19 kms llego al primer avituallamiento, que se encuentra situado junto a la M-600, por la que atravesaremos después con ayuda de la Guardia Civil. Aquí me vuelvo a encontrar con Zarza y Jorgito que periodicamente me iban esperando. Pero también coincido con Julio, Txema, Jf delafuente y otros compañeros de MTB Leganés, todos juntos proseguiremos la marcha aunque cada uno a su ritmo. Los avituallamientos fueron muy pobres, solo manzanas para comer y como no me gustan, tuve que echar mano de las barritas que siempre van conmigo por lo que pueda pasar. También había agua embotellada y Gatorade en bidones, es decir, a granel, ¡a saber si en realidad era ese producto o garrafón barato!. De echo la organización se curo en salud en su nota informativa: "A pesar de existir estos puntos de avituallamiento en el recorrido, lleva contigo algún alimento sólido y líquido. Recordaros que en cada avituallamiento podrás encontrar fruta, agua y bebida isotónica."
El segundo tramo de la jornada, entre el km 19 y el segundo avituallamiento en el 33, estuvo marcado por los senderos técnicos, y la gran dureza que nos suponía avanzar por un terreno en tan lamentable estado. Es como si el barro abrazara los neumáticos tirando de nosotros haciendo casi imposible transitar. Incluso con el plato pequeño se me hacía dificil el pedalear, las ruedas se hundían en el lodo. Cada vez que cambiaba de piñón me dolía el alma al escuchar los chirridos y crujidos procedentes de la cadena. En más de una ocasión pensé que iba a romperla.
Antes de llegar al segundo avituallamiento, tuvimos que atravesar un túnel estrecho, oscuro y decorado con unos pedrolos que ya los quisieran los "picapiedra", aun así conseguimos superarlo, por supuesto a pie. Al cruzar por aquí los recuerdos de mi adolescencia llegaron a mi mente cuando de joven solía escaparme con la chica para escondernos en lugares así y que nadie pudiera ver nuestros primeros besos.
Llegando al km 33, segundo avituallamiento de la jornada |
La mayoría de los participantes escogieron la opción corta. Pero nosotros continuamos hasta completar los 48 kms a meta. |
Este segundo avituallamiento situado en la cañada real segoviana nos permitió agruparnos de nuevo. Aquí varios compañeros decidierón dar por finalizada la marcha, al igual que la mayoría de los participantes que viendo como se había desarrollado la prueba prefirieron volver por la ruta corta, desde este punto solo les quedaban un par de kms para llegar a linea de meta. Pero Jorgito, Zarza, Txema, Julio, Jf delafuente y yo continuamos adelante prolongando la marcha hasta completar los 48 kms. Para este último tramo la organización anunciaba un nivel medio-alto, incluyendo en estos 15 kms finales un descenso técnico y peligroso además de una dura subida final.
Durante la bajada me descuelgo, se trata de un descenso pronunciado con multitud de piedras que consigo esquivar sin dificultad, pero también con algún tramo agrietado donde por precaución pongo pie a tierra, prefiero ser conservador e ir a un ritmo que me permita dominar la trazada. Sin embargo el resto de mis compañeros se lanzan sin complejos en un vertiginoso descenso, perdiéndolos por el momento de vista. Antes de terminar el descenso me encuentro con Txema que tiene problemas con la cadena, nada complicado que logra solucionar sin mayor inconveniente. En este tercer y último tramo de la marcha descubro gratamente como el lodo y el tan temido barro desaparecen haciendo más llevadero el discurrir.
Perfil de la clásica Valdemorillo 2011 |
Durante la bajada me descuelgo, se trata de un descenso pronunciado con multitud de piedras que consigo esquivar sin dificultad, pero también con algún tramo agrietado donde por precaución pongo pie a tierra, prefiero ser conservador e ir a un ritmo que me permita dominar la trazada. Sin embargo el resto de mis compañeros se lanzan sin complejos en un vertiginoso descenso, perdiéndolos por el momento de vista. Antes de terminar el descenso me encuentro con Txema que tiene problemas con la cadena, nada complicado que logra solucionar sin mayor inconveniente. En este tercer y último tramo de la marcha descubro gratamente como el lodo y el tan temido barro desaparecen haciendo más llevadero el discurrir.
Me resulta raro no haberme cruzado con ningún participante en toda la bajada, lo cual me deja un poco intranquilo pensando que me había perdido, pero al momento salgo de la duda al localizar varias bandas azules a modo de distintivo con las que la organización ha señalizado el recorrido. El descenso finaliza en las faldas de un monte, donde a lo lejos diviso a varios de mis compañeros enfilando la subida. Las primeras rampas son durisimas, en realidad ¡¡¡son paredes!!!. Tengo que echar todo el peso de mi cuerpo sobre la rueda delantera para hacer aun más fuerza, son dos curvas de herradura que tengo que hacer rectas para no perder el equilibrio. Voy tirando de riñones y de músculos hasta ahora desconocidos por mí. El cuerpo me dice bajate de la bici, pero mi mente sabe que puedo conseguirlo. Tres kms eternos donde voy siempre con el 24x36 el desarrollo más fácil de mover. Sin embargo mi ritmo es bueno y comienzo adelantar a varía gente, primero paso a Julio, me fijo en su rostro y solo veo sufrimiento, después a Jf delafuente, aunque se que es un experto en dosificar el esfuerzo, y por último llego a la altura de Txema. El pulsometro no me deja de pitar, sobrepaso en algún momento las 190, empiezo alarmarme.
También hizo su aparición, el granizo. |
Aprovechando que el desnivel decrece, bajo la intensidad de mi pedaleo y me tomo un respiro. Me pongo a la altura de un biker y comenzamos a dialogar. Me comenta que estamos ascendiendo un alto muy transitado por los ciclistas de la zona, conocido como "el Mortirolo" haciendo referencia al coloso alpino. Según su GPS algunas rampas alcanzaban un desnivel del 18%. El resto de la subida fue manteniendo una pendiente más humana.
A falta de 3 kms escasos para la meta, hizo su aparición el último elemento, el granizo. Pare brevemente para ajustarme el chubasquero y seguir rumbo hasta Valdemorillo, unos minutos después atravesé el arco del triunfo, en una desangelada llegada sin nadie que nos aplaudiera y nos compensara por el esfuerzo. Cruzamos la meta como si fuéramos los últimos en llegar, tras 3h 50m (tiempo encima de la bici), a una triste media de 12 km/h, para completar los 48 kms totales. En realidad el único que nos recibió fue el sol que hacía su primera aparición del día.
La marcha se hizo dura debido a la gran cantidad de barro y agua acumulada sobre el terreno, algunos tramos del recorrido se encontraban en muy malas condiciones. Fue un continuo atravesar charcos y vadear arroyos. Con bajadas técnicas y fuertes subidas. En bastantes ocasiones hubo que recurrir al empuja-bike. MTB en estado puro. La organización del evento corrió a cargo de la empresa lastlap que contó con el patrocinio entre otros de BH, y Gatorade. En este aspecto la marcha estuvo bien señalizada, en los cruces peligrosos siempre había colaboradores que con la ayuda de la policía local y guardia civil velaron por nuestra seguridad. También un quard de asistencia nos vigilaba.
Al terminar la carrera no encontramos ningún puesto habilitado para la limpieza de las bicicletas, un error de la organización |
Por otra parte los avituallamientos fueron un punto negro, no hubo variedad de comida, solo manzanas, si bien es cierto que hubo cantidad para todos los participantes y no se produjeron colas. En una carrera donde el barro es el elemento principal se echa en falta a la llegada un buen manguerazo, este es un aspecto que tienen que mejorar para futuras ediciones. Aunque se trataba de una marcha no competitiva siempre es interesante saber la clasificación de la carrera pero en esta ocasión la organización no consideró la opción del chip. Así nos quedamos sin saber el lugar en la tabla. La bolsa de regalo fue de lo más triste, con un par de revistas caducadas dedicadas al ciclismo, se echo en falta un malloit o algún producto energética. Lo más decepcionante de la marcha fue la total ausencia de publico durante todo el trazado, ni siquiera en linea de meta había gente animando, esto me dejo un sabor un tanto amargo.
Muy buena la selección de fotos, David. Reflejan bastante bien lo que sucedió ese día. A mí, que nunca me había visto en una de estas, el recorrido en sí me moló bastante. Un poco de barro y agua está bien, pero lo que nos encontramos en varios tramos era demasiado. Yo llegué a estar hasta la polla, aunque al final pesa más la satisfacción de haberlo superado. Las rampas del "Mortirolo" se las traían de verdad, y cuando parecía que ya habíamos pasado todas las penurias posibles llegó el granizo, si bien por poco tiempo, pero perfecto para redondear una jornada épica. Eso sí, el ambiente de la llegada fue desempalmante, y la bolsa de regalo, una vergüenza.
ResponderEliminarJORGE
Que pasa chavales,coincido con vosotros, el relato refleja bien lo que ocurrió, lo importante es que todo salió bien, nadie sufrio daños y disfrutamos con la marcha. El barro es un engorro pero una vez pasado no deja ser más épica la hazaña, lo del granizo ya me parecio una guasa. La crónica está muy bien, no sé como te las apañas para sacar las fotos y hacer mountain bike al mismo tiempo, a mi me resultaría muy incómodo, luego quedan estas fotos de recuerdo que molan mucho de otra forma todo esto quedaría en el olvido con los años.
ResponderEliminarTe animo a seguir haciendo publicaciones porque luego nos gusta leerlas y yo de momento no me veo contando historias.
Un saludo
Fernando
Me temo que el Rally de los Embalses va a ser muy parecido a esta clasica de Valdemorillo.
ResponderEliminarPues si que estuvo el día feo, y el terreno peor. Y no, no fuíteis los últimos en llegar, porque según dijeron el domingo por megafonía, el año pasado tuvieron que esperar al último hasta las siete de la tarde.
ResponderEliminarSaludos.