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viernes, 15 de marzo de 2013

PERALES- MORATA DE TAJUÑA- ARGANDA DEL REY 24/2/2013

Ruta de entrenamiento con la flaca por la zona de la comarca de las vegas, que incluye las subidas a Frascuelo y al Pico del Águila y la visita a la población de Arganda del Rey. Un recorrido fácil que sin embargo se hizo duro por las bajas temperaturas y el fuerte viento de cara que apareció en la parte final.

Arganda del Rey.

Con la motivación en horas bajas y el poco tiempo que dispongo para escribir en el blog. Los meses de enero y febrero se han quedado huérfanos, sin ninguna entrada ni crónica que adornen esos dos primeros meses del año. Lo cierto es que tampoco he realizado ninguna ruta interesante digna de mención, tan solo unas cuantas salidas con escaso kilometraje y poca dificultad. Al día siguiente de la llegada de los reyes magos comencé la temporada 2013. Recuerdo que amaneció entre nieblas, con gélidas temperaturas y amenazando constantemente lluvia. En realidad esto ha sido una constante durante estas primeras semanas.


Subida a la Marañosa.
El punto de inicio de la ruta en esta ocasión lo situo en Perales del Rio. Así de esta forma evitaba el tramo pestoso que supone luego llegar a El Bercial. La idea era rozar los 100 kms, una distancia donde la flaca y mis fuerzas se encuentran cómodos cuando salgo por carretera. Esta era la primera ruta del año algo complicada y tenía claro que quería hacerla en solitario para comprobar mi estado físico actual y saber lo que debo mejorar.





A las 9,30 echo a rodar por el carril bici de San Martín de la Vega. Los primeros instantes son angustiosos, los dedos de los pies y las manos se quedan agarrotados, secuestrados por un frío seco que no me deja sentirlos. En esos momentos la temperaruta no superaba la barrera de los cero grados. Realizo la subida a la Marañosa tranquilo, a ritmo cardíaco de "quema grasas", sin superar las 160 pulsaciones en ningún instante. Lógicamente a este paso llegué a la cima con un tiempo discreto de 11,38m, siendo superado por todos los ciclistas que me cruce, tampoco me importaba.


Estos primeros meses de pre-temporada siempre me los tomo con calma, sin forzar nunca, haciendo un entrenamiento de base para ir acumulando kms en las piernas. No es momento de picarse con nadie, solo de ir encontrando el golpe de pedal adecuado y volver a sentir las sensaciones buenas de antaño. Por suerte el sol apareció en el horizonte y la sensación térmica aumento, poco a poco los dedos de las manos volvieron a ser de su dueño.







Ciempozuelos.
Tras un rápido descenso en seguida llego a San Martín de la Vega donde abandono el carril bici, a partir de aquí tendré que tener cuidado con el tráfico motorizado. Paso por la plaza San Marcos, esta vez sin detenerme, repleta de ciclistas haciendo una pausa. Para poner rumbo a Ciempozuelos, localidad que alcanzo después de 7 kms. Esta carretera tiene un amplio arcén lo que me posibilita ir a buen ritmo sin preocuparme del resto de vehículos con los que comparto vía.




Titulcia.

Al contrario me sucede para llegar a Titulcia, son apenas 4 kms que se hacen por una estrecha carretera, el cruce a la misma altura con cualquier vehículo pesado puede resultar muy peligroso. Opto por no atravesar el pueblo y continuar por la circunvalación. Unos kms después dejo esta carretera para tomar la M-313. Por esta zona me cruzo con varios ciclistas, algunos en grupo, aunque todos en sentido contrario.










Es una carretera desierta de coches, no me crucé con ninguno durante este tramo, que atraviesa parte del Parque regional del Sureste. Me encuentro con un terreno llano y con un paisaje repleto de campos de olivos. Por esta zona se encuentran varias fincas ganaderas y de cultivos, las más significativas: las de Valgrande, Gesmo Alto y Batanejo. También dejé a un lado una pista de karts y antes de iniciar la subida a Frascuelo el recorrido me llevó hasta la Alcoholera de Chinchón. En este punto cambio de vía para tomar la M-311 y de este modo atacar este repecho que nunca antes había realizado.


Valle del Tajuña.

Se trata de una subida corta, apenas 2,2 kms de longitud con unos porcentajes constantes que nunca superan el 6% de desnivel, como así me confirma el garmin. La carretera dibuja varias sucesiones de giros y contra giros hasta alcanzar el punto más alto, donde podemos deleitarnos con unas espectaculares vistas del valle del tajuña. El nombre de esta subida lo toma de la posada que nos encontramos a mitad de ascensión.





Para llegar hasta Morata de Tajuña solo tengo que dejarme caer un par de kms por una carretera en buenas condiciones, siempre en descenso. En la plaza del pueblo realicé una breve parada para estirar un poco, y quitarme los calcetines. En época de invierno acostumbro a llevar dos pares, uno corto térmico como primera piel y otro por encima más largo, como los que utilizan los esquiadores. Llevaba el primero empapado en sudor, completamente mojado. Decidí quitarlo y dejar solo el largo, pero además me apliqué radio salil entre los dedos y la planta de los pies para que volvieran a entrar en calor, fue todo un acierto, ya no volví a tener frío en los pies.


Morata de Tajuña.

Llevados 44 kms reinicio la marcha. Atrás dejo a un grupo de bikers con sus flamantes monturas embadurnadas de lodo y barro. Cada vez tengo más claro que durante los meses de lluvias la "flaca" tiene preferencia. No me gusta nada perrear sobre charcos o chololate embarrado que me dejan la "gorda" para el arrastre. Siempre recuerdo lo que sufrí en la marcha de Valdemorillo y se que mis gustos con la bicicleta no van por ese camino.




En seguida tengo que afrontar el tramo más duro de toda la ruta, o al menos eso pensé yo en un principio. La subida al Pico del Águila se inicia en el mismo centro de Morata, junto al ayuntamiento sale la M-313, la carretera que se adentra monte hacía arriba ganando altura rápidamente en sus dos primeros kms, los más difíciles. Pese a conocer esta subida bastante bien, era la primera vez que la realizaba con flaca. Hacía más de dos años que no pasaba por aquí y ya no me acordaba de la crudeza de sus repechos iniciales, con varias rampas por encima del 10% de desnivel.


Subida al Pico del Aguila.
Al principio me cuesta mantener la velocidad, pero luego mantuve una media de 13 km/h. Durante la ascensión me pongo como objetivo no tocar las coronas más grandes, intentando llevar siempre un desarrollo constante y cómodo  Los dos últimos kms de subida la pendiente suaviza llevándome rápidamente a su cima coronada por una estación eléctrica de iberdrola. En total, se trata de una subida de 4 kms que se puede hacer dura si equivocamos el ritmo. Esta vez tardé en realizarla 17m 14sg.




El descenso se hace algo peligroso por la cantidad de curvas cerradas que me encuentro, en ocasiones la carretera discurre en paralelo a la autopista A-3 para finalmente alcanzar la población de Arganda del Rey tras superar un par de repechos a su entrada. Lo cierto es que nunca había estado antes en este pueblo y tenía curiosidad. Así de este modo me acerqué hasta el centro urbano.

Arganda del Rey.

Argarda del Rey es el motor del sureste de la Comunidad de Madrid, tiene en la industria vinícola su principal fuente de economía con denominación de origen propia. Su población supera los 55.000 habitantes gracias a la gran cantidad de inmigrantes que se han asentado en los últimos años. Es un municipio que apuesta por el pleno empleo, dejando su tasa de paro por debajo de la media. Cuenta con una amplia red de comunicaciones para facilitar el transporte a la capital. Entre sus edificios más históricos se encuentran: La Ermita de Nuestra Señora de la Soledad, La Casa Vilches, La Casa del Rey o la Parroquia San Juan Bautista, otros puntos de interés son: El puente metálico, el Museo del Tren o la vía verde del Tajuña que se inicia desde el Hospital del Sureste. Una ciudad comprometida con la cultura y el arte que lleva albergando durante hace varios el festival de música internacional Rock in Rio. Pero sobre todo Arganda es una población con una gran tradición taurina. En las fiestas locales la plaza del pueblo se convierte en un espectacular coso donde los recortadores tienen su mayor protagonismo.


A las afueras de Arganda me hice un poco de lio para coger la dirección correcta que finalmente solucioné consultando los mapas de mi móvil. Luego tuve que atravesar una enorme zona industrial hasta alcanzar una glorieta donde por fin encontré mi siguiente destino. A estas alturas de la ruta comenzaron a manifestarse los desagradables dolores de rodilla, típicos de la condropatia, que me acompañaron hasta el final del día.



El siguiente tramo de la ruta comprendido entre Arganda del Rey y el retorno a San Martin de la Vega fue un autentico calvario. Fueron 15 kms luchando contra el viento por la M-506, una carretera con escaso tráfico a esas horas del día, con el único aliciente de tener unas bonitas vistas a mano derecha de los cortados de la marañosa. Antes de llegar al cruce con el río jarama me supero un ciclista a buen ritmo, por supuesto no quise seguirle, pensando que su ritmo era excesivo para mi. Pero en seguida me di cuenta del error. Mi progresión normal me mantenía  tan solo 50 metros por detrás de él. Entonces me exprimí a tope para cogerle, sabiendo que de hacerlo mi sufrimiento contra el viento terminaría. Finalmente tuve que moderar mi esfuerzo, los cuadriceps estaban a punto de reventar. De haber cogido su rueda en el momento adecuado otra historia hubiera pasado. Este empeño me dejo fundido y tuve que bajar mucho más el ritmo para llegar entero al carril bici.

Cortados de la Marañosa.

Al entrar en el carril bici se me apareció la virgen en forma de cuatro ciclistas que llegaron a mi altura para pedalear junto a mi. Era una cuadrilla singular: uno con alforjas, un danés, un rastas y otro personaje que solo hablaba en inglés y que llevaba una bicicleta de carretera con único desarrollo, solo un piñón y un plato. Me refugié entre ellos, quedando a salvo de la ventisca.


El resto de la ruta es un sencillo recorrido de diez kms que discurre por el carril bici, compartiendo trazado con el principio de la ruta pero en sentido contrario, claro. Con el único inconveniente que supone subir la Marañosa por esta vertiente. Una pequeña tachuela que realicé a buen ritmo detrás de mis nuevos amigos que me iban haciendo pantalla. Curiosamente el inglés se mostró como el más fuerte, aunque llevara una bicicleta sin cambios. En la cima marcamos un digno tiempo de 12`54.




Perales del Rio.

Poco después de las dos de la tarde llegamos a Perales del Rio, mis compañeros siguieron su andadura, ¿quién sabe hacia donde?. Yo sin embargo había llegado a mi destino. En total salieron 91,5 kms realizados en 4h 06m (tiempo encima de la bici), a una media de 22 km/h. Terminé muy cansado, con los cuadriceps por las nubes. Y con un dolor de rodilla que ya casi tenía olvidado. Muy malas sensaciones.





Normalmente con la flaca comienzo a sufrir a partir de los cien kms y hoy ni he llegado. La bicicleta de carretera te permite rendir a mayor nivel, la fatiga aparece más tarde y los kms cunden más. Sin embargo en esta ocasión me he sentido bastante flojo. Es evidente que estoy comenzando la temporada y que este era mi primer test de importancia. Aun así tengo que buscar explicaciones a mi baja forma. Esta claro que tengo que entrenar más. Ir al gim, que últimamente lo tengo aparcado. Seguir con la dieta, que la estoy descuidando bastante, y por supuesto coger mucho más la bici. Todo esto esta muy bien pensado, pero tendré que sacar tiempo libre... hasta debajo de las piedras.

PERFIL:



TRACK DE LA RUTA:

2 comentarios:

  1. Saludos David, ...de nuevo en el pedal.

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  2. Buenas tardes, soy un socio del club de MTB Rivas y me imagino que sabréis que han cerrado la barrera del camino de la casa de Eulogio. Hemos investigado y hay alternativas a ese camino y os mando el enlace por si queréis echarle un vistazo. https://youtu.be/hYPkCaNW9-o y https://youtu.be/mAzhNxVDpio.
    Un saludo y nos iremos viendo por estos caminos

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