Puerto de la Cruz Verde |
Después de casi tres meses alejado del ciclismo por razones obvias, este domingo he vuelto a la carretera para disfrutar de nuevo de este precioso deporte, que para mí no es simplemente un pasatiempo sino una de mis mayores pasiones, que unos desaprensivos, por no llamarles otra cosa, me arrebataron semanas atrás. Abordo de mi nueva flaca he realizado esta vez en solitario un recorrido por la Sierra Oeste, que quizás en otra época no mereciese una crónica pero dadas las circunstancias, me apetecía mucho escribir y así de paso actualizar el blog, que últimamente lo tengo algo olvidado.
Cerca de Valdemorillo. |
La ruta discurre íntegramente por la llamada Sierra Oeste, una zona que me gusta mucho y que sin embargo visito muy poco. Además del majestuoso Monte Abantos, que no esta incluido en esta salida, esta zona tiene otras muchas virtudes y paisajes preciosos que admirar. Las carreteras suelen estar poco transitadas por vehículos y es habitual encontrar a multitud de ciclistas entrenando por la zona, aunque esta vez me topé con menos, seguramente porque la mayoría había optado por participar en la marcha "La Perico" que este mismo fin de semana se celebraba por la sierra de guadarrama.
Zarzalejo. |
Pero hoy mis intenciones era mucho más modestas, ya me gustaría estar en plena forma para participar en "La Perico", pero por el momento hay que ser realista y adaptar las rutas a mi actual condición física, que por cierto es bastante penosa. Esta vez sitúo el inicio de la ruta en Villanueva de la Cañada y sobre las 9,30 comienzo a dar pedales en compañía de un molesto viento frontal y con un sorprendente cielo encapotado. El frío solo me duro unos kms, hasta comenzar una pequeña subida que se adentraba en una urbanización aledaña a Valdemorillo, fueron apenas un par de kms pero sirvieron para calentarme las piernas y el cuerpo. Más tarde en la M-600 me uní a un par de ciclistas con los que apenas pude recorrer unos pocos kms, ellos iban hacía El Escorial pero mi destino era otro bien distinto. Lastima porque llevaban un ritmo al que me podía adaptar bien.