Durante la Marcha cicloturista La Bota. |
Segundo desplazamiento del año a Sonseca, y como en la primera vez no soy capaz de encontrar el punto de salida de la marcha, situado en el pabellón municipal. Al final dando muchas vueltas y preguntando a los lugareños consigo dar con él. Llego con el tiempo justo para estacionar en un lugar adecuado, cambiarme de ropa, recoger el dorsal y preparar la bici. Me sorprende encontrar un ambiente tranquilo, casi familiar, nadie agolpado en el arco de salida y casi todos los participantes charlando entre sí. Ambiente festivo entre clubs ciclistas, entre los más numerosos La Sagra Sport, Imperial Toledo y los organizadores la Peña La Bota. Pero también, como casi siempre, no faltaron los representantes de Parla, Getafe e incluso una chica de Leganés.
Algo más tarde de lo previsto, sobre las 9,10 de la mañana nos ponemos en marcha. Un pelotón de poco más de cien participantes avanza por las calles de Sonseca hasta encontrar la TO-3225, una carretera en buenas condiciones por donde discurrirán los primeros kms. La prueba se ha desarrollado en su mayor parte de forma neutralizada, con el pelotón circulando detrás del vehículo cabeza de carrera, que a su vez nos retenía.
La Guardia civil también controlaba la seguridad de la marcha tanto por delante como por detrás. Además de otros voluntarios en motos destinados a proteger y dar apoyo a la carrera. Esto no quiere decir que el ritmo fuera lento, al contrario, se rodaba muy rápido. Las carreteras por las que ha transitado la marcha no estaban cerradas al tráfico motorizado y por esta y otras razones la guardia civil no quería que los ciclistas anduviésemos desperdigados. Los coches que circulaban en sentido contrario, que fueron escasos, eran parados para mayor seguridad y además la guardia civil nos hacía un férreo marcaje para que circuláramos siempre por nuestro sentido. No había concesiones.
Subiendo Majarliza. |
La filosofía de esta marcha, como la de otras muchas, no es la competición en si misma, sino el pasar un día especial entre amigos disfrutando del deporte que nos une. Sin embargo durante las subidas a los puertos se ha dejado vía libre para que cada uno demostrara su potencial, circunstancia que se ha repetido en el tramo final, los últimos 20 kms. Otro importante condicionante del día ha sido el viento, que nos ha azotado durante toda la jornada, unas veces incordiando de cara, otras de costado y muy rara vez, ya casi al final llegando a Sonseca de forma favorable. Además aunque parezca mentira y estemos casi rozando el verano, hoy ha sido un día nublado y fresco. Yo que aposté por ir de corto he sentido frío durante varios momentos.
El tandem. |
Todos juntos en grupo íbamos avanzando a un ritmo muy alto. Inmiscuirse entre medias del pelotón no es una tarea sencilla, para nada, requiere su aprendizaje. Y yo aún en esto soy un novato. Pero he podido constatar que tiene sus ventajas. Es toda una gozada introducirse en el seno del grupo y dejarse llevar. El esfuerzo es menor y la recompensa muy alta. Antes de llegar a la primera dificultad del día tenemos que atravesar las poblaciones de Casalgordo y Arisgotas.
Llevados 11 kms comienza la ascensión al puerto de Majarliza, una pequeña tachuela de casi 5 kms de longitud que supero sin problemas. El pelotón se estira mucho y en el descenso unos cuantos rezagados nos juntamos para tirar a muerte para intentar volver a integrarnos al grupo. Fueron momentos de nerviosismo, perder la rueda del compañero supondría quedarse luchando en solitario. Íbamos muy rápido, a veces rozando los 40 km/h, y sabía que si me quedaba solo por detrás lo iba a pasar fatal. La única opción era ir a muerte, darlo todo para no perder comba.
Así de esta manera, un grupito de unas diez unidades estuvimos durante unos kms sufriendo para finalmente alcanzar al grupo. ¡Menudo susto!. Después fue todo mucho más tranquilo. De nuevo inmerso en el corazón del grupo me acoplé detrás de unos chavales dejando pasar los kms. A veces tenía la sensación de ir medio parado, pero un vistazo al velocímetro me informaba de que manteníamos un ritmo muy alto, casi siempre por encima de los 30 km/h.
Avituallamiento en El Molinillo |
En el km 45 estaba instalado el primer avituallamiento del día, en la aldea de El Molinillo. Pese a los escasos recursos con los que cuenta la organización, comentar que había de todo lo necesario: plátanos, barritas, coca-cola, aquarios, agua para hacer frente al desgaste. Muy digno para los tiempos que corren. En este punto estuvimos retenidos unos diez minutos haciendo un reagrupamiento general, porque por detrás venía gente que no pudo conectar con el grupo.
Tras reponer fuerzas, el pelotón completo reanudó la marcha detrás del coche piloto que nos habría el paso. Moto de la guardia civil por delante y por detrás para nuestra seguridad controlando en todo momento que nadie se perdiera demasiado. Varios kms rodando a buen ritmo hasta que abandonamos la CM-4017 para afrontar el tramo más espectacular de toda la ruta. La ascensión a los Baños de Robledillo, también llamado por estos lares como el pequeño Alpe d`Huez toledano.
Tomamos una carretera estrecha con el piso algo rugoso que nos indica la dirección hacía los Baños de Robledillo. Los primeros 4 kms son bastante tendidos, con porcentajes suaves. Sin embargo la gente tiene ganas de guerra y a medida que vamos ganando altura se va haciendo la selección natural, los fuertes por delante y los sufridores atrás. Por supuesto a mi me tocaba sufrir. Además el primero que pasara por la cima tenía asegurado un premio, un incentivo que seguro motivó a más de uno.
La parte final de la subida es simplemente espectacular. Durante cinco kms la carretera va dibujando en el monte continuas giros adentrándonos en la zona más alta mientras una espesa niebla nos iba acogiendo. Una subida preciosa no exenta de dureza que particularmente me ha sorprendido. La carretera va trazando una serie de curvas de herradura donde alguna rampa en concreto alcanza hasta el 11% de desnivel. Los continuos cambios de perspectiva nos permiten ir observando todo el recorrido de la ascensión, ofreciéndonos unas vistas estupendas a las dehesas de los Montes de Toledo.
Pese a los kms acumulados y el fuerte ritmo que se había llevado hasta llegar aquí, me encuentro bien de fuerzas y realizo una gran subida adelantando incluso a gente. Disfrute muchísimo subiendo este puerto. Ya solamente por esta subida merecía la pena el desplazamiento a Sonseca y la carrera en sí. Me encontraba tan fino que me di el gustazo de dejar la cámara de fotos a un chaval que iba en un coche de la organización para que me fuera haciendo fotos. El dorsal 69 me estaba dando mucha energía.
El último km es sensiblemente más sencillo que los cuatro anteriores que tienen una pendiente media al 8%. Después de negociar el último giro tenemos que encarar una larga recta desde donde se divisan unas antenas a lo lejos, luego ya solo nos queda una curva a la derecha para enfilar el cartel de puerto. Un poco más adelante a más de 1200 metros de altitud dos chicos de la organización nos esperaban para darnos papel de periódico, muy amablemente nos sugieren que hagamos un descenso prudente, según nos comentan hay un par de curvas peligrosas. Me coloco debajo del maillot una hoja de periódico y me tiro sin complejos en busca de la población de San Pablo de los Montes a la que llego 3 kms después. En este punto nuevo reagrupamiento y avituallamiento.
Pasados unos minutos la gente empezó a impacientarse. La sensación térmica era baja y el frío comienza ha meterse en el cuerpo. Llevamos muchos minutos parados y la marcha no se reanudaba. Por lo visto durante el descenso hubo una caída y la ambulancia tuvo que prestar auxilio. Compañeros de la peña La Bota nos comentan que no se puede continuar hasta que la ambulancia regrese, puesto que es obligatoria su presencia escoltando la marcha. Sin embargo voluntariamente muchos se montan en sus bicis y sin la custodia de la guardia civil reinician la marcha.
Yo viendo que la iniciativa prosperaba me fui tras ellos. Clandestinamente hicimos unos cuatro kms hasta que fuimos capturados por la guardia civil y su sargento a la cabeza. Entonces el coche piloto nos alcanzo y nos hizo reducir la velocidad hasta llegar a pararnos, eramos un grupo muy grande, más de 60 unidades. Allí en me medio de la carretera estuvimos parados un buen rato. Por supuesto nos llevamos la reprimenda del jefe de carrera que desde el coche a través del megáfono criticó nuestra actitud. Tenía toda la razón.
Poco más tarde aparecieron el resto de ciclistas y los vehículos necesarios para continuar la marcha. Todo estaba en orden. Así pues volvimos a dar pedales de forma continua, otra vez todos juntos, unidos en un gran pelotón. En seguida llegamos a Menasalbas y poco más tarde a la pequeña población de Cuerva, donde muchos vecinos se echaron a la calle para animarnos. Esta parte del recorrido era muy abierta, lo que propiciaba que el viento nos azotara ferozmente. Se sucedían los abanicos, todo el mundo iba muy rápido, a veces se hacía muy complicado ir a rueda. No había control del vehículo piloto, imploraba la ley de la selva.
Los últimos veinte kms nos encontramos un trazado rompe piernas, continuos toboganes destroza rodillas que había que hacerlos a tope para no perder la cola del pelotón. Lo intenté, pero finalmente tuve que ceder, no pudiendo seguir la estela del grupo. No era el único que se había quedado, otros antes ya se habían entregado. Por detrás primero fui cazado por un chaval del club imperial Toledo y una chica del club carrasco. Los tres juntos hicimos buena parte del tramo final. Ellos dos iban a relevos, yo tenía bastante con seguir a rueda. Pero llego un momento que la chica se puso a mi altura y me grito: "venga, a relevos", yo le dije que no podía, bastante hacía con ir ahí. Momentos más tarde se largo de nuestra compañía. Evidentemente ella estaba más fuerte que nosotros.
Junto a ese chaval circulé hasta que otro grupito de unas 15 unidades nos engulló. Conversando con él descubrí un cumulo de casualidades impresionantes. Según me narraba, yo iba flipando. Había sido mi vecino durante mi niñez en el barrio de la Alhondiga de Getafe durante muchos años, probablemente habíamos incluso jugado juntos de pequeños. Me pareció muy curioso. Los últimos kms antes de llegar a Sonseca los hicimos a un ritmo infernal, por encima de los 40 km/h. Finalmente consigo desmarcarme de ese grupeto y entrar en meta junto a otros dos chavales que hacían de avanzadilla. Terminé con muy buenas sensaciones, muy satisfecho con la carrera realizada. Sin dolor de rodillas ni aspavientos en los cuadriceps que últimamente se revelaban. Me salieron 115 kms realizados en 4h 13m (tiempo encima de la bici) a una media superior a los 27 km/h. Francamente creo que estoy empezando a coger la forma. Hoy me he visto muy bien.
La carrera me ha resultado muy atractiva, en mi caso me ha beneficiado ir durante muchos kms de forma neutralizada, protegido en mitad del grupo. Me ha encantado la subida al puerto del Robledillo, ha sido todo un descubrimiento. En cuanto a la organización, nada que objetar. Admirable como un pequeño club ciclista puede montar una marcha de esta índole, apoyados por familiares y amigos que de forma altruista colaboran con el desarrollo de la prueba.
Además nos obsequiaron con un maillot de la peña y para finalizar nos invitaron a un pincho de barbacoa, con su chorizo, tortilla y panceta. Obviamente tampoco falto la cerveza. Dar las gracias al club ciclista La Bota, esperando que el año próximo puedan repetir la marcha. A mi me ha parecido muy interesante. Sigo pensando que la gente que viene a este tipo de carreras esta mucho más preparada físicamente que los que van a las marchas de mtb.
PERFIL:
TRACK DE LA RUTA:
Tras reponer fuerzas, el pelotón completo reanudó la marcha detrás del coche piloto que nos habría el paso. Moto de la guardia civil por delante y por detrás para nuestra seguridad controlando en todo momento que nadie se perdiera demasiado. Varios kms rodando a buen ritmo hasta que abandonamos la CM-4017 para afrontar el tramo más espectacular de toda la ruta. La ascensión a los Baños de Robledillo, también llamado por estos lares como el pequeño Alpe d`Huez toledano.
Tomamos una carretera estrecha con el piso algo rugoso que nos indica la dirección hacía los Baños de Robledillo. Los primeros 4 kms son bastante tendidos, con porcentajes suaves. Sin embargo la gente tiene ganas de guerra y a medida que vamos ganando altura se va haciendo la selección natural, los fuertes por delante y los sufridores atrás. Por supuesto a mi me tocaba sufrir. Además el primero que pasara por la cima tenía asegurado un premio, un incentivo que seguro motivó a más de uno.
La parte final de la subida es simplemente espectacular. Durante cinco kms la carretera va dibujando en el monte continuas giros adentrándonos en la zona más alta mientras una espesa niebla nos iba acogiendo. Una subida preciosa no exenta de dureza que particularmente me ha sorprendido. La carretera va trazando una serie de curvas de herradura donde alguna rampa en concreto alcanza hasta el 11% de desnivel. Los continuos cambios de perspectiva nos permiten ir observando todo el recorrido de la ascensión, ofreciéndonos unas vistas estupendas a las dehesas de los Montes de Toledo.
Subiendo el Alto de Los Baños de Robledillo. |
Pese a los kms acumulados y el fuerte ritmo que se había llevado hasta llegar aquí, me encuentro bien de fuerzas y realizo una gran subida adelantando incluso a gente. Disfrute muchísimo subiendo este puerto. Ya solamente por esta subida merecía la pena el desplazamiento a Sonseca y la carrera en sí. Me encontraba tan fino que me di el gustazo de dejar la cámara de fotos a un chaval que iba en un coche de la organización para que me fuera haciendo fotos. El dorsal 69 me estaba dando mucha energía.
Puerto del Robledillo |
El último km es sensiblemente más sencillo que los cuatro anteriores que tienen una pendiente media al 8%. Después de negociar el último giro tenemos que encarar una larga recta desde donde se divisan unas antenas a lo lejos, luego ya solo nos queda una curva a la derecha para enfilar el cartel de puerto. Un poco más adelante a más de 1200 metros de altitud dos chicos de la organización nos esperaban para darnos papel de periódico, muy amablemente nos sugieren que hagamos un descenso prudente, según nos comentan hay un par de curvas peligrosas. Me coloco debajo del maillot una hoja de periódico y me tiro sin complejos en busca de la población de San Pablo de los Montes a la que llego 3 kms después. En este punto nuevo reagrupamiento y avituallamiento.
Pasados unos minutos la gente empezó a impacientarse. La sensación térmica era baja y el frío comienza ha meterse en el cuerpo. Llevamos muchos minutos parados y la marcha no se reanudaba. Por lo visto durante el descenso hubo una caída y la ambulancia tuvo que prestar auxilio. Compañeros de la peña La Bota nos comentan que no se puede continuar hasta que la ambulancia regrese, puesto que es obligatoria su presencia escoltando la marcha. Sin embargo voluntariamente muchos se montan en sus bicis y sin la custodia de la guardia civil reinician la marcha.
Yo viendo que la iniciativa prosperaba me fui tras ellos. Clandestinamente hicimos unos cuatro kms hasta que fuimos capturados por la guardia civil y su sargento a la cabeza. Entonces el coche piloto nos alcanzo y nos hizo reducir la velocidad hasta llegar a pararnos, eramos un grupo muy grande, más de 60 unidades. Allí en me medio de la carretera estuvimos parados un buen rato. Por supuesto nos llevamos la reprimenda del jefe de carrera que desde el coche a través del megáfono criticó nuestra actitud. Tenía toda la razón.
Poco más tarde aparecieron el resto de ciclistas y los vehículos necesarios para continuar la marcha. Todo estaba en orden. Así pues volvimos a dar pedales de forma continua, otra vez todos juntos, unidos en un gran pelotón. En seguida llegamos a Menasalbas y poco más tarde a la pequeña población de Cuerva, donde muchos vecinos se echaron a la calle para animarnos. Esta parte del recorrido era muy abierta, lo que propiciaba que el viento nos azotara ferozmente. Se sucedían los abanicos, todo el mundo iba muy rápido, a veces se hacía muy complicado ir a rueda. No había control del vehículo piloto, imploraba la ley de la selva.
Llegando a Menasalbas. |
Los últimos veinte kms nos encontramos un trazado rompe piernas, continuos toboganes destroza rodillas que había que hacerlos a tope para no perder la cola del pelotón. Lo intenté, pero finalmente tuve que ceder, no pudiendo seguir la estela del grupo. No era el único que se había quedado, otros antes ya se habían entregado. Por detrás primero fui cazado por un chaval del club imperial Toledo y una chica del club carrasco. Los tres juntos hicimos buena parte del tramo final. Ellos dos iban a relevos, yo tenía bastante con seguir a rueda. Pero llego un momento que la chica se puso a mi altura y me grito: "venga, a relevos", yo le dije que no podía, bastante hacía con ir ahí. Momentos más tarde se largo de nuestra compañía. Evidentemente ella estaba más fuerte que nosotros.
Junto a ese chaval circulé hasta que otro grupito de unas 15 unidades nos engulló. Conversando con él descubrí un cumulo de casualidades impresionantes. Según me narraba, yo iba flipando. Había sido mi vecino durante mi niñez en el barrio de la Alhondiga de Getafe durante muchos años, probablemente habíamos incluso jugado juntos de pequeños. Me pareció muy curioso. Los últimos kms antes de llegar a Sonseca los hicimos a un ritmo infernal, por encima de los 40 km/h. Finalmente consigo desmarcarme de ese grupeto y entrar en meta junto a otros dos chavales que hacían de avanzadilla. Terminé con muy buenas sensaciones, muy satisfecho con la carrera realizada. Sin dolor de rodillas ni aspavientos en los cuadriceps que últimamente se revelaban. Me salieron 115 kms realizados en 4h 13m (tiempo encima de la bici) a una media superior a los 27 km/h. Francamente creo que estoy empezando a coger la forma. Hoy me he visto muy bien.
La carrera me ha resultado muy atractiva, en mi caso me ha beneficiado ir durante muchos kms de forma neutralizada, protegido en mitad del grupo. Me ha encantado la subida al puerto del Robledillo, ha sido todo un descubrimiento. En cuanto a la organización, nada que objetar. Admirable como un pequeño club ciclista puede montar una marcha de esta índole, apoyados por familiares y amigos que de forma altruista colaboran con el desarrollo de la prueba.
Además nos obsequiaron con un maillot de la peña y para finalizar nos invitaron a un pincho de barbacoa, con su chorizo, tortilla y panceta. Obviamente tampoco falto la cerveza. Dar las gracias al club ciclista La Bota, esperando que el año próximo puedan repetir la marcha. A mi me ha parecido muy interesante. Sigo pensando que la gente que viene a este tipo de carreras esta mucho más preparada físicamente que los que van a las marchas de mtb.
PERFIL:
TRACK DE LA RUTA:
Hola DukeMTB. Agradable sorpresa encontrar esta pagina de la marcha que yo también realizé, compartiendo contigo algunos momentos de carrera (sobretodo el calentón que nos pegamos para enlazar con el grupo tras bajar Marjaliza). Al final lo que queda son los buenos momentos compartidos. Por cierto, sabes si andan fotos de la marcha por ahí en alguna página? Un saludo
ResponderEliminarHola Manuel!, ¿Eras el que iba con el maillot del Reynolds?. A mi me pareció una marcha bastante interesante. El descenso de Majarliza y el posterior latigazo que tuvimos que dar para enlazar fue de ordago. Con respecto a las fotos, yo tampoco he encontrado aun ninguna, pero se que había gente haciendo fotos por allí. Todas las que aparecen en la crónica las hice durante la marcha.
EliminarUn saludo. David.
Efectivamente. Ese era yo. Solo felicitarte porque si además de pedalear ibas haciendo fotos es que ¡ibas sobrado! Un saludo
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