Puerto de Navafría. |
Un mes aciago, sin poder trabajar, que me ha dejado también sin la posibilidad de hacer ningún tipo de deporte. Guardando reposo de la cama al sillón y del sillón a la cama, con el único aliciente de dar un pequeño paseo caminando alrededor de la manzana para no quedarme entumecido. Con este panorama obviamente la poca condición física que tenía desapareció. La medicación a base de corticoides, anti inflamatorios y demás porquerías que me he metido para el cuerpo me han dejado echo un cerdo, con diez kilos de más y una forma lamentable. Me miro al espejo y no me reconozco. Y lo que es peor, aunque ya puedo movilizarme, trabajar y hacer vida casi normal, sigo teniendo un cuadro estable de dolor que se inicia en el lado izquierdo de las lumbares y baja por la pierna hasta la planta del pie. Es un dolor soportable con el que convivo, pero molesto.
De todas formas tenía muchas ganas de retomar la bicicleta y la semana pasada hice un pequeño test para ver que tal me encontraba junto a Manzana que estrenaba su nueva flaca. Hicimos pocos kms con escaso desnivel, pero terminé con buenas sensaciones. La posición sobre la bicicleta y pedalear no me molestaron más que el hecho de caminar, estar sentado o de pie. Así pues después de este primer intento, tenía ganas de emprender una empresa algo más ambiciosa.
Las rutas de ida y vuelta no me atraen especialmente. Me gusta mucho más las rutas circulares que pasan por lugares distintos a lo largo de todo el trayecto, pero parece que últimamente me estoy aficionando a las primeras. Desde hace tiempo tenía ganas de abordar el puerto de Navafría por sus dos vertientes. Un puerto clásico del ciclismo de carretera que quería completarlo. Un recorrido de ida y vuelta comenzando la ruta desde la localidad de El Cuadrón y como punto más alejado la población de Navafría ya en la provincia de Segovía donde tenía planeado darme la vuelta.
Las previsiones meteorológicas no eran nada buenas, dando para las primeras horas del día continuos chubascos por la sierra de Guadarrama y en especial en los puntos más altos de las montañas temperaturas bajas y llovizna. Desafiando la climatología sobre las 9,20 de la mañana inicio la ruta desde la oficina de turismo de El Cuadrón, el primer pueblo que nos encontramos a la salida de la A-1 cuando cogemos la M-604, la carretera que recorre el valle de lozoya.
Hasta alcanzar Lozoya, donde comienza el ascenso al puerto de Navafría, tengo por delante casi 13 kms que se convierten en un autentico deleite para los sentidos. Allá donde miremos encontraremos belleza. Rodeados de montañas, agua, bosques. Una calzada que discurre por plena naturaleza. Evidentemente el valle de lozoya es uno de mis lugares preferidos, tanto para montar en bicicleta como para venir a disfrutar de un día de campo con la familia. Es un sitio fantástico, me encanta. Los primeros kms la carretera tiende claramente hacía abajo, tendencia que se rompe tras superar el río Loyoza.
Después pasaré por el viaducto y un par de kms más tarde el estupendo arcén por el que iba desaparecerá haciendo peligrosos los últimos tres kms antes de llegar a la entrada del pueblo donde unos resaltos me harán reducir la velocidad para percatarme de la espectacular postal que me ofrece el embalse de Pinilla junto a un helipuerto. El día esta nublado, hace fresquito y la amenaza de lluvia es indudable, sin embargo hoy me encuentro bien equipado.
Camiseta térmica debajo del maillot, braga, y chubasquero en el bolsillo por si fuera necesario. Hoy he acertado plenamente con la indumentaria. Al menos de eso no me puedo quejar. No he sentido en ningún momento frío. Todos sabéis de mi pánico al calor, yo funciono mucho mejor con temperaturas suaves. En tan solo media hora me planto en Lozoya donde tomo la M-637, la carretera que remonta hasta lo alto del puerto. Comienzo la ascensión con mucha tranquilidad y respeto. Hoy no se como va a funcionar mi cuerpo, soy una incógnita, el motor y las bielas no están en su mejor estado. Esta es mi tercera subida por esta vertiente y lógicamente ya me voy familiarizando con el trazado, que es bastante duro.
El embalse de Pinilla a los pies de Lozoya. |
Después la carretera se va adentrando en un extenso robledal que luego será sustituido por unos inmensos y altísimos pinos durante la segunda parte de la subida. A partir del tercer km comienza la parte más dura. Tendré que afrontar varias rampas por encima del 10% de desnivel que se localizan en sucesivas curvas de herraduras. Solo levantándome de la bici y apretando fuerte consigo superarlas. Los siguientes kms la pendiente es bastante constante lo que me permite ir regulando, llevando casi de forma matemática un ritmo de un km cada cinco minutos.
Comentar que no me cruce con ningún coche y tampoco con ningún ciclista durante esta primera ascensión. Más sólo que la una iba trepando de manera eficaz por una carretera en buen estado llena de numerosas pintadas de ánimos a cicloturistas y profesionales. Hasta tres zonas recreativas existen a lo largo de esta subida, que además, aunque yo nunca lo haya echo, también se puede ascender por pista forestal en buen estado. Algunos de esos caminos llevan al pico Nevero.
Subida al Puerto de Navafría. |
A falta de cuatro kms para coronar me encuentro con casi medio km de terreno llano que me viene fenomenal para relajarme un poco, beber y contemplar el paisaje. Después de este descanso la pendiente vuelve a tirar claramente para arriba sin piedad. Un fuerte giro hace que el trazado cambié de rumbo hacía la derecha, momento en el que la carretera irá ganando altura dibujando un recorrido rectilíneo hasta alcanzar la cima.
Los dos últimos kms la pendiente media es del 5%, pero como diría Perico Delgado por esta zona existen campos magnéticos que hacen que la bici no ruede todo lo rápido que uno quisiera. Un último empujón que realizo a buen ritmo para llegar a la cumbre en tan solo 57 minutos, mejorando en 5 minutos mi mejor registro aquí. En total el puerto de Navafría consta de de 11,4 kms de longitud con una pendiente media del 5,5% de desnivel, donde hay que superar un desnivel positivo de 635 metros de altitud, todo un puerto de primera categoría. Terminé bastante entero con buenas sensaciones. Estuve un rato descansando mientras me comía un plátano.
Fuente. del Caño Ortiz |
Llevados unos 7 kms de descenso el panorama cambia radicalmente. El inmenso bosque que me cobijaba desaparece por completo. Ya me encuentro en las llanuras de Segovía, el asfalto esta en mejor estado y el nombre de la carretera cambia su denominación, la SG-612. La temperatura ha subido varios grados, incluso parece que hace calor. Antes de alcanzar la población de Navafría tengo que superar el cuartel de la guardia civil, que se encuentra a las afueras, desviarme de la carretera para girar a la izquierda y meterme en el núcleo urbano.
Ayuntamiento de Navafría. |
Saliendo de Navafría. |
Los primeros 4 kms son en realidad un falso llano que se realizan por una buena carretera a pleno sol. Desprotegido de cualquier tipo de vegetación se va ascendiendo de manera progresiva en linea recta por la zona baja del monte. Contemplar el macizo de la Sierra de Guadarrama en todo su esplendor impone mucho más que la pendiente media de estos primeros kms, que casi nunca supera el 4%. Es a partir de superar un paso canadiense cuando el descomunal bosque de pinos nos engullirá, momento en el que viajaremos siempre bajo el cobijo de unos altísimos árboles que nos darán sombra durante el resto de la ascensión.
Subida al puerto de Navafría, vertiente segoviana. |
Aunque en ningún momento nos encontramos ninguna rampa con una pendiente superior a los dos dígitos. Llevados 45 kms de ruta alcanzo junto a mi nuevo compañero la cima del puerto de Navafría, 54 minutos de subida desde el centro del pueblo, la segunda mitad de absoluto disfrute envueltos en una espesura y vegetación exuberante. Sería una pena ver arder este monumento a la naturaleza. Tras la foto de rigor, me vuelvo a enfundar en ropa de abrigo para realizar el descenso.
En la cima del puerto de Navafría. |
Ya sin la presencia de mi compañero, que tenía prisa, ejecuto una bajada tranquila, incluso deteniéndome en algunos sitios para hacer fotos. Aun me acuerdo de mi primer descenso por esta montaña. Pasé tanto frío que aquel recuerdo se me quedó grabado para que nunca más se volviera a producir. En algunos momentos del descenso la arboleda se abre dejando observar la grandeza del valle de lozoya. Particularmente el puerto de Navafría, por sus dos caras, me parece un recorrido precioso, de gran belleza paisajista. Al terminar el descenso en Lozoya me desprendo del chubasquero y comienzo la parte final de la ruta, la vuelta hasta llegar a El Cuadrón.
Los siguientes kms discurriré a buen ritmo, intentando exprimir las fuerzas que aun me quedaban. Pero de pronto cuando más rápido iba sentí el impacto y el posterior zumbido de unas alas agitándose dentro de mi casco. Inmediatamente me paré, me quite el casco y salió volando un insecto irreconocible. No era una avispa. Pero en unos segundos me había dejado un buen chichón en la frente. Me picaba bastante y al palparme me notaba una fuerte hinchazón. ¡Qué suerte tengo!.
Lozoya. |
Por suerte la picadura no fue a mayores y durante el regreso a casa se me fue bajando la inflamación. Haciendo balance final de la ruta, me quedo con las buenas sensaciones durante las dos ascensiones al puerto de Navafría. Las sensacionales vistas al valle de lozoya y a la Sierra de Guadarrama, y sobre todo el sentirme de nuevo deportista, después de un mes de agosto inútil en todos los sentidos. Me queda mucho para volver a encontrar mi mejor momento, pero en vista aun tengo algunos proyectos y carreras que me gustaría afrontar. Solo espero tener salud porque ilusión y ganas no me faltan.
PERFIL:
TRACK DE LA RUTA:
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¡Puerto precioso! Ay pobre, espero que te recuperes pronto del todo... Mucho ánimo!!
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